En los últimos años la juventud irrumpió de forma intempestiva en la vida política nacional. Cuestionó la antidemocracia del régimen del PRI, se solidarizó con los trabajadores y exigió la presentación con vida de los 43 normalistas desaparecidos. En tres actos, con el #YoSoy132, el movimiento en solidaridad con el magisterio y con el movimiento por la presentación de Ayotzinapa la juventud comenzó a organizarse y buscar alternativas políticas para luchar con el gobierno.
Viernes 29 de mayo de 2015
A la juventud mexicanase le asesina, persigue y criminaliza, como dan cuenta las represiones del 1 diciembre del 2012 o el 10 de Junio y 2 de Octubre del 2013, así como el asesinato de un joven en Puebla a manos del director de la policía estatal. Sin dejar de mencionar a las cientos de miles de jóvenes desaparecidas y asesinadas por la redes de trata. La desaparición de nuestros 43 compañeros normalistas el año pasado es una muestra de la situación que enfrentamos los jóvenes en el México militarizado por los planes de los Estados Unidos.
En esta lucha de ideas se ha intentado posicionar de manera ofensiva el Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) que encabeza Andrés Manuel Lopez Obrador. Sin embargo, lo que se tiene que discutir es si el programa que presenta es una alternativa para los miles de jóvenes que hemos salido a luchar o sólo intenta dar algunos paliativos para la realidad social de los jóvenes mexicanos.
Elitización de la educación pública
El derecho a la educación, es, en el mejor de los casos, una ilusión. Aunque hubo grandes gestas en defensa de la educación pública en el país como la Huelga del CGH de 1999 contra la privatización de la UNAM, el proyecto de elitización de la universidad pública no se detuvo.
Según cifras oficiales 3 de cada 10 jóvenes, en edad de asistir a la universidad realizan curos universitarios. Según el INEGI en el 2010 “en México había un total de 1,948,965 mujeres y hombres entre los 18 y los 24 años de edad; de ellos, 1,401,020 no tenían la oportunidad de asistir a ninguna institución de educación superior.”
La exclusión a la educación universitaria se debe a la elitización de las universidades públicas del que fueron rechazados el 90% de los aspirantes, hasta los escasos recursos que a miles de hijos de trabajadores y campesinos les impiden pagar cuantiosas colegiaturas para continuar con sus estudios.
La precarización laboral y el desempleo
Aún, cuando se logre el ingreso a alguna universidad, la realidad laboral de los jóvenes es incierta y en el mejor de los casos con trabajos precarizados, sin prestaciones laborales, con sueldos de miseria, todo esto legalizado gracias a la reforma laboral del 2012.
Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), desde que inició la crisis económica de 2008 en México se pasó del 7% de desempleo juvenil al 10%. Basados en datos del INEGI sostienen que en 2012 habitaban 29.7 millones de jóvenes entre 18 y 29 años.
Sin embargo, como ya se mencionaba antes, estás cifras no contemplan la diferencia entre la minoría de jóvenes que tiene un empleo estable, con prestaciones y base, a los que, como la gran mayoría de asalariados del país están contratados por outsorcing.
Frente a esta realidad: ¿Qué propuesta?
Es un hecho que en este país, los jóvenes tenemos poca o ninguna posibilidad de una vida digna, más si se viene de una familia de trabajadores. En ese sentido, la lucha por nuestros derechos y reivindicaciones, también está cruzada por los debates políticos sobre como podemos conquistarlos.
Después de las experiencias del #YoSoy132 y la salida masiva no sólo de jóvenes estudiantes, sino jóvenes precarizados y algunos sectores organizados de la clase obrera como el caso de la CNTE en el año 2012 y los Jornaleros de San Quintín recientemente, es que hoy se ha puesto a discusión la idea del voto útil.
Por una parte, miles de personas honestas, y que tienen buenas intenciones de cambiar las cosas consideran correcto apoyar frente, frente a los partidos tradiciones, al MORENA que dice, según sus estatutos, pelear “El derecho a la vida, a la alimentación, a la igualdad diversa y la equidad; el derecho a ser cuidad@s, atendidos y respetad@s en todas las etapas de la vida; el derecho a la educación, la salud y el trabajo digno […Y continua con una sería de reivindicaciones democráticas]” Este programa resulta utópico, pues no cuestiona la causa de los problemas de la juventud, se quiere conquistar por medio de las elecciones reivindicando “La Constitución más avanzada de su tiempo”, que es la constitución mexicana de 1917. Este programa lejos de confrontar al régimen capitalista mexicano que nos censura, reprime y desaparece quiere reformar lo irreformable: el degradado y bárbaro capitalismo semicolonial mexicano.
A los jóvenes que salen a luchar y que a la vez simpatizan con MORENA les llamamos a cuestionar que su partido llama a construir alianzas con empresarios “buenos”, y que AMLO no está dispuesto a confrontar, como demostró en su administración en el DF del año 2000-06, donde según el mismo, fue el que desarrolló la gentrificación de toda la ciudad y permitió el aumento de la inversión privada, además de los cientos de contratos firmados a Carlos Slim que ahora es dueño de medio centro histórico. Lo más correcto sería romper con MORENA y construir una nueva organización anticapitalista: les invitamos a conocer la alternativa socialista.
Si los jóvenes de este país queremos educación gratuita e irrestricta, la vamos a conseguir de la mano de los y las trabajadoras de este país, que es a los que realmente les interesa que sus hijos tengan educación de calidad.
Pero estás luchas, que son democráticas, no pueden realizarse, sin independencia política de todo tipo, con una organización independiente de las clase trabajadora y de la juventud combativa, que busqué conquistar este y muchos otro derechos, como el derecho al aborto libre seguro y gratuito o la legalización de la drogas, que seguramente muchos simpatizantes de AMLO y MORENA apoyan, pero que su dirección se niega a llevarlas a discusión en el congreso.
Una alternativa anticapitalista y socialista
En ese sentido, los jóvenes de este país tenemos que apostar todas nuestras fuerzas en construir una herramienta propia que no negocie nuestras reivindicaciones con la burguesía nacional, y que tampoco titubeé frente a las instituciones eclesiásticas cómplices del feminicidio y la redes de trata.
Que salga a luchar de la mano de los trabajadores de este país, que busque acabar con los feminicidios, las desapariciones forzadas, que eche atrás la militarización del país, que conquiste un trabajo digno, una educación pública, gratuita y de calidad para todos y todas, y que se apueste a enfrentar no sólo en el Congreso a este sistema de miseria, sino, que lo destruya y subvierta, para no sólo conquistar estos derechos, sino, conquistar un mundo mejor. Es necesario construir una alternativa anticapitalista, socialista, de los trabajadores y la juventud. Lo que demostró el caso de los 43 normalistas de Ayotzinapa este régimen es irreformable y que debe de ser remplazado por un gobierno encabezado por la clase trabajadora, junto a los campesinos pobres, las mujeres, los pueblos originarios para romper con los planes imperialistas.