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Red Internacional
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Elecciones y agenda socioambiental. [Entrevista] “La lucha contra el capitalismo verde también es una lucha de ideas”

Conversamos con Juan Duarte, precandidato a Diputado Nacional por CABA en la lista que encabeza Myriam Bregman a nivel nacional y Jorge Adaro en CABA, sobre la importancia en estas elecciones de recuperar y recrear una mirada anticapitalista y ecosocialista ante la crisis climática y su contracara extractivista.

Miércoles 26 de julio de 2023 14:23

Juan Duarte es psicólogo y docente en la UBA desde hace más de 15 años, donde se organiza junto a sus compañeros en el sindicato AGD. Integra el comité editorial de Ediciones IPS, la editorial del PTS en el Frente de Izquierda Unidad, y es parte de la sección de Ecología y Ambiente de La Izquierda Diario. Desde hace años escribe e investiga sobre crisis climática y políticas extractivistas. Integra la agrupación Alerta Roja Ambiental y coordina las colecciones “Ecología y Marxismo” y “Ciencia y Marxismo” de Ediciones IPS. Como parte del dossier que publicamos en la sección Ecología y Ambiente de La izquierda Diario, a propósito de las elecciones y el programa y la campaña de la izquierda conversamos con él.

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LID: Hay una visión de que el desastre climático y ecológico actual es culpa de “la humanidad” en general. ¿Cómo opera esta idea en el marco de las elecciones?

Esa visión que tanto circula es muy funcional a ocultar las causas de la crisis climática, del desastre ecológico y por ende cómo se podrían resolver. Responsabilizar a la humanidad de conjunto, y poner el acento sólo en el consumo individual es una base ideológica para el consenso extractivista que hoy vienen planteando todos los candidatos en la actual campaña electoral menos la izquierda. ¿Por qué? Porque decir que la responsable es la “humanidad” pretende sacar de la discusión al sistema capitalista, o sea, al modo de producción actual, mediante el cual “la humanidad” se relaciona con la naturaleza desde hace más de 200 años. La producción de energía, alimentos, transporte, etc., qué y cómo se produce está en manos de un la clase capitalista y guiada solo por el lucro, ahí hay que apuntar… poner el eje en “la humanidad” busca ocultar lo que está en la base de los desequilibrios que están destruyendo las condiciones de vida en la Tierra tal como las conocíamos: tratar a la naturaleza como una mercancía, que es lo que hace el capitalismo, trae sus consecuencias. Y no es solo la crisis climática, este sistema está llevando al planeta a puntos de no retorno respecto a otros límites planetarios como la pérdida de biodiversidad, la acidificación de los océanos, los cambios en el uso del suelo, los ciclos del nitrógeno y del fósforo, el consumo de agua dulce, la carga de aerosoles atmosféricos, la contaminación química (la plástica, por ejemplo) y la destrucción de la capa de ozono. En el medio, las mayorías trabajadoras son las más afectadas, en Argentina y en el mundo, cargando con el peso de las crisis y con la angustia de un futuro lleno de catástrofes.

Presentación de La ecología de Marx en Salta (2022).

Por tu pregunta sobre cómo se refleja esto en la campaña electoral, creo que lo hace centralmente entorno al consenso extractivista: salvo el FIT-U, todos se pintan de verde mientras sostienen el saqueo de la naturaleza con el fin de pagarle al FMI y garantizar ganancias extraordinarias para los monopolios extranjeros y los grandes capitales nacionales que hacen negocios manejando la producción. Dejando de lado la extrema derecha negacionista del cambio climático tipo Milei, al estilo de Trump o Bolsonaro, en el resto comparten un capitalismo verde que en los hechos es un “negacionismo light”: hacen su greenwashing en las cumbres mientras impulsan con todo los combustibles fósiles. Esto se ve claro en la continuidad de los proyectos de petróleo offshore entre los gobiernos de Macri y Alberto Fernández y obvio, en la apuesta común al fracking en Vaca Muerta y cada uno de los proyectos extractivistas. A lo sumo tienen matices.

En el caso de Bullrich, Larreta o Lousteau, les ofrecen una nueva devaluación y quita de impuestos y retenciones al agronegocio. El candidato a vice de Larreta, Gerardo Morales, mostró mano dura contra la resistencia a la megaminería del litio, con una reforma constitucional antidemocrática, para lo que no dudó en reprimir brutalmente a los trabajadores y comunidades indígenas que resisten. Pero Morales es socio político de Massa, el PJ avaló la reforma, y en Salta, La Rioja o Catamarca, donde gobiernan, hacen lo mismo con la megaminería y preparan lo mismo respecto al litio. Massa literalmente ve a la cordillera como “una torta” de recursos a explotar y se presenta como el garante ante la embajada yanqui de que va a entregar los recursos que Laura Richardson señala cada vez que viene. Y en el caso de Grabois, también hace un planteo extractivista desarrollista sobre el litio y lleva como candidato nada menos que a Mariano Arcioni, que quiso imponer la rezonificación minera en Chubut. No extraña, el kirchnerismo lleva el extractivismo en su ADN, ahora apelando a la falacia de que con “regulación” estatal se va a evitar el desastre ambiental y el saqueo: es dejar al zorro en el gallinero, si es un Estado moldeado por el extractivismo...

