Jueves 17 de septiembre de 2015
Ayer 16 de septiembre los trabajadores de Estadística y Censos de la Ciudad de Buenos Aires afiliados a ATE se manifestaron en las oficinas del Ministerio de Modernización de la Ciudad para repudiar las nefastas prácticas punteriles y clientelares del PRO que dejan a empleados históricos de la repartición fuera de los pases a planta. Importantes referentes de operativos de campo que realizaba la Dirección de Estadística en villas de emergencia de la Ciudad, algunos con más de 14 años antigüedad en el organismo se encuentran en esta situación. Su trabajo ha sido desmantelado y han sido compulsivamente trasladados a otras reparticiones. Tal es el caso de la trabajadora Silvina Alcalá que tomó la decisión de encadenarse en la puerta de la dependencia para exigir por sus derechos, acompañada por sus compañeros de trabajo y por los de otras dependencias, tanto de la Ciudad como de Nación, legisladores y agrupaciones sindicales.
Este es el modelo que aplica el macrismo en la Ciudad para con los trabajadores que no transan y se organizan para defender sus derechos, demostrándose, una vez más, que esta gestión privilegia los acuerdos con la burocracia sindical encarnada en el SUTECBA, para la cual hay trabajadores de primera - los que cuidan sus negocios- y trabajadores sin derechos donde es lícito todo tipo de persecución. Estos ataques se manifiestan en la exclusión arbitraria de trabajadores de los concursos para el pase a planta permanente; en el desplazamiento y despido injustificado de afiliados a ATE e incluso de la Delegada General de la Junta Interna luego reinstalada por una medida cautelar; el inicio de causas penales en su contra; y hasta el desparpajo de mandar a la Policía a las asambleas de trabajadores como se vio hacia finales del 2014 con el único fin persecutorio de acallar los reclamos.
Esta es una muestra más de lo que enfrentan los trabajadores que intentan mejorar sus condiciones de trabajo y un alerta sobre la necesidad de un debate democrático acerca de un plan de acción decidido desde las bases en coordinación con otros sectores combativos y sin supeditarse a los políticos de turno y disputas sindicales. Tanto a nivel nacional como en la Ciudad, el propio Estado se revela impotente para acabar con el flagelo de la precarización laboral.