Para el cierre de abril habrá un millón de trabajadores despedidos desde marzo. Con esto las proyecciones de desempleo se empiezan a hacer realidad.
Jueves 16 de abril de 2020
Las proyecciones se hacen realidad. Para el cierre de abril se espera que el número de despidos desde que inició la crisis llegue a 1 millón de trabajadores. Esta proyección rebasa el máximo histórico en número de despidos en México y desenmascara las medidas de los empresarios para preservar sus ganancias.
Según datos de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin) para el cierre de abril habrá en México un millón de desempleados. Al mismo tiempo se espera que 200 mil empresas quiebren.
Esta cifra de despidos es 75% mayor a los efectuados en julio de 2009, donde se registraron 571,925 trabajadores despedidos. En aquella ocasión, la crisis económica del 2008 reducía a 12.24 millones los trabajadores afiliados al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Cabe destacar que para la Concamin los despidos están justificados bajo la actual situación sanitaria. Sin embargo, los despidos de millones de trabajadores, es una de las principales medidas de los empresarios para preservar sus ganancias ante la actual crisis económica. Además, los empresarios exigen al gobierno federal mayores concesiones como el diferimiento del pago de contribuciones y servicios.
La atención se sigue centrando, en primer lugar, en si el estancamiento actual de la economía es sólo el producto de la extensión del Covid-19 a nivel internacional, o si éste, únicamente aceleró los ritmos de desarrollo de la crisis del capitalismo, exponiendo, entre otras cosas, las contradicciones económicas que dejó la crisis del 2008. Esta discusión no es menor, pues expone cual es la verdaderamente la causa los despidos.
El salto en la crisis, está siendo aprovechado por los capitalistas en todo el mundo para generar nuevas relaciones -más precarizadas y con mayor explotación- entre el capital y el trabajo.
El salto en la crisis, está siendo aprovechado por los capitalistas en todo el mundo para generar nuevas relaciones -más precarizadas y con mayor explotación- entre el capital y el trabajo.
Se dispara el desempleo en el marco de la pandemia
Tan solo en México, el anuncio (disfrazado de pronóstico) de un millón de despidos para finales de abril (de los cuales 346 mil ocurrieron en marzo), así como los dos millones de trabajadores que podrían quedar desempleados si esta situación sigue avanzando, muestra el impacto de la crisis internacional y la respuesta de los capitalistas.
Esto habla de la magnitud de la actual crisis económica que atraviesa el país que con la extensión de la cuarentena hasta el 30 de mayo podría profundizarse y acrecentar el número de desocupados.
Ante la actual situación económica, la salida que ofrecen los empresarios y el gobierno -el cual se ha limitado a pedirle a aquéllos que no despidan- no es ni puede ser la única. Ningún despido se puede justificar en la actual situación de pandemia. Además, porque la actual situación merece una salida organizada para la crisis sanitaria y económica opuesta a la que ofrecen los empresarios, para preservar sus ganancias.
Una salida organizada tiene que empezar por exigir la reinstalación de todos los despedidos y prohibir los despidos por medio de un decreto o ley. Junto con esto es importante que se otorguen licencias con un salario al 100% para los trabajadores afectados por la propagación del virus.
Esto tiene que ir acompañado de salud pública y gratuita para toda la población, pues si bien las cifras hablan de trabajadores afiliados al IMSS, no todos los trabajadores, por la situación de precariedad laboras a la que ven sometidos, tienen acceso a la salud. Por eso es importante la centralización de todo el sistema de salud por el Estado, incluyendo la nacionalización del sector privado, bajo el control de sus trabajadores.
Todo esto se puede garantizar sobre la base de impuestos inmediatos a las grandes fortunas y la cancelación definitiva del pago de la deuda externa.
Sólo los trabajadores organizados exigiendo a los sindicatos que se reclaman democráticos la más amplia movilización, pueden imponer estas y otras medidas. Solo una economía planificada sobre la base de la producción y las necesidades de los trabajadores pueden ser una salida a la actual crisis sanitaria y económica.
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