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Red Internacional
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Catalunya. Españoles #samataopaco, o la segunda “muerte” del dictador

El Ayuntamiento de Barcelona inició una exposición sobre la dictadura y el Parlament votó la anulación de los juicios sumarísimos de Franco. La mayor presencia simbólica de Franco, desde su muerte.

Viernes 21 de octubre de 2016

Este viernes por la mañana continuó la expresión del odio contra la dictadura y el mismo dictador. Es decir, la estatua pedestre descabezada siguió recibiendo. Le habían tirado huevos, pintura blanca. Le colgaron una estelada, una muñeca de goma y le pintaron los colores del movimiento gay. Ayer finalmente cayó la estatua con una puerta colgada. Los jóvenes han demostrado el “aprecio” que sienten por ese momento de la historia.

La estatua había sido colocada, en el barrio del Born al costado del Centre Cultural donde el Ajuntament de Barcelona organizó una exposición sobre la dictadura y el dictador. Gerardo Pisarello, el primer teniente de alcalde barceloní y mano derecha de Ada Colau, inauguró la misma el lunes pasado.

La exposición titulada “Franco, Victòria, República. Impunitat i espai urbà” fue concebida con una intención pedagógica y de memoria histórica. Así lo expuso Gerardo Pisarello quien reconoció “No es cómodo ver símbolos del franquismo, pero todavía es más incómodo vivir en un estado que tolera la impunidad”.

Los convergentes sólo se quejaron de que la estatua esté tan cerca de uno de los grandes símbolos de la resistencia catalana a los borbones. Las Juventudes de Esquerra se pronunciaron en contra de poner monumentos franquistas en las calles. Incluso hasta la Fundación Franco se mostró preocupada por el “maltrato” a la estatua del dictador y pide explicaciones por la decapitación de ésta. Es increíble, ¿no?

El Parlament anula los juicios sumarísimos

Este miércoles, el Parlament catalán inició la tramitación de una ley que anulará los consejos de guerra sumarísimos y los dejará sin ningún efecto jurídico. Esto implica la anulación de casos famosos como el de los activistas Salvador Puig Antich y Joan Peiró, el President de la Generalitat, Lluis Companys, o el militante de ETA, Juan Paredes Manot "Txiki" entre muchos otros.

Los partidos conservadores, si bien no hicieron enmienda alguna a la ley, volvieron a amenazar con el Tribunal Constitucional. Como tienen escaños suficientes para votar sus posturas, apelan a un puñado de jueces conservadores que el pueblo no eligió para que decidan por millones.

Este proyecto de ley significará una reparación de justicia simbólica, aunque necesaria para que los familiares de los perjudicados puedan sentir cierta reparación. Aunque llega con varias décadas de retraso. Sin embargo, quedan muchas cosas en el tintero.

La larga sombre del franquismo

¿Se imaginan una Fundación Adolf Hitler que defienda la memoria de ese genocida? ¿O una Mussolini que haga lo propio? En España es posible que una Fundación Francisco Franco defienda la memoria del peor dictador español, que reciba ayudas millonarias y que sea la que custodie los archivos del dictador mientras ejercía su dictadura.

Junto a la Fundación fascista, también podemos ver muchos símbolos fascistas presentes en los lugares públicos. En Catalunya está la estatua en el medio del río Ebro que en el Ajuntament de Tortosa se negaron a retirar, tan solo para nombrar un caso.

Sin embargo, lo peor son las instituciones judicial y militar que pasaron sin ser tocadas. Los mismos jueces y militares que estaban con Franco pasaron a ésta supuesta democracia deformada. Un Tribunal Constitucional blindado por el Gobierno, el Parlamento y el Consejo General del Poder Judicial. Y, por supuesto, la Monarquía restaurada por Franco y asentada por esta democracia para ricos.

Hay que matar la larga sombra de Franco

La Transición fue modélica para el búnker, el Ibex 35 y la burocracia de izquierda como el PSOE y el PCE. Las iniciativas de BComú y la votación del Parlament apenas si tocan superficialmente la sombra del franquismo y esa transición modélica. No alcanza con la voluntad de hacer pedagogía o atacar aspectos más bien simbólicos.

Qué diferente sería si la CUP y BComú impulsaran un gran movimiento de trabajadores y el pueblo para acabar en los hechos con la larga sombra del franquismo. Comenzando con la anulación de la ley de amnistía (garante de la impunidad), con la expropiación de todos los bienes que la familia Franco y el estado se apropiaron de los vencidos. Siguiendo con la disolución de la Fundación Francisco Franco y la expropiación de los archivos de la misma. E incluso permitiendo el reconocimiento de las nacionalidades, así como el derecho a decidir.

Una campaña así cuestionaría inmediatamente al mismo Rey, cuyo padre había sido echado por el pueblo y que fuera restituido por el dictador. Una campaña así pondría en cuestión a la misma transición democrática y esta democracia para ricos.

Por ello, si pretenden acabar con la continuidad de Franco y el búnker, es necesario mucho más. Sería muy distinto si tanto la CUP como BComú apuntaran a organizar y a movilizar a los millones que los han votado. Esta tarea de ninguna manera la llevaran adelante el PP, o el PSOE o Junts pel Sí. Sólo la clase obrera y el pueblo podrán, con su movilización y su lucha imponer estas tareas democráticas de primer orden. Sólo falta comenzar.