Víctor M. Gómez llevaba 13 años trabajando para la empresa Aquona Gestión de Aguas de Ciudad Real que gestiona los contratos públicos de red de agua y saneamientos. Fue despedido en una clara acción antisindical, pero los jueces vienen emitiendo sentencias a favor de la patronal.
Viernes 16 de julio de 2021
Foto: Mundo Obrero.
La historia de Víctor M. Gómez es como la de muchos trabajadores que empiezan a organizarse contra condiciones precarias en lo laboral, y en ese camino, chocan de frente contra las represalias antisincales en las empresas. En 2018, Víctor comenzó a reclamar una subida de categoría y también a exigir que el convenio cumpliera con lo pactado, reivindicaciones que nunca fueron atendidas por la empresa. Más tarde, en enero de 2019 se crea una Sección Sindical con el SIBF (Sindicato Independiente de Bomberos Forestales), en la cual Víctor M. Gómez es nombrado por los afiliados miembro sindical, un acto comunicado a la empresa. Es desde esta posición sindical que se emprende una lucha por el reconocimiento de las categorías, el pago de pluses que la empresa no pagaba y se crea un borrador de convenio colectivo más igualitario para todos los trabajadores.
Así, se van acumulando las tensiones con la empresa, producto de la lucha por defender a sus compañeros, hasta que finalmente se decide por demandar a AQUONA por la categoría. La respuesta de la empresa no se hace esperar, y en una típica acción de persecución sindical, el 19 de diciembre de 2019 le envían una carta de despido.
Se abre otra etapa en el conflicto laboral y se realizan una serie de concentraciones en la puerta del Ayuntamiento de la Ciudad, a cargo de gestionar el contrato público, pero la empresa no da el brazo a torcer. Sus compañeros recalcan el hecho de que “ningún partido de la ciudad (ni los de izquierdas) secundan estas manifestaciones, solo sus compañeros de trabajo”.
En un primer juicio de lo Social en septiembre de 2020, la jueza le da la razón a la empresa, con una sentencia lamentable, ya que rebaja su actividad sindical a la nada, tratando de hacer pasar el despido por otra causa. El siguiente paso es ante el Tribunal Superior de Justicia de Albacete, pero el juez toma la misma posición favorable a la empresa, obviando la existencia de una actividad sindical clara. Es más más: “la propia sentencia le reconoce como representante de los trabajadores y por otro lado lo niega”, explican sus compañeros. La sentencia sostiene que fueron reconocidas sus peticiones en el convenio, pero eso es denunciando como una total mentira, ya que el convenio está aún por firmar.
Desde un grupo de trabajadores y compañeros de Víctor denuncian estas sentencias escandalosas y el hecho de que “los jueces dictan sentencias claramente a favor de la empresa”. Actualmente el caso se encuentra en camino para un recurso ante el Tribunal Supremo.
Ante esta situación, Víctor y sus compañeros buscan el apoyo de otros colectivos y están tratando de difundir lo más posible esta lucha, a pesar de que los grandes medios de comunicación no están dando cobertura, como sucede muchas veces.