A más de 35 años del crimen ambiental de cerro Chuño, los residuos siguen allí y a través de una carta, seis relatores especiales de las Naciones Unidas exigen de forma urgente una solución al Estado chileno y al Gobierno sueco, que incluye la repatriación de los tóxicos a Suecia.
Viernes 4 de junio de 2021
Entre 1984 y 1985, la empresa sueca Boliden Mineral AB envió 20 mil toneladas de desechos tóxicos, importados a Chile a través de la compañía minera chilena Promel Ltda. Que contenían metales tóxicos al sector de Cerro Chuño, en Arica y permanecen ahí hasta la fecha.
En 1997 se demostró que los residuos tóxicos contienen altas concentraciones de arsénico, mercurio, cadmio y plomo, metales nocivos para la salud de las personas. Estos desechos fueron depositados a la intemperie en un lugar conocido como Sitio F en Arica, a 250 metros de un barrio de viviendas familiares, operación que fue permitida por la autoridad sanitaria de la época.
Estos desechos mineros altamente tóxicos se encuentran a 650 metros del cerro Chuño, donde hay viviendas sociales. Fueron enviados a Chile por una empresa sueca con el consentimiento e indiferencia del Estado chileno, en ese entonces controlado por la dictadura militar de Augusto Pinochet, año en donde las familias y empresarios más ricos del país, generaron sus fortunas.
Pese a las permanentes y constantes acusaciones de violación de los derechos humanos y ambientales, los residuos siguen allí. Por esta razón y urgente situación es que seis relatores especiales de las Naciones Unidas enviaron, el 23 de marzo de este año, una carta emplazando al Estado chileno y al Gobierno sueco a dar una solución definitiva a lo que consideran como un verdadero crimen ambiental.
El documento, enviado por los relatores Marcos A. Orellana, David R. Boyd, Tlaleng Mofokeng, Balakrishnan Rajagopal, Felipe González Morales, Olivier De Schutter y Pedro Arrojo Agudo, explica detalladamente los hechos ocurridos desde el arribo a Chile de los residuos tóxicos hasta la fecha, junto con siete puntos en los que se requiere, entre otras solicitudes, disponer de todas medidas que sean necesarias para repatriar los desechos a Suecia.
En 1998, el Estado de Chile trasladó la pila de desechos del Sitio F a un lugar conocido como Quebrada Encantada, también en las cercanías de Arica y aproximadamente a 650 metros del barrio de Cerro Chuño. El traslado se consideró́ como una reubicación temporal, hasta que se pudiera identificar una alternativa segura para el almacenamiento.
Si se habla de responsabilidades, ¿Quiénes son los actores relacionados con esta historia?
En un contexto de dictadura, era un negocio donde evidentemente las instituciones no funcionaban. Cuando dicen “hacerse el sueco” se cumple la idea: ignorar lo que estaba sucediendo. Además, el argumento de la empresa sueca es que fueron autorizados por el Estado chileno. En los 70, empezó la regulación en Europa y Suecia lideraba el tema. Respecto del manejo y el control de desechos, Boliden estaba consciente de los riesgos del material.
En el caso de los privados, eso fue un tráfico que en su momento estuvo en discusión. Sin embargo, hace muchos años estuvo en Chile el jefe de medioambiente de Boliden en 1984, Rolf Sveberg, y él mostró los detalles de este negocio y había sido perfectamente legal… pero era criminal.
En este escenario, estaban expuestos los pobladores y trabajadores. Cuando uno ve la documentación en Chile queda sorprendido del nivel de negligencia de las autoridades de salud, fue el Servicio de Salud de Arica el que autorizó el ingreso, se ignoraban las cantidades, y por eso uno sigue pensando en la responsabilidad del Estado sueco. Afirma Rodrigo Pino, antropólogo testigo de la demanda.
Este caso y muchos más ya sea con Chuquicamata, Minera Escondida, los puertos y un sinfín de empresas que no cumplen con las normas ambientales y consideran que la vida de millones de trabajadoras y trabajadores son solo un número más en sus ganancias, provienen a su vez de las miles de atrocidades cometidas en dictadura, donde no solo se permitieron todas las violencias contra las personas, sino que también realizaron atrocidades ambientales con la venia de otros gobiernos como es el caso de Cerro Chuño.
Es por esto que debemos seguir luchando por acabar con todo legado de la dictadura y seguir luchando contra los grandes empresarios y las familias más millonarias del país, que solo han traído miseria y contaminación para las y los trabajadores.