Condena social al torturador. Escrache al represor de la dictadura Mario Julio Aguerrondo

Durante la mañana del sábado una caravana partió desde la plaza 1 de Mayo hacia el lugar de concentración final en el Museo de la Memoria ubicado en la Av. De las Instrucciones. Desde allí se organizó una columna para realizar el escrache al represor, torturador y asesino de la dictadura Mario Julio Aguerrondo, en su domicilio ubicado sobre la misma avenida.

La movilización convocada por la Plenaria Memoria y Justicia y acompañada por diversidad de militantes y distintas organizaciones sociales y políticas, nuevamente hace constancia de que la lucha por la memoria y la justicia prevalecerá por sobre la impunidad.

En medio de cantos contra la impunidad, de alerta a los vecinos de que conviven con el “milico asesino”, la movilización se abrió paso por la avenida hasta desembocar hasta las inmediaciones de la casa del genocida.

En el lugar se leyó una proclama que repasó el prontuario de este monstruo sádico de la dictadura y de su participación en actividades de espionaje durante el periodo democrático. También se recordó a algunas de las víctimas de su accionar durante el periodo dictatorial, como por ejemplo, la desaparición de Carlos Arévalo, Eduardo Bleier, Juan Manuel Brieva, Julio Correa, Fernando Miranda, Otermín Montes de Oca, Julio Escudero Mattos y Elena Quinteros, mientras Mario Julio Aguerrondo fue el jefe militar del Batallón 13 y especialmente del centro clandestino de detención y tortura 300 Carlos o Infierno grande, lugar donde también torturó a multitud de presos y presas políticos.

Aguerrondo: torturador de linaje ultra derechista

Mario Julio Aguerrondo es hijo del militar herrerista y ultra derechista Oscar Mario Aguerrondo, que fue fundador de la logia militar de ultra derecha Tenientes de Artigas. De su padre también heredo su fanatismo anti comunista. Los Tenientes de Artigas fueron protagonistas del golpe de Estado de 1973 y de sus filas la dictadura se pudo nutrir de destacados dirigentes, así como también reconocidos represores, torturadores y asesinos.

Aguerrondo hijo, siguiendo la carrera militar de su padre y el perfil político ultraderechista, asumió durante la dictadura en su papel de oficial, responsabilidades de inteligencia y represión directa como las mencionadas más arriba al estar al frente del mayor centro de detención y tortura de la dictadura militar. Durante el periodo democrático fue protagonista junto a su logia de varios atentados de bomba contra personalidades políticas, su logia también fue protagonista del caso del secuestro y asesinato en 1992 del químico chileno Eugenio Berríos (miembro de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) chilena). También por esta época Aguerrondo y su logia aparecen asociados al escándalo del espionaje en democracia develado por los llamados “archivos Berrutti”

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Los escándalos mencionados en los que quedó envuelta la logia de Aguerrondo hasta principios de los años 90s, hicieron que perdieran influencia en los años posteriores. Salvo en el breve periódo durante la presidencia de Luis Lacalle Herrera (1990-1995), que durante el principio de la misma obtuvieron designaciones de mando militar.

Años después recuperaron nuevamente influencia y fueron beneficiados con posiciones de poder durante la presidencia de José Mujica, bajo el mando del Ministro de Defensa de la época Eleuterio Fernández Huidobro. Incluso lograron la mayor designación que puede lograr un militar del Ejército uruguayo que es ser Comandante en Jefe, cargo otorgado al hoy político Guido Manini Ríos.

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Condena social

Más allá de que Aguerrondo fue condenado por sus crímenes de terrorismo de Estado; gracias a la lucha de décadas de familiares, victimas y militantes de derechos humanos; la impunidad, que busca siempre imponerse, logró conseguir a favor de este genocida el beneficio de prisión domiciliaria. Lamentablemente este no es un caso aislado, porque además de los casos de represores que ni siquiera fueron condenados, siempre se está buscando en caso de que sean condenados, otorgar en última instancia este tipo de beneficios a favor de los genocidas.

Por eso, si hay impunidad, todavía queda la condena social, para que no haya olvido ni perdón. Como dice el cántico ¡A donde vayan los iremos a buscar! Compartimos con ustedes el registro de la protesta en imágenes.