Según la Secretaría de Ecología y Gestión Ambiental del Gobierno del Estado de San Luis Potosí bajo la dirección de Yvett Salazar Torres la suculenta alucinógena está bajo saqueo. “En una ocasión tuvimos el reporte de que salieron camiones enteros cargados con la cactácea” afirmó.
Miércoles 7 de agosto de 2019
El peyote se quema: para el gobierno es una droga ilegal
Sin embargo, en el caso de que el gobierno detecte saqueo ilegal recurre a la quema del cacto lo que constituye un rechazo institucional a la planta sagrada para los indígenas. Mientras, los wirras han solicitado en diversas ocasiones que en vez de quemarse el cacto debe plantarse de nuevo en el desierto pues su crecimiento tarda 15 años.
El turismo de clase media “psicodélico” y el narco han saqueado por miles el cacto. El narco usa la plata para fabricar mescalina. El kilo de peyote alcanza los 5 mil pesos, ya que hay quienes pagan lo que sea por el alucinógeno, sostienen indígenas.
Para el CONACYT el tema es peligroso “se hacen devastaciones y saqueos, además cuando las autoridades recuperan las plantas las queman en lugar de reintroducirlas, las manejan como droga".
De acuerdo con informes de Alfonso Valiente Banuet, jefe del departamento de Ecología de la Biodiversidad, del Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) el peyote sí está en riesgo: “de las 870 especies de cactáceas que existen en México, 37 poseen categoría de riesgo, como el peyote, y esto se debe a las diferentes amenazas que han enfrentado a lo largo de los años.
Son tres causas: primero el cambio del uso del suelo (urbanización), el saqueo de empresas o individuos privados y hasta el cambio climático. En el tercer punto “la invasión de la larva de la mariposa Cactoblastis cactorum, de origen argentino y depredadora de cactus, especialmente de nopales” argumenta Alfonso Valiente para La Jornada.
Los guardianes del desierto
Es en el desierto de San Luis Potosí que nace de modo endémico el peyote. Conocido científicamente como Lophophora Williamsii sus efectos alucinógenos han generado una gran admiración entre quienes quieren experimentar nuevas sensaciones.
Para los indígenas de Wirikuta el peyote es una planta sagrada: no es una droga. Es para los wirras un dios con el que se comunican con la naturaleza, el cosmos y con el universo. Para los indígenas wirras la naturaleza no es una “cosa”, un “bien” o una “mercancía”.
La naturaleza para la cosmogonía wirra es el espacio en el que habitamos: ellos por lo tanto cuidan y se cuidan en y para la naturaleza. Lejos del pensamiento occidental que considera que la naturaleza debe consumirse y controlarse los indígenas cuidan el medio ambiente. Son los indígenas los mejores en cuidar, preservar, reproducir el peyote sagrado de Wirikuta.
La ceremonia del peyote puede hacerse desde pequeño. Wirikuta ha vivido en asedio por años por empresas extractivas, el narcotráfico y el gobierno.
Los dirigentes Miguel Vázquez, líder huichol que se enfrentó junto a su pueblo al despojo de sus tierras sagradas en Wirikuta, por parte de las mineras canadienses fue asesinado en 2017. Como decimos en otra nota “En el 2009 el entonces presidente Felipe Calderón otorgó 22 concesiones a la empresa First Majestic Silver, las cuales comprendían más de 6 mil hectáreas, con al menos 70% en territorio Wixarika, incluyendo uno de los centros ceremoniales más sagrados para el pueblo huichol.”
Wirikuta vive en asedio por las decisiones de los gobiernos de México en otorgar concesiones para empresas mineras de Canada. Los pueblos indígenas asediados por el capitalismo requieren la solidaridad de las y los trabajadores de México.