A 120 años del nacimiento de Luis Buñuel Portolés, uno de los íconos mundiales del cine del siglo pasado y el más vanguardista de los directores de cine españoles, repasamos su vida y obra.
Luis Buñuel Portolés nació el 22 de febrero de 1900 en la localidad turolense de Calanda. Al poco tiempo de su nacimiento su familia se trasladó a Zaragoza, en la que la infancia de Buñuel trascurrió en medio de un ambiente de clase media. En sus primeros años pudo ver las primeras películas que se realizaban, y fue aficionado al teatro, algo que marcará una importante huella en su trabajos como director de cine.
Con 17 años se trasladó a Madrid para cursar sus estudios universitarios. Se alojó en la recién creada Residencia de Estudiantes, donde conoció y entabló una fuerte amistad en aquellos años con Federico García Lorca, Rafael Alberti y Salvador Dalí. El ambiente creativo que se vivía en el entorno de la Residencia le influyó enormemente y pronto cambió sus estudios en Entomología para cursar Filosofía y Letras.
En esa época escribió poesía, prosas poéticas y cuentos en diversas revistas literarias. También realizó puestas en escena que realizaban en la Residencia de Estudiantes.
En 1925, tras asistir a la conferencia que dio Louis Aragon en la Residencia de Estudiantes, quién fue uno de los principales referentes del dadaísmo y posterior referente del surrealismo, Buñuel se trasladó a París. En esos años se acercó al movimiento dadaísta y después de conocer a André Bretón siguió la senda del surrealismo ya en Francia.
Primeros años como director
Luis Buñuel era un cinéfilo y durante esos años desarrolló un profundo sentido de la creatividad pero es cuando vio Las tres luces de Fritz Lang cuando decidió ser director de cine realizando su primer trabajo, La caída de la casa Usher, en 1928.
En 1929 estrena Un perro andaluz (Un chien andalou) en Francia donde la crítica y la intelectualidad aplaudió su trabajo, marcando también su ingreso al surrealismo.
Con La edad de oro (L’âge d’or, 1930) Buñuel provocó un gran escándalo.
Grupos de extrema derecha incendiaron el lugar donde se proyectó la película y el gobierno francés requisó las copias d ela película. La censura en Francia duró 50 años, también se marcó el alejamiento con Salvador Dalí.
A principios de la década de 1930 viajó a Hollywood para conocer el sistema de producción estadounidense. Ahí conoció a Charles Chaplin y a Serguéi Eisentein.
En la senda de la Segunda República
Buñuel regresó a España en el periodo de la Segunda República, donde realizó el documental Las Hurdes, Tierra sin pan documental financiado por su amigo, el artista anarquista Ramon Acín.
Tras el golpe de estado franquista en 1936 el director salió de España. Buñuel simpatizaba con la Segunda República. Según un estudio publicado en 2009 (Los años rojos de Luis Buñuel, Akal) Buñuel estuvo afiliado al Partido Comunista entre los años 1932 y 1938, sin embargo no se posicionó como militante y nunca admitió públicamente su pertenencia a ese partido. En aquellos años entre los sectores de la intelectualidad había un gran sentimiento antifascista algo que Bñuel expresó publicamente. En 1933 firmó un manifiesto contra Hitler junto con Federico García Lorca, Rafael Alberti, Sender y otros artistas e intelectuales.
Viajó a Estados Unidos para supervisar una película sobre la Guerra Civil Española, pero el conflicto concluyó y se suspendió el rodaje. Se trasladó a Nueva York donde trabajó en el Museo de Arte Moderno (MOMA) pero tuvo que renunciar tras ser acusado de comunista. Por ese mismo motivo le fue negada la nacionalidad y no pudo abrirse camino en la industria del cine en este país.
Los días en México
Después de su etapa en Estados Unidos llegó a México donde dirigió Gran Casino (1947) pero fue un fracaso en taquilla aún contando con la actuación de la estrella argentina Libertad Lamarque y Jorge Negrete. No fue hasta que dirigió El gran Calavera (1949), con la actuación de Fernando Soler, que se consolidó su carrera en México.
Con la película Los olvidados (1951) el director de cine obtuvo La Palma de Oro por mejor director. Esto le dio proyección internacional, el filme es uno de los tres declarados por la UNESCO como Memoria del Mundo.
Dentro de la filmografía de Buñuel realizada en México destacan La ilusión viaja en tranvía (1953), Ensayo de un crimen (1955), Nazarín (1958) y Simón del desierto (1964), que fue la última producción en tierras americanas.
El discreto encanto del reconocimiento internacional
En su última etapa como director Buñuel se posicionó como uno de los mayores directores del mundo. Con Le charme discret de la bourgeoisie (El discreto encanto de la burguesía de 1972 obtuvo el premio Óscar como mejor película en habla no inglesa. Buñuel no acudió a la entrega de los premios. Un año antes en declaraciones a la revista Variety el director ya había adelantado sus ideas: “Nada me disgustaría más moralmente que recibir un Oscar. No lo tendría en mi casa”. Esto se debía a su rechazo a la industria hollywoodense por las ideas que instaba como verdades eternas a través del cine.
La vida que tuvo Buñuel estuvo ligada a la clase social a la que perteneció, la burguesía y de la cual siempre renegaría. En toda su obra aparece una critica permanente y mordaz los vicios de la burguesía.
De ideas progresistas, su vida estuvo atravesada por la rebeldía y la burla hacia las tradiciones más sagradas. Afirmaba que la religión, la patria, la familia y la cultura son instituciones hipócritas y amorales. Toda su obra es una reacción contra estas. Su posición ética y política lo condujo irremediablemente a sufrir la censura.
Su última película fue Cet obscur objet du désir (Ese oscuro objeto del deseo, 1977). Pocos años después Buñuel falleció en la Ciudad de México en 1983.
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