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Red Internacional
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Espadas renuncia a competir en las primarias del PSOE-A: ¿Montero futura candidata en 2026?

Juan Espadas, actual secretario general del PSOE-A, ha anunciado que se retira de las primarias internas del partido para dejar paso a la -aún por confirmar- candidatura de María Jesús Montero, vicepresidenta y ministra de Hacienda, como nueva líder andaluza y rival de Moreno Bonilla para la Junta de Andalucía.

Roberto Bordón

Roberto Bordón @RobertoBordon13

Martes 7 de enero

Juan Espadas ha anunciado que no se presentará a las primarias internas del PSOE en Andalucía que se celebrarán en el congreso regional durante el próximo mes de febrero para elegir a la nueva dirección del partido. Espadas ha afirmado que da un paso al costado para apoyar una “candidatura que sea un revulsivo para ganar a Moreno Bonilla en 2026”, palabras con las que deja caer que apoya la todavía no oficial candidatura de María Jesús Montero, vicepresidenta y ministra de Hacienda, al liderazgo del PSOE-A. Una candidatura de consenso para reunificar un PSOE-A en crisis tras la derrota electoral de 2018.

Las primarias internas del PSOE se dirimirán a priori entre María Jesús Montero y Luis Ángel Hierro, aunque con el apoyo explícito de Espadas el proceso es un puro trámite para Montero que contaría con el consenso de todas las direcciones provinciales del PSOE-A. La vicepresidenta sería una candidata de consenso entre ‘susanistas’ y ‘sanchistas’, así como un nombre de peso para pelear la Junta de Andalucía ante el PP de mayoría absoluta de Moreno Bonilla. Una jugada que ha provocado rumores en las últimas semanas debido a lo arriesgado del movimiento en el contexto de la política estatal. Montero en caso de confirmar la decisión deberá combinar sus tareas en el gobierno central, gobierno que no cuenta con una mayoría parlamentaria sólida e inmerso en negociaciones complejas con distintos actores políticos, con la dirección de la mayor federación del PSOE.

Una federación compleja de dirigir tanto por su tamaño y su división interna como por la crisis que arrastra desde la derrota electoral de 2018. Aunque como buen político profesional Espadas ha hecho un balance positivo de sus casi cuatro años al mando del PSOE-A, la realidad es que su partido encadena cuatro derrotas electorales consecutivas (autonómicas, municipales, europeas y generales) que han transformado al histórico granero de votos del PSOE en un feudo donde se consolida la hegemonía electoral del PP.

Un proceso que ha confirmado la crisis de proyecto del PSOE incapaz de diferenciarse del PP porque como explicaba el propio Moreno Bonilla, en el fondo son lo mismo y el factor clave es la capacidad de Juanma Moreno de presentarse como mejor gestor para un proyecto similar en favor de las élites andaluzas. Espadas no ha podido revertir esta idea tan simple repetida por el PP, aunque sin ninguna originalidad. Ya el 15M hizo esta precisa definición política con el famoso lema “PSOE y PP la misma mierda es”. Si el PSOE se recuperó después de aquella irrupción popular ha sido fundamentalmente por el papel que jugaron sus escuderos de IU, Podemos y posteriormente Sumar. Así, en Andalucía, el “Moreno Bonilla del PSOE” como lo definieron sus propios compañeros perdió contra el Moreno Bonilla original.

Tampoco ha logrado resolver la división partidaria agravada precisamente tras su victoria ante Susana Díaz como ha afirmado esta mañana. Si esto fuese cierto, no se destacaría el potencial de María Jesús Montero como figura de consenso que evite el conflicto interno en un momento de debilidad máxima.


Montero, más de lo mismo


La elección de María Jesús Montero revela varios elementos, comenzando por la importancia que Pedro Sánchez da a Andalucía en el contexto político estatal. Las continuas derrotas electorales ponen en riesgo la continuidad del gobierno central en las próximas elecciones en las que recuperar un bastión histórico para el PSOE podría ser la llave de la supervivencia. En Andalucía se disputan 61 escaños para el Congreso de los Diputados.

Al mismo tiempo, plantea un escenario donde puede discutirse la crisis del PSOE-A como proyecto político. La jugada de Montero supone como han destacado varios analistas tensionar a un cuadro político clave a nivel estatal porque no se encuentra a nadie válido a nivel regional.

Montero, al igual que Espadas en su momento, no es una candidata “impoluta”, es una dirigente que ha participado como consejera de distintos gobiernos del PSOE en la región que llevaron a cabo todo tipo de ataques contra la clase trabajadora y los sectores populares. Gobiernos implicados en el caso ERE, aunque el Tribunal Constitucional haya resuelto favorablemente a los expresidentes andaluces, y gobiernos que han participado en recortes de los servicios públicos. Bajo mandato de Montero se recortaron más de 7.000 sanitarios en 2013, periodo durante el cual se pagó más de 2 millones en sueldos a altos directivos de la Consejería de Salud dirigida por la propia Montero. Gobiernos que atacaron la Sanidad con el intento de fusión hospitalaria en Granada que quiso arrebatarle un hospital a la capital andaluza.

Quizás Montero sea una candidata de consenso e incluso una candidata que IU desee apoyar, al fin del al cabo cogobernaron en aquel gobierno de los recortes “que aprietan, pero no ahogan”, como nos decían militantes del PCE y UJCE en aquellos años, pero desde luego es más de lo mismo. Probablemente será mejor candidata que Espadas, porque Espadas era tan insulso como contrincante que parecía que iba en el equipo de Moreno Bonilla.

Pero el proyecto de Montero ya lo conocemos los andaluces. Se pudo ver hace más de diez años y ante sus políticas se movilizaron el 15M, las mareas blancas y toda una serie de movilizaciones populares. Montero quería cerrar hospitales mientras regalaba millones a sus colegas en 2013 y en 2022-2023 ha sido quien ha dirigido la aprobación de los Presupuestos más militaristas de la historia del régimen español.


Roberto Bordón

Andalucía

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