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Red Internacional
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Testimonio. "Es importante que los trabajadores dejen de tener miedo a reclamar"

La Izquierda Diario publica la denuncia que nos hizo llegar un joven trabajador inmigrante.

Martes 18 de octubre de 2016 19:24

Soy Yeffer. Vine de Lima, Perú, hace aproximadamente tres años y medio, con el objetivo principal de estudiar música y con el plan de conseguir trabajo de lo que fuera.

Al principio tuve muchos trabajos, todos en negro. Me quedé un año en una empresa textil ubicada en la zona de Flores y después me despidieron porque tuve una discusión con mi empleador que incluso me agredió. Tuve que presentar una denuncia a la comisaría 50 y luego tramitar denuncia legal por trabajar en negro. Hace poco me enteré que gané el juicio porque nunca se presentó a desmentir lo demandado, pero no puedo cobrar nada porque se declaró en quiebra. Ahora con esa experiencia decidí poner fin a mi situación laboral.

En diciembre del año pasado, ingresé como personal de depósito del comercio Avigail (nombre comercial de Modabi S.A.), ubicado en Larrea 146, en Once, dedicado a la venta de bijouterie. En principio, mi idea era conseguir otro trabajo ya que iba a regresar a clases en marzo. Curso en el conservatorio Pedro Esnaola, ubicado en Villa Urquiza. Finalmente me quedé. Luego en marzo llegó personal del Ministerio de Trabajo para verificar la situación de los trabajadores de la empresa. Por eso me pusieron en blanco, obligados, pero me registraron como si trabajara 4 horas, o sea que en mi recibo figura así. Me pagan por 8 horas, pero en verdad trabajo 11 con media hora de refrigerio de lunes a viernes, y 6 horas los sábados. Cobro 7800 pesos en mano. Terminé aceptándolo porque necesito el dinero ya que yo lo envío a Lima porque tengo una hija. Hay tres personas más trabajando en negro en este comercio.

Lo que me colmó fue que pedí permiso para salir media hora antes y así llegar temprano a mis estudios, pero la respuesta que conseguí fue que era nuevo y que tendría que ser antiguo. En fin, inicié la demanda legal presentando mi primer telegrama y como respuesta obtuve una negación de parte de la empresa, o sea que se desmienten todo lo demandado por mí.

No es la primera vez que esta empresa recibe estas demandas. Es una pena porque son compatriotas nuestros. En Perú no se tiene mucho hábito de reclamar. Por eso solo acepta personal peruano, incluso diciendo que el personal argentino es muy “reclamón”. Es importante que los trabajadores y los nuevos trabajadores dejen de tener miedo a reclamar.

* Yeffer Ñahuincopa Mego