El Círculo Rojo conversó con Paula Rodríguez, periodista y escritora, sobre su primera novela Causas urgentes.
Martes 24 de marzo de 2020 00:05
Paula Rodríguez es periodista y escritora. Pasó por muchas redacciones, actualmente es parte del staff de la revista Barcelona. Escribió Guía inútil para madres primerizas junto a Ingrid Beck y el libro de testimonios #NiUnaMenos.
Causas urgentes es su primera novela.
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Causas urgentes es un policial, una novela negra, que usa un hecho similar a la tragedia de Once como disparador, aunque la historia no va por ahí, ¿querías que la novela tenga un disparador así o es algo que surgió a medida que evoluciona la idea?
Es algo que salió al principio con las primeras imágenes, las primeras escenas. La novela no es sobre esa tragedia. Me pareció apropiado que quedara como un fondo social, como esas cosas que ocurren en la novela negra, el paisaje social podrido con el que se van topando los personajes.
En la novela aparecen bastante los medios de comunicación, un choque entre nociones de la verdad, los relatos, el show mediático. Vos sos periodista, ¿es una reflexión que tenías pensado hacer o simplemente es parte de la historia?
Fue apareciendo. Lo que nos pasa a muchos periodistas es esa frustración con respecto al valor de nuestro oficio o a la pérdida de sentida que adquirio nuestro oficion, no solo desde el lado de los medios sino de toda la sociedad. Cómo se absorven o cómo se interpretan o como se apega uno o no a un discurso informativo. De hecho en la historia, no solo los personajes de los medios están muy entusiasmados por adherir a una versión de la verdad, también otros están necesitados de imponer su propia version de esa verdad y se valen de esos medios para hacerlo.
En la novela no hay héroes ni heroínas…
No hay personajes demasiado subrayados como los “héroes” de la historia, salvo quizás una niña, que es la hija, que también tiene su propia versión sobre lo que está pasando. No hay nadie que sea ni muy bueno ni muy malo, eso es algo que ocurre en el género negro. A diferencia de las novelas policiales más clásicas, en el policial negro está todo mucho más podrido, incluso a veces los héroes están bastante sucios.
Ahí es donde aparece mi amargura, porque Hugo Víctor, el personaje principal es uno que quiso ser periodista y quedó en el camino. En mi generación hay un montón de gente que quiso ser periodista porque en los años 1990 era visto como un trabajo exitoso y valorado, como una antesala de la caída en picada posterior esa sobrevaloración.
En el libro, algo que me pareció muy interesante es que sin ser una historia sobre mujeres, ese punto de vista está muy presente. en el género negro, la vida cotidiana y los problemas sociales están muy presentes, ¿te parece que la perspectiva feminista se impone en esta época?
A mí se me impone cierta mirada porque no tengo más remedio, no puedo escapar. Soy feminista hace muchos años. Me sorprendió un poco a mí misma no haber generado una heroína en esta historia, pero creo que sí hay una mirada, es imposible no tenerla. Y puede que haya también una mirada sobre la niñez, hay una mirada feminista sobre la crianza. Y sobre “de quién son los niños”, y Evelyn es una niña a la que nadie ve. En una sociedad, una cultura, que dice hacer todo en nombre de ellos, las niñas y los niños, pero a veces en términos de propiedad privada. A veces se habla de ellos y no se los reconoce como personas con derechos individuales por fuera de la “propiedad” que los padres tienen sobre ellos.
En el libro, hay una niña que nadie mira, que nadie sabe lo que le está pasando ni le cuentan lo que está pasando y ella se hace su propia película. Ella también tiene su propia verdad.