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Miércoles 15 de agosto de 2018
Merly Cañas es una enfermera con más de 31 años de servicios en el Hospital Universitario de Caracas (HUC), nos cuenta en exclusiva para La Izquierda Diario cómo vive una profesional de la enfermería en medio de la crisis nacional y sus experiencias en casi dos meses de lucha salarial del sector.
La Izquierda Diario: ¿Cómo es el ambiente de trabajo en el Hospital Universitario de Caracas?
Merly Cañas: Cuando yo llegué al hospital había menos personal, el ambiente de trabajo era muy competitivo pero solidario y respetuoso, con mucha mística de trabajo… Ahora las profesionales de enfermería han cambiado con los años, la atención es más orientada a la comodidad del trabajo, sin embargo, con todo y eso se satisface las necesidades de los pacientes y a pesar de las deficiencias que hay ahorita… Pero el ambiente de trabajo es compañerismo, somos “guapachosos”, echadores de broma, compartimos y trabajamos por el paciente.
LID: ¿Y tienes hijos?
MC: Tengo 2, una tiene 23 años que cumplió el 10 de agosto y la otra tiene 13 años
LID: ¿Qué piensan tus hijos, familiares y amigos sobre tu profesión?
MC: Bueno a ellos les gusta mi profesión, en la casa me dicen que soy un médico frustrado, yo les digo que no, que soy enfermera. En algún momento en el bachillerato quise ser médico, pero cuando comencé a trabajar con los pacientes me di cuenta que no quería ser médico que yo era enfermera.
LID: ¿Y cuánto es tu salario?, ¿cuánto cobras?
MC: Yo comencé ganando casi nada, pero me alcanzaba más la plata. Ahora después de los problemas que hay quedamos ganando 3.881.000 bolívares, con las clausulas llegamos a un poco más quincenal, pero eso no es nada y claro yo cobro un poco más por mi antigüedad, pero las personas que tienen menos tiempo ganan menos.
LID: ¿Y para qué te alcanza ese sueldo?
MC: De alcanzarme no alcanza para mucho, cuando uno agarra la quincena uno se da cuenta que me hace falta esto, pero esto otro también me hace falta. No tengo jabón de lavar, pero tampoco tengo jabón de bañarme, pero es más necesario este que el otro. Es decir, tienes que sortearte y jerarquizar que es más importante para comprar… Ahora hay que ver que más hace falta para comprarlo, pero no nos satisface en nada. Ya no nos recreamos… El simple hecho de salir a caminar nos podemos gastar 10.000.000 y si tú ganas 15.000.000, te quedan 5.000.000 solo para el pasaje.
LID: ¿Cómo es tu jornada de trabajo?
MC: Yo trabajo en la unidad de radioterapia oncológica y medicina nuclear de lunes a viernes de 7:00 am hasta la 1:00 pm, ahora en mi unidad como no tenemos paciente porque esta parada, ya que los equipos están todos malos, no trabajamos los fines de semana, pero normalmente trabajado un fin de semana al mes. Ese es mi horario de trabajo aquí, pero cuando llego a mi casa también trabajo porque hago otras cosas allá.
LID: ¿De qué te encargas en la unidad de radioterapia oncológica y medicina nuclear?
MC: Allí se atienden pacientes que son sometidos a tratamientos de radioterapia, cobalto acelerador lineal o pacientes que van a estudios especiales para diagnosticar los gammagramas óseos u otros casos relacionados. Son pacientes que están sometidos a quemaduras, nosotros colocamos tratamiento y asistimos al médico en el procedimiento, hacemos transfusiones de hemoderivados, se hacen curas de quemadura, exámenes ginecológicos… Hacemos múltiples cosas.
LID: ¿Cómo están de materiales en ese sector?
MC: Ahorita hay muchísima deficiencia de materiales, pero no se nota tanto la deficiencia porque como los equipos están parados no tenemos el mismo flujo de pacientes. Cuando los equipos están funcionando tenemos un flujo de 60 pacientes diarios por turno, ahorita serían 4 o 8 cuando mucho, y no estamos realizando los mismos procedimientos cuando hay alto flujo de pacientes.
LID: Me acabas de decir que luego de la 1:00 pm sales de acá y tienes otra jornada laboral en tu casa, ¿tienes ayuda familiar en el trabajo en tu casa? ¿Qué tipo de trabajo haces en tu casa?
MC: Yo soy de formación salesiana, soy católica. A nosotros nos forman en la congregación salesiana con muchos trabajos y oficios, en su momento hice muchos cursos y aprendí muchas cosas porque me gustaba y porque pensé que en algún momento lo podía necesitar… Yo aprendí hasta a soldar. Yo tengo mi profesión de enfermera y me era suficiente, lo otro lo hacía para colaborar con alguna compañera que me decía, “mira hazme unos recuerditos que tengo un cumpleaños, una piñata”, lo hacía más por hobby que por otra cosa, ahora yo gano más plata con eso que con mi profesión. Yo hago recuerditos de masa flexible, foami, trabajo con madera, papel, hago piñatas y soy costurera y con eso es que realmente me mantengo.
LID: Es decir cuando tú me comentabas de un trabajo en el hogar te referías al trabajo de elaboración de manualidades que haces y vendes.
