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Red Internacional
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La derecha insegura. Escalofríos de Bullrich: la lucha universitaria y la “memoria” burguesa de la revuelta chilena

Como si no leyera las noticias, la ministra de Seguridad dijo que las universidades están tomadas “por unos pocos”. Pero a la vez se confiesa preocupada por la “amenaza” de que pase lo que en Chile en 2019, cuando se puso en jaque al régimen heredero del pinochetismo. ¿Será éste el verdadero miedo de “la casta”?

Daniel Satur

Daniel Satur @saturnetroc

Miércoles 16 de octubre 13:16

Este miércoles, en una entrevista por Radio Mitre con Eduardo Feinmann (el mismo que hace unas semanas pidió su renuncia al responsabilizarla por una fake news de la que fue víctima), la ministra de Seguridad Patricia Bullrich se refirió a la rebelión estudiantil que se viene dando desde hace días en todo el país tras el veto presidencial a la Ley de Financiamiento Universitario.

Feinmann le pidió a la ministra que escuchara un audio de Luca Bonfante, secretario general del centro de estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, interviniendo en una asamblea estudiantil. Allí el joven dice: “En este mismo momento en todas las facultades de la UBA se está discutiendo impulsar cortes para el día miércoles, en Ciudad Universitaria acaban de definir cortar la Avenida Lugones, propongo volver loca a Patricia Bullrich en toda la ciudad”. Y lo sigue un aplauso masivo de toda la asamblea.

Consultada por el animador sobre los dichos del estudiante de la Juventud del PTS, Bullrich dijo que a ella no la van a volver loca. “Lo que están haciendo es una provocación, que la llevan al límite y ése es un límite que nosotros conocemos bien cuál es el objetivo que tiene. El objetivo que tienen es generar una revuelta, ¿no es cierto?, y tratar de desestabilizar. Nosotros vamos a trabajar con la prudencia de no dejarnos llevar por estos pocos estudiantes que están tomando las universidades”.

Lo de “pocos estudiantes” no resiste el menor análisis. Por estos días miles y miles de jóvenes que cursan carreras universitarias a lo largo y ancho del país protagonizan más de 80 tomas de edificios, con clases públicas y deliberaciones en asambleas donde participan decenas de agrupaciones políticas y gran cantidad de personas sin militancia alguna. Parece que Bullrich no lee los diarios.

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Pero la ministra le dio una vuelta de tuerca más a su relato. “Ellos quieren generar una revuelta, el modelo chileno, ¿no?, que rompieron todo, que destruyeron todo. Nosotros regulamos las decisiones de acuerdo a los objetivos. Y si quieren molestar a la gente, porque a mí no me molestan, y quieren hacernos generar un enfrentamiento, no lo van a lograr, porque nosotros tenemos en claro que atrás de esto van a ir con molotovs, van a ir con, con, con una cantidad de cosas a propósito para intentar hacer in crescendo” (sic), dijo trastabillando con el lenguaje.

La ministra se vio en la necesidad de aclarar que en el gobierno no son “tontos”. Por eso, según afirmó, en estas horas decidió dejar en manos del jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, cualquier intento de represión a cortes de calle frente a las sedes universitarias de la Ciudad de Buenos Aires. Hasta el mismo Feinmann ironizó al decirle “ah, ¿ahí no funciona el protocolo antipiquete?”.

Una demostración de que la represión del Gobierno, al menos hasta ahora, se focaliza en los sectores más empobrecidos y en manifestaciones convocadas por sectores independientes del Estado y la izquierda. Reprimir en la Universidad, donde hay una alta presencia de sectores medios de la sociedad, sería un salto que, al menos de momento, Bullrich y Milei no quieren dar.

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Luca Bonfante estuvo el martes debatiendo en LN+
Luca Bonfante estuvo el martes debatiendo en LN+

“Lo que están buscando es algo muy pesado, tienen en la cabeza el modelo chileno, que fue el descontrol total a partir de un grupo de estudiantes, de casi un mes de revueltas, con muertos”, insistió Bullrich. Y agregó, con su habitual ambigüedad, que el Gobierno “entiende” cómo tiene que funcionar “en cada momento” y de acuerdo a “cuál es el objetivo del otro”.

En otro pasaje trabalingüístico de los que suele regalar cuando busca salir del paso, la ministra sentenció: “El objetivo nuestro es que el país salga adelante, no vamos a generar inseguridad, ehhh, de alguna manera permitir esto, porque lo que buscan es destruir lo que está logrando la Argentina (¿?) paso a paso y con un enorme sacrificio”.

No vamos a pretender que Bullrich le pregunte al ChatPTS el significado profundo e histórico de la revuelta chilena de 2019. Ella lo conoce bien. Sabe que esa larga y masiva manifestación callejera de jóvenes, mujeres y trabajadores de todo el país trasandino puso en jaque al régimen heredado de la dictadura de Augusto Pinochet (reivindicado por la gestión de La Libertad Avanza). Así lo entendió el entonces presidente Sebastián Piñera, que buscó aniquilar la revuelta asesinando manifestantes y dejando miles de malheridos.

Este diario publicó en las últimas horas una columna llegada precisamente desde el otro lado de la Cordillera. A cinco años del inicio de aquella rebelión Dauno Tótoro, dirigente del Partido de Trabajadores Revolucionarios de Chile, hace una reflexión que bien les vendría leer a quienes aún hoy le siguen creyendo, aunque sea un poco, a la represora Bullrich.

Dice Tótoro que hoy “los medios de comunicación tradicionales, las encuestas y los partidos empresariales, están en una campaña desatada tratando de desprestigiar la rebelión. A cinco años de la revuelta cobra vital importancia combatir los intentos de reescribir la historia, de perpetuar la impunidad, conmemoramos la rebelión y a los caídos, y reivindicamos una estrategia que vuelva a poner al centro a las y los trabajadores (...) Reivindicamos la revuelta del 2019 como un acto masivo de movilización por parte de una gran mayoría popular que se hastió del Chile de los 30 años”.


Daniel Satur

Nació en La Plata en 1975. Trabajó en diferentes oficios (tornero, librero, técnico de TV por cable, tapicero y vendedor de varias cosas, desde planes de salud a pastelitos calientes). Estudió periodismo en la UNLP. Ejerce el violento oficio como editor y cronista de La Izquierda Diario. Milita hace más de dos décadas en el Partido de Trabajadores Socialistas (PTS).

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