El gobierno está a la defensiva, aturdido y sin respuestas y ni se le ocurre denunciar el caso ante sus bases y movilizar. Por su parte, sus opositores se hacen los suecos y ni oyeron hablar de la embajada. En cuanto a los servicios, por definición es imposible democratizar un aparato secreto, con fondos y métodos incontrolables, dirigido verticalmente por un puñado de personas sin nadie que las controle.
Miércoles 4 de febrero de 2015
Al gobierno no le convenía para nada un caso semejante en esta situación económica y enfrentado a las elecciones generales con candidatos inseguros e improponibles, sin bases movilizadas y enfrentado además con la burocracia sindical y también con los sectores obreros más radicales, sin disponer de aparatos de control y mediación. De ahí su confusión y su actitud defensiva ante la violenta ofensiva de sus enemigos (Nisman, La Nación, Clarín, los israelíes -más que israelitas- de la DAIA y la AMIA, los partidos de derecha y extrema derecha). De ahí también que deje librado a su suerte a D’Elia, acallado como un boludo molesto.
El gobierno tolera cualquier cosa, hasta que un recién llegado embajador yanqui vaya al entierro del hombre que acusa de un delito inexistente a la Presidente y al ministro de Relaciones Exteriores lo elogie a pesar del hecho evidente de que no hay allí autoridades oficiales. No utiliza a fondo el hecho de que Nisman reportaba directamente a la embajada yanqui, recibía instrucciones de ésta y de los servicios y tenía excelentes contactos con el Mossad.
No puede ni utilizar esa carta. Por su parte, sus opositores se hacen los suecos y ni oyeron hablar de la embajada, no leyeron las declaraciones de Nisman sobre cómo se enojaba ésta y también Stiusso con él y fingen considerar normal y legal que un fiscal inicie un proceso contra una decisión del Poder Ejecutivo y del Legislativo mientras hace de todo para que no funcione la Justicia, no se renueve la Corte Suprema, no haya cambios en los servicios y el gobierno no pueda hacer nada.
El gobierno está a la defensiva, aturdido y sin respuestas y ni se le ocurre denunciar el caso ante sus bases y movilizar: intenta sólo reducir los daños electorales aumentando a los jubilados y con la propuesta de cambiar los servicios (que están así desde Onganía sin que los haya tocado hasta hace muy poco) proceso que llevaría muchos años en el caso de ser serio porque no puede ni nombrar un ministro de la Suprema Corte.
Estamos ante un golpe de nuevo modelo, como el de Honduras o el que quieren dar en Venezuela. Por razones evidentes los militares no tienen protagonismo, pero allí están, controlando los servicios con (Cesar) Milani y por razones políticas y sociales, militando clandestinamente en el amplio partido proimperialista y golpista de la "gente bien" enemiga "de la negrada".
En el plano electoral- si se llegase a las elecciones- creo que veríamos un aumento del porcentaje de votos del FpV derechizado aún más, del FIT (en mayor proporción pero en mucha menor cantidad, hasta un 5 o 6 por ciento con puntas en algunas provincias), y una concentración de votos en la extrema derecha a costa del centro y del centro derecha (Solanas, radicales). Si no inventan otro caso golpista hasta las elecciones. Pero la intención es rematar la bestia herida que llaman "populismo". Ni hablemos de dónde iría a parar la esperanza de un crecimiento electoral permanente de la izquierda ni la de los “syrizadependientes”.
En cuanto a los servicios, por definición es imposible democratizar un aparato secreto, con fondos y métodos incontrolables, dirigido verticalmente por un puñado de personas sin nadie que las controle e incluso fijarle límites a su acción. Ni la Cheka (inteligencia militar soviética) de los primeros años del bolchevismo pudo escapar al decisionismo, los crímenes, la burocratización que la puso al servicio, no de los trabajadores, sino de Stalin.
Lo que corresponde es cerrar los servicios, especializar cuerpos técnicos en la represión del narcotráfico, legalizar la marihuana y reprimir las drogas pesadas. Para el contraespionaje se necesitaría un equipo políticamente sólido y motivado, de buen nivel intelectual, para evitar su compra por la CIA y el Mossad, que están mucho mejor preparados y tienen medios muy superiores. Pero este Estado corrupto e ineficiente, cuyos funcionarios ven a Estados Unidos como modelo y mandan a su hijas a formarse allá y desprecian la cultura, no puede ni siquiera tener un puñado de 007 que no sea de sexta categoría.
*Historiador, investigador y periodista. Doctor en Ciencias Políticas (Univ. París VIII), profesor-investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana, unidad Xochimilco, de México, profesor de Política Contemporánea de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México. Periodista por La Jornada de México.