MC: Si claro, fíjate yo no tengo cosas hechas previamente, antes sí, pero como los precios cambian yo no me puedo dar el lujo de comprar materia prima y tenerla parada hasta que me compren. Ahora me encargan las cosas, alguien me encarga un pantalón entonces yo le hago el pantalón y cuando la persona ya me ha depositado yo le entrego el producto y por supuesto con eso es que me ayudo en mi casa. Yo soy divorciada, el papá de mis hijas sí me ayuda, pero él tiene otra casa con otra familia, mi hermano dentro de sus posibilidades me ayuda también, mi sobrina se fue para Colombia y a veces también cuando ella puede me manda algo, mi comadre también me ayuda porque como yo los ayudé mucho entonces ellos me ayudan a mí también
LID: ¿Quién por ejemplo hace la comida en tu casa, quien friega los platos o quién lava, tienes alguna ayuda con este trabajo?
MC: Todas, pues somos puras mujeres en mi casa, yo tengo mi mamá que tiene 80 años pero mi mamá, mi viejita todavía está muy activa, y mis hijas y yo. Nos turnamos y hacemos las cosas del hogar.
LID: Podemos decir que tú tienes tres jornadas de trabajo, la del hospital, la que haces para resolver el salario como costurera y la del hogar. ¿Cómo es tu jornada diaria, cuándo descansas?
MC: Mi jornada de descanso es en dos partes, llego del hospital a mi casa a las 2 de la tarde y almuerzo, allí descanso un ratico con mi mamá, mis hijas y les cuento lo que hicimos en el hospital, para donde fuimos y ella me cuentan a mí lo que hicieron en el día, en ese momento, ahí comiendo estamos descansando, porque a nosotros siempre nos ha gustado comer en familia y ellas me esperan para comer a la hora que yo llegue. Luego yo me pongo a coser algo de lo que tengo encargado. Y para cuando el sol me pega en la cara en el balcón del apartamento, porque no me deja trabajar, yo tengo ventanal muy grande, y cuando el reflejo del sol me comienza a pegar en la cara, eso es normalmente como a las 5 de la tarde, allí paro y descanso hasta las 6:30 porque el sol no me deja trabajar, si el sol me pegara en otro ángulo capaz no me parara pero es que no me deja (risas). A las 7 nos ponemos a hacer la cena y luego continúo con el trabajo hasta la 1 de la mañana, pero siempre tengo trabajo que hacer.
LID: Ustedes llevan más de dos meses de lucha salarial, ¿qué te impulsó a ti y a tus compañeras a organizarse y salir a luchar por el salario?
MC: Todo esto comenzó porque resulta que nosotros llegamos aquí un martes 5 de junio y nos encontramos con la noticia de que teníamos un compañero de nosotros que misteriosamente se lo habían llevado preso el día anterior, yo personalmente no lo conozco, pero lo quiero conocer, porque resulta que las condiciones que a ese muchacho se lo llevaron preso fueron bien extrañas. Lo que le pasó a él le puede pasar a cualquiera de nosotros, me pudo haber pasado a mí. Resulta que yo soy una persona que me gusta mucho ayudar a la gente y por ejemplo ellos saben que yo ahí en mi gaveta tengo unas llaves de tres vías, que si un yelco, siempre hace falta algo para un paciente y no tenemos, yo busco en mi gaveta y les digo “déjame ver qué tengo” para eso es que uno guarda ese material para utilizarlo en cualquier momento para cualquier paciente que lo necesite y no tenga. A ese compañero, me refiero a Alfonso Román, se lo llevaron preso porque hicieron un allanamiento en la faena donde él se cambiaba, pero me resulta extraño porque solo lo hicieron allí donde él se cambiaba. Él era el más tranquilo, el más callado y el que tenía menos tiempo y no podía protestar y fueron directamente a donde estaba él. Si me lo hacen a mi armo un “despelote” en el hospital porque no nos tienen que tratar como delincuentes. Ese episodio me motivo más.
LID: ¿Qué experiencias nos puedes contar en lo que va de lucha y qué lecciones puedes sacar de todo esto?
MC: Que todavía hay gente que quiere luchar por los demás, conocí a mucha gente que no conocía. Tengo 31 años trabajando ahí en el hospital y hay sitios en donde yo no había entrado nunca en el hospital, gente que no conocía, la llegué a conocer. Y sé que hay gente que está dispuesta luchar por otros, sé que de repente si a mí me pasa algo yo sé que puedo contar con mucha gente que yo no conocía antes, es más puedo contar con gente que no conozco y que no me conoce, pero que es solidaria con la lucha y que a la hora que pase algo van a salir adelante por mí y mis compañeros.
LID: ¿Qué te dicen tus familiares y la gente en la calle sobre la lucha que están llevando?
MC: Mi hija me dice, “madre ten cuidado con la policía, no estén saliendo tanto por la televisión”, yo les digo que no me va a pasar nada, además no soy yo sola, somos muchos y a todos juntos no nos van a hacer nada, y me responden, “pero tienes que dejar de estar protestando”, pero no lo voy a dejar de hacer porque esto también es por ellas.
LID: Merly, para finalizar, ¿crees que la lucha que están llevando puede triunfar”?
MC: ¡Claro que sí!, sí se puede ganar, yo estoy segura que el sector salud va a ser el impulso para que esta realidad cambie, va a costar, vamos a tener que unirnos todos, hay muchos sectores luchando no solo el de salud, pero nos tenemos que articular. Yo no estoy de acuerdo con trancar calles, pero organizados como estamos nosotros somos como la piedrita en el zapato y eso les molesta. Y sabes esa piedrita que molesta cada vez se va a poner más dura, de a poquito vamos a seguir luchando y esto va a dar fruto: el mensaje para mis compañeros es que no se cansen y que no tengan miedo de luchar.
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