La abogada querellante de Justicia Ya La Plata, Pía Garralda, se había negado a saludar en los pasillos de tribunales al abogado del genocida Grande condenado en el juicio de lesa humanidad de La Cacha, expresando que no saludaba a defensores de genocidas.
Martes 29 de mayo de 2018 13:15
El Colegio de Abogados de La Plata a través de su Tribunal de Disciplina, haciendo uso de sus facultades y funciones de “Poder Disciplinario” sobre los abogados y procuradores que actúen en su Departamento resolvió sancionar con una advertencia más las costas del juicio a la abogada de APEL, Pía Garralda.
El hecho que ameritó la sanción fue la denuncia realizada por el abogado Juan Losinno en virtud que la denunciada se negara a saludarlo en los pasillos de tribunales por expresar que no saludaba a defensores de genocidas. La resolución se fundamenta en que “las palabras empleadas por la denunciada se consideraron en el contexto como agraviantes, o en su defecto como un desprecio por las normas de estilo. Independientemente de las razones que determinaron que motivaron el uso de la terminología que se cuestiona (…) La negativa a saludar al colega en razón de la defensa de una persona acusada de un delito de lesa humanidad o en su defecto por la forma en que el denunciante ejerciera la defensa de sus clientes y la afirmación en términos de represores o genocidas constituye una afrenta innecesaria y desmedida”.
Juan Losinno
Es evidente que el Tribunal de Disciplina, integrado por José Abel Irazu, Juan Eduardo Caniggia, Angela Bedouret, Carlos Garobbio y Cristina Delucchi, al momento de establecer el apercibimiento omitió el currículum de Losinno, el abogado defensor de genocidas, que durante todo el juicio del Centro Clandestino La Cacha, “acechó a sobrevivientes y familiares en los pasillos de los tribunales, los agravió mientras prestaban testimonio y protagonizó toda clase de chicanas y provocaciones con el fin de dilatar las audiencias de un demorado juicio que se desarrolló 38 años después de los hechos. Además es un militante de la derecha católica, defensor del pedófilo Julio César Grassi, entre otros.
El hostigamiento por parte de Losinno le valió una sanción de apercibimiento por parte del Tribunal Oral N°1, precisamente, por su actitud “poco ética”. La sanción fue comunicada al Colegio Público de Abogados de La Plata para que investigue su actuación profesional, sin embargo la única resolución emitida por el Tribunal de Disciplina es la sanción a la abogada Garralda.
Pero lo cierto es que el abogado redobló el ataque. A todo lo expuesto, se suma la denuncia que realizó el abogado defensor del genocida Grande contra otros abogados de derechos humanos por haber firmado un petitorio en apoyo a Pia Garralda, entre los que se encuentran abogados del CeProDH Luciano Sivori y María Luz Santos Morón. Esta denuncia se encuentra tramitando en el Colegio de Abogados de Quilmes.
Es decir, que el Colegio de Abogados con la sanción emitió un claro mensaje político a tono con los tiempos que corren dándole lugar a denuncias contra abogados comprometidos con los derechos humanos y los oprimidos de este sistema, sentando así un grave precedente.
Mientras se sanciona a quienes ponen su profesión al servicio de las causas contra los genocidas responsables de los 30000 compañeros detenidos desaparecidos, el Colegio de Abogados vela por asegurarle el libre ejercicio de la profesión y su ética “dañada” a quienes representan a los personajes más aberrantes y terribles de la historia de nuestro país.
Poco puede importarles a personajes como Losinno, quien dio muestras de absoluta compenetración en los métodos y en la ideología de la dictadura, algún detalle que tenga que ver con la armonía, el estilo y el decoro.
Desde el CeProDH, junto a otros organismos de Derechos Humanos, nos solidarizamos con Pía Garralda, solicitamos la nulidad de la sanción contra la letrada, la anulación de las causas contra los abogados de derechos humanos denunciados y que se sancione la conducta del defensor Losinno por su repudiable actuación en el juicio por el CCD La Cacha.
