Cancelaciones de conciertos y exposiciones en museos, teatros y cines cerrados por tiempo indefinido en todo el país por las medidas preventivas tomadas por la 4T ante la Covid-19. Su correlato: la soga al cuello de más de un 1.5 millones de familias de trabajadores del arte y la cultura.
Jueves 21 de mayo de 2020
Estas medidas agravan el deterioro de las condiciones de vida del sector cultural y mantienen a los artistas y colaboradores al borde de la inanición, con sus fuentes de trabajo cerradas.
No podemos obviar que quienes garantizan el trabajo necesario para realizar los espectáculos, conciertos y presentaciones han sufrido los recortes presupuestales a comienzos de este nuevo gobierno y, aunque con la pandemia pareciera que se les toma en cuenta, luego de una serie de manifestaciones y mesas de negociación, en realidad las autoridades continúan sin garantizarles las remuneraciones al 100% que sus condiciones de vida requieren en la pandemia y después de ella.
La mayoría de los trabajadores del arte y la cultura son contratados de forma eventual, sin estabilidad laboral, por honorarios, sin derechos laborales y sin salario fijo. Por lo que muchos dependen de becas, proyectos e iniciativas de distintas instituciones u organizaciones del rubro, lo que les exhibe como otro sector altamente vulnerable en tiempos de Covid-19 y ni qué decir de los artistas independientes que se presentaban en espacios públicos.
El ser trabajadores para una institución pública no les da ninguna garantía laboral como se podría pensar. La precariedad laboral no distingue por las funciones que realicen, por los cargos que ocupan ni el nivel de estudios. La crisis de los capitalistas es brutal y su Estado la extiende de los obreros industriales a las espaldas de los trabajadores estatales. Esta problemática se agudizará y profundizará, lo demuestran los altos índices de despidos y desempleos que golpean la puerta de toda la clase trabajadora, ¿qué medidas estarán a la altura para frenar dicha situación para los precarizados?
No basta con que los focos de atención estén sobre los y las artistas conocidos pues son quienes ganan mucho más. Ocultos por el mercado de la cultura y la mercadotecnia hay miles que no llegan a fin de mes, no basta con que las instituciones brinden plataformas para mostrar el trabajo de estos, pues no están asegurando sus empleos, no basta con los apoyos económicos que desde ya tiene que brindar el gobierno al sector.
Más salud y cultura, menos militarización
Decimos que no basta porque el gobierno actual ha puesto sobre la mesa cuáles son sus prioridades: salvar a las grandes empresas en vez de brindar apoyos económicos a sectores vulnerables en lugar de proveer a hospitales con insumos sufcientes y acabar con la precarización basificando conforme a la ley a todos los trabajadores estatales que lo exijan.
También nos dejan claras sus prioridades cuando le aumentan más el presupuesto a instituciones que reprimen como la policía y el ejército y no al arte, la cultura y la salud.
También nos dejan claras sus prioridades cuando le aumentan más el presupuesto a instituciones que reprimen como la policía y el ejército y no al arte, la cultura y la salud.
En suma lo que hace falta es poner en evidencia las promesas del nuevo gobierno pues distan mucho de las acciones que está tomando para proveer de apoyos económicos (que son temporales) a los sectores vulnerables frente a la crisis sanitaria y económica, manteniendo su política de recortes presupuestales que llevan a más despidos. Hace falta no sólo exigir las mesas de negociación, sino fortalecer la organización en unidad de los trabajadores de la cultura y el arte independiente y de cara a los futuros meses, crear y fortalecer los espacios de discusión y vinculación que nos permitan construir un Movimiento Nacional contra la Precarización.
Desde la Campaña #MásArte, pensamos que la precarización del sector artístico no pasará por las migajas del gobierno sino por acabar con este modo de producción que ve a los trabajadores como mercancías sustituibles y también ve al arte y a la cultura como meras mercancías no esenciales.
Si el arte es un termómetro de la realidad social, expresemos que poner en el centro la vida humana y su entorno es cambiar la lógica capitalista y eso significa hoy por hoy: trabajo, salario digno y derechos laborales para todos.
Si el arte es un termómetro de la realidad social, expresemos que poner en el centro la vida humana y su entorno es cambiar la lógica capitalista y eso significa hoy por hoy: trabajo, salario digno y derechos laborales para todos.