Reproducimos las palabras de Carlos Musante, militante del PTS en la Zona Sur.
Viernes 13 de marzo de 2015
No recuerdo cuando conocí a Leo exactamente, pero fue en los noventa cuando ser trotskista ortodoxo era completamente contra la corriente y un grupo de pibes, nos dimos la tarea de construir el partido en el GBA junto con compañeros de más tradición. Esto lo hacía ya revolucionario, pero no se conformó y se cargó al hombro el giro al movimiento obrero del partido y se convirtió en uno de nuestros primeros dirigentes fabriles en la zona Norte en dura lucha contra la burocracia de Daer.
Además de todo esto, que ya lo hacía grande, era un buen tipo, jodón, por lo menos antes de la depresión que lo llevó a la muerte. En las marchas siempre tenía una joda a flor de piel, en los congresos me felicitaba cuando le gustaban mis intervenciones y me gastaba en forma demoledora cuando no acordaba.
Creo que en este momento tan triste tenemos que tomar su ejemplo político, de alguien que dos veces no se adaptó, si quieren tres por su esfuerzo de no ser sólo dirigente sindical, y de gran tipo que era, para aprender todos y todas a ser mejores.
El mejor homenaje que podemos hacer es seguir su lucha, con más fuerza, con más convicción como ese pibe que se decidió a ser trosko cuando el mundo parecía una gran tumba.
Acaba de morir un revolucionario. ¡Que viva la Revolución!