En definitiva, todos coinciden en la otra cara del argumento de “es la humanidad”, el “capitalismo verde”, que apunta a transformar las crisis en nuevos ciclos de negocios sobre la transición. Como te decía antes, es lo que estamos viendo con el litio: la destrucción del agua y los ecosistemas donde están las salmueras, pasando por encima a las comunidades que los habitan y sus derechos preexistentes, para llevarse el carbonato de litio –pagando prácticamente nada– y terminar haciendo baterías para autos individuales de lujo. O sea, no solucionan el problema, retrasan la solución y crean nuevos ciclos de destrucción en cada terreno que toca el capital. Lo mismo con el hidrógeno verde, que anunció este gobierno con bombos y platillos. Es un esquema de saqueo en el cual la deuda con el FMI sirve como uno de los mecanismos de expoliación imperialista.

LID: ¿Qué puede aportar el marxismo a la pelea contra el extractivismo que es central en el actual contexto de Argentina y de América Latina?

En primer lugar, obviamente, la organización y lucha en las calles y lugares de trabajo –el registro de la lucha de clases–, que demostró que se le puede parar la mano al extractivismo, como en Chubut, Mendoza y en estos momentos Jujuy, donde intervenimos desde el PTS en primera línea. Pero para que la lucha socioambiental realmente triunfe necesita una práctica y un horizonte estratégico anticapitalista, y esto no puede desarrollarse si no es junto a la clase trabajadora, que al mismo tiempo que es explotada por el mismo capital que destruye la naturaleza, tiene en sus manos los resortes de la economía y la producción… y en una lucha que no puede reducirse a un solo país, es internacionalista. En otras palabras, necesitamos una militancia ecosocialista, revolucionaria. Para esto, es indispensable recuperar la visión ecológica del marxismo y actualizar las herramientas que nos brindan las elaboraciones del autor de El capital. En primer lugar, apuntar a “la morada oculta de la producción”, como decía Marx, donde se decide qué y cómo producir, se produce el robo de lado plusvalía y la mercantilización de la naturaleza. También el análisis del metabolismo específico que establece el capitalismo con la naturaleza y las “fracturas metabólicas” que produce es central para entender la lógica detrás de la crisis climática (fractura del ciclo del carbono), la destrucción del suelo por agronegocio, y las pandemias, producto de la producción industrial de alimentos y la destrucción de ecosistemas para agronegocio o megaminería) o del extractivismo, que externaliza las crisis generando nuevas fracturas (el litio con el agua, por ejemplo), esquilmando y destruyendo al mismo tiempo la naturaleza y las y los trabajadores. El nivel de extractivismo y de precarización del trabajo que vemos hoy no son casualidad sino inherentes a la lógica del capital... Otro ejemplo es el concepto mismo de extractivismo, que apunta a una de las formas de expropiación de la naturaleza propias del capitalismo. Y también, a nivel político, el análisis de clase –del Estado por ejemplo– es central para distinguir enemigos y posibles aliados en la lucha socioambiental, la idea de independencia de clase, la articulación de un programa transicional ecosocialista… Y, central, la posibilidad de prefigurar un futuro realmente sostenible, comunista, contra la distopía constante.

Por eso dedicamos parte de nuestra militancia a recuperar la mirada ecológica de Marx frente a los problemas actuales. Pusimos en pie con mis compañerxs de PTS la colección de Ecología y Marxismo de Ediciones IPS, desde la cual ya editamos libros clásicos de autores como John Bellamy Foster o Kohei Saito, y estamos preparando nuevas publicaciones. También desde el semanario Ideas de Izquierda, junto a compañerxs como Esteban Mercatante, Santiago Benítez Vieyra o Lihuen Antonelli venimos abordando y elaborando sobre diferentes temas clave, y también colectivamente desde la sección de Ecología y Ambiente de La Izquierda Diario intentamos informar desde abajo y construir un punto de apoyo para una romper con cualquier fatalismo, y mostrar una salida a la crisis climática y ecológica. Intentamos rescatar tanto las voces de quienes pelean por una ciencia crítica de la mercantilización de la naturaleza, en nuestro país y en el mundo, llevamos estas ideas por todo el país y las ponemos en debate. Mi candidatura también representa esta militancia colectiva y aspiramos a potenciarla desde las bancas.

Movilización por la huelga mundial por el clima (2021).

LID: Sos psicólogo, docente universitario y también editor en temas de ciencia. ¿Cómo se relacionan con la candidatura?

Así es, soy psicólogo y doy clases en el CBC de la UBA. Ahí me organizo junto a mis compañeras y compañeros en la Asociación Gremial Docente de la UBA, desde donde peleamos por una universidad pública, un presupuesto y sueldos dignos y al servicio de los trabajadores y sectores populares. La pelea ahí también es por los contenidos que se enseñan y contra la injerencia de los intereses capitalistas, que por ejemplo en términos ambientales significan más extractivismo, como por ejemplo el convenio de Exactas con Shell; y en términos de salud mental, el avance de miradas medicalizantes y reduccionistas biológicas de la mano de las farmacéuticas. También en ese plano soy editor de la Colección de Ciencia y Marxismo de Ediciones IPS, desde donde editamos a autores como Steven y Hilary Rose, Richard Lewontin y Richard Levins, para pensar una “ciencia para el pueblo”; y recientemente a Lev Vigotski, para recuperar una psicología científica social y no reduccionista, tarea central frente a una salud mental en crisis.

Creo que la lucha socioambiental y por una universidad, una ciencia y una salud no mercantilizadas y al servicio de las y los explotados y oprimidos, y la lucha por un horizonte socialista, van de la mano. Y en esta campaña, junto a Myriam Bregman, Nicolás del Caño, Andrea D’Atri y Jorge Adaro en CABA queremos levantar bien alto estas banderas.

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