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Red Internacional
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Asia Pacífico. Estados Unidos sigue violando la soberanía territorial de Afganistán al atacar Kabul con drones

El 1° de agosto, Biden confirmó que Estados Unidos asesinó con drones al líder de Al Qaeda Ayman al-Zawahiri. Estados Unidos continúa atacando, de forma brutal, la soberanía afgana.

Martes 2 de agosto de 2022 19:35

Foto: ABC News

Foto: ABC News

El lunes, el presidente Biden anunció que el ejército estadounidense había matado con éxito a un líder de alto nivel de al-Qaeda mediante un ataque con drones en el centro de Kabul, Afganistán.

El ataque se inició a las 22:48 (ET del sábado), mató a Ayman al-Zawahiri, mientras estaba sentado en su balcón. Zawahiri pasó a sustituir a Osama Bin Laden cuando en 2011 fuera también asesinado por las tropas estadounidenses.

En su anuncio, Biden dijo que “se eliminaró[a Zawahiri] del campo de batalla de una vez por todas”. En otras palabras, casi un año después de la retirada militar estadounidense de Afganistán (retirada caótica que expresaba su derrota), el imperialismo estadounidense, vía la CIA, continúa enviando drones con capacidad de bombarderos.

La noticia de este asesinato y la importancia de Zawahiri para al-Qaeda no debe eclipsar los problemas más profundos que plantea este hecho, ni debe usarse para legitimar el terror y la violencia a los que tales ataques con drones pueden someter a poblaciones o a "blancos individuales" de manera regular. Este ataque con aviones no tripulados demuestra que Estados Unidos, si bien tuvo que retirar sus tropas, no ha abandonado en esa región su llamada "guerra contra el terrorismo".

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La retirada militar estadounidense de Afganistán hace casi un año fue un cambio significativo en la geopolítica y mostró el estado debilitado del imperialismo estadounidense. A pesar de cómo la prensa burguesa y la mayor parte de la izquierda estadounidense cubrieron este desarrollo, nunca fue el final de la Guerra contra el Terror o incluso de la guerra de Estados Unidos en Afganistán. Más bien, fue un cambio de la estrategia fallida del imperialismo estadounidense de ocupación militar directa a una estrategia de guerra económica y guerra con aviones no tripulados. Esta forma de guerra más indirecta es ahora la principal forma en que el imperialismo estadounidense usa sus recursos para controlar partes estratégicas del sur de Asia, el norte de África y el Medio Oriente.

Después de la retirada militar, Estados Unidos congeló U$S 7 mil millones en el Banco Central de Afganistán, lo que resultó en un colapso total de la economía del país. Como resultado de ese colapso, 13.000 recién nacidos afganos han muerto en los primeros tres meses de este año. Estas sanciones amenazan con matar a más civiles afganos este año que los asesinados durante los 20 años de ocupación militar estadounidense. La devastación económica que Estados Unidos impone en Afganistán, empodera a los elementos más reaccionarios del país.

Tras los 20 años de ocupación militar estadounidense, este ataque con drones es una violación de la soberanía afgana. El programa de aviones no tripulados en sí mismo es una herramienta inexcusable del imperialismo estadounidense que mata civiles de manera desproporcionada a un ritmo alarmante. Nadie debe olvidar que la última vez que Biden fue noticia por ordenar un ataque con drones en Kabul fue porque asesinó a una familia afgana , incluidos siete niños. El Pentágono inicialmente mintió sobre esto, alegando que habían matado a un miembro de ISIS-K. Incluso después de las investigaciones de The New York Times y de Washington Post, el Pentágono archivó el asunto.

Biden está utilizando este ataque con aviones no tripulados para presentar al imperialismo estadounidense y su poder militar como una fuerza moral efectiva, un año después de que el ejército estadounidense sufriera una derrota humillante. El contraterrorismo estadounidense sólo retroalimenta la violencia reaccionaria. El contraterrorismo siempre ha sido una justificación para expandir el dominio estadounidense en el sur de Asia, el Medio Oriente y el norte de África. Ahora su militarismo está puesto al servicio de fortalecer su hegemonía en crisis, frente a los demás imperialismos europeos en medio de la guerra de Ucrania, algo que ve necesario también para su disputa estratégica con China.

La política reaccionaria que