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Internacional. Entrevista a Evangelía Alexaki, trabajadora de limpieza del Ministerio de Finanzas griego

Después de dos años de lucha, las trabajadoras de la limpieza del ministerio de finanzas de Grecia lograron ser reincorporadas. Mirto Lazaridou entrevistó en Atenas, especial para La Izquierda Diario, a Evangelía Alexaki, una de las protagonistas de esta lucha con repercusión internacional.

Martes 8 de septiembre de 2015

¿Hace cuánto trabajas en el sector de limpieza del Ministerio de Finanzas?

  •  Trabajo como empleada de limpieza en el ministerio de Finanzas hace 19 años. Hasta 2005 trabajaba bajo contrato, que se renovaba cada año. Tanto yo como mis compañeras hemos trabajado igual que los inmigrantes que trabajan hoy por hoy en Grecia, es decir, sin derechos laborales. Cuando en Grecia la moneda oficial todavía era la dracma, nosotras cobrábamos 64.000 dracmas al mes. Sin bonos vacacionales, sin días feriados y tampoco derecho a vacaciones. O sea, el salario básico. En 2005, según el decreto ministerial de Pavlópoulos, nuestro contrato se convirtió en un contrato de duración indeterminada, igual que el de los funcionarios permanentes, solo que nosotras teníamos la estabilidad de los trabajadores del sector privado y no la de los trabajadores estatales. En 2005, por primera vez, nos pagaron normalmente, según lo que la ley exige. El salario de cada una alcanzó los 700-800 euros dependiendo de los años de antigüedad en el empleo. Después, cuando llegaron los recortes salariales, nuestros sueldos bajaron a 600 euros.

    Junto a las valientes 595 trabajadoras de limpieza del Ministerio de Finanzas llevaron adelante una larga lucha que duro casi dos años. ¿Puedes contarnos cómo surgió la lucha y por qué motivos? ¿Cuales eran sus reivindicaciones?

  •  ¡El 24 de Agosto de 2013 nos enteramos por la tele de que las trabajadoras de limpieza del Ministerio de Finanzas estaban despedidas! Como las 595 trabajadoras de limpieza trabajábamos en diferentes servicios del Ministerio en toda Grecia, está claro que no nos conocíamos entre todas, y por eso fue difícil encontrarnos al principio. Pero al fin logramos comunicarnos entre todas, primero por teléfono, organizando una asamblea en Atenas, en la cual creamos una coordinadora de ocho personas. Decidimos empezar la lucha, todos los días. De hecho, cada mañana nos encontrábamos afuera del Ministerio de Finanzas, pidiendo una cita con el ministro de entonces, Gianni Stournara, el cual se negaba a ver las mujeres que habían limpiado su oficina por siete meses.

    A nuestras demandas, el ministerio nos respondió enviando contra nosotras a las fuerzas especiales policiales (MAT). Debido a las fotos de la represión policial contra nosotras que se publicaron, Stournaras fue forzado a vernos, en la calle, después de siete meses de lucha para decirnos lo siguiente: «Tienen razón, pero nos hemos tenido que volver desagradables, para salvar el país”.
    Sin embargo, nos mantuvimos imperturbables.

    Después de 10 meses de lucha diaria y además expresando de manera activa nuestra solidaridad con todos los trabajadores y trabajadoras del país que estaban enfrentando problemas similares gracias a las políticas de los memorandos, decidimos armar una carpa fuera del ministerio, para mostrar tanto al gobierno como a la gente que estábamos decididas a seguir la lucha. ¡No íbamos a retroceder!

    Entre tanto, el tribunal de primera estancia se pronunció a favor nuestro, confirmando que el despido había sido ilegal y que nosotras debíamos volver enseguida a nuestros puestos de trabajo. Sin embargo, el gobierno fascista de Samarás-Venizelos ignoró la decisión del Tribunal, destrozando el último bastión de la democracia. Así que por esto, aparte de luchar por recuperar nuestro trabajo, como nosotras veíamos desde la calle el fascismo que sufría el país, nuestra lucha se transformó de lucha sindicalista a una lucha clasista. Reivindicamos un estado social que respete las instituciones y los méritos humanos como la Justicia, la Igualdad, el Igualitarismo.

    Durante toda esta larga lucha, fue muy importante la organización que consiguieron, y el fuerte apoyo social. ¿Los sindicatos y las organizaciones de trabajadores las apoyaban? ¿Recibieron solidaridad de otros sectores?

  •  Nosotras nos juntábamos muy a menudo y en las asambleas tomábamos decisiones sobre nuestras actividades, reivindicando nuestros derechos. Al mismo tiempo, participábamos en la coordinadora semanal de los trabajadores despedidos, con la cual organizábamos jornadas en común.

    En relación a la segunda parte de la pregunta, hay que decir que en la Unión Central Sindicalista adonde pertenecemos, POE-DOY (Federación griega de trabajadores estatales en los servicios de finanzas), nos apoyaron solamente los partidos de izquierda. El apoyo desde el sindicato de los empleados estatales (ADEDY) fue ostensible. ¡No obstante, recibimos un apoyo indispensable desde los movimientos sociales de base y desde las bases! Desde las organizaciones de solidaridad que se crearon en la sociedad por culpa de estas políticas inhumanas de los memorandos. Miles de personas nos apoyaron en nivel tanto ético como material y quisieron conocernos. Además, fue impresionante el apoyo de los sindicatos laborales europeos, de los movimientos y de parte de la Prensa, tanto griega como internacional.

    La lucha que llevaron adelante fue un símbolo en Grecia pero también en el resto de Europa y en muchas partes del mundo. Ustedes llamaron a una jornada de solidaridad internacional, ¿Cómo surgió esa idea?

  •  En un periodo, cuando se aplicaron los memorandos, no solamente en Grecia, habían machacado nuestra dignidad y respeto, considerando que la mayoría de la gente no hacía nada por eso. Pero un grupo de mujeres decidieron resistir y tomar su vida en sus propias manos. La paciencia, la insistencia y la larga duración de nuestra lucha, a mi modo de ver, funcionaron como desencadenante para los demás, rompiendo de este modo el miedo.

    La represión estatal, la ultra violencia que sufrimos, no fueron capaces de hacer cesar nuestra lucha. Las imágenes de un grupo de mujeres de mediana edad, golpeadas y tratadas con tanta brutalidad por la policía antidisturbios (MAT) han girado por el mundo. Nuestra lucha ya no era solo nuestra. Así, en Septiembre de 2014, durante el juicio de nuestro caso en el tribunal Supremo de Grecia, pedimos el apoyo internacional de los trabajadores, para conseguir nuestros objetivos. Agradecemos con mucho respeto la solidaridad de los ciudadanos y ciudadanas del mundo tal como la solidaria señora Sonya Mitraliá que trabajó como pocos para coordinar las acciones paralelas de solidaridad en toda Europa. Al mismo tiempo, a favor de nuestra lucha, vino la Izquierda de los miembros griegos del Parlamento Europeo, entre ellos la luchadora Konstantina Kouneba y Sofia Sacorafa, con la iniciativa de las cuales fuimos invitadas por el Parlamento Europeo en Estrasburgo.

    ¿Cómo termino la lucha? ¿Lograron volver a trabajar y ser reincorporadas en sus puestos de trabajo?

  •  La inmensa aprobación social hacia nuestra lucha, tanto en el interior del país como en el exterior, y el respeto que ganamos, obligaron al gobierno presente (SYRIZA) – que era la Oposición en el periodo de nuestra lucha- a reincorporarnos en nuestros puestos de trabajo.

    ¿Qué lecciones sacaron de este conflicto, y como sigue la situación ahora?

  •  Según mi opinión, las luchas que se dan en la calle desde las bases de la sociedad y para la sociedad, nunca se pierden. Es más, en algunos casos como en la nuestra, pueden ser luchas que se ganan. Hoy nadie puede ser perdonado si critica los procesos políticos sentando en su sofá, apático. Sin embargo, desafortunadamente, todas las expectativas que tuvimos sobre un gobierno de Izquierda, todas fueron desmontadas a partir del punto cuando Alexis Tsipras llegó al acuerdo con los Europeos para el “tercer rescate”. Para mí, esto es un fin sin salidas para los griegos.

    Por último, y como los ojos de muchos trabajadores del mundo entero están puestos hoy en Grecia, te quería preguntar cómo se vivió en tu lugar de trabajo la campaña por el "No" en el referéndum. ¿Cuál es tu opinión sobre el tercer memorándum y que consecuencias tendrá para los trabajadores y el pueblo?

    El 62,3% a favor de «ΟΧΙ» (ΝΟ), no se trató simplemente de una campaña. Fue un «ΟΧΙ» resonante a los memorandos. El referéndum se consideraba como la manera más directa de la expresión demócrata del pueblo, y es por eso que Alexis Tsipras no tenía el derecho de convertir este «ΟΧΙ» (ΝΟ) a un NAI (Si) arbitrario. Me parece que Alexis Tsipras desde el momento en que aceptó el tercer memorando, con este acto se transformó desde un primer ministro a un gobernador de un protectorado que Alemania ejerce.

    Vender 50 mil millones del tesoro y tierras estatales y públicas respectivamente significa que perdemos el control de nuestro país y condenamos a las futuras generaciones a la esclavitud y miseria. Αl fin y al cabo, ya es incuestionable que este modo de hacer política no es de Izquierda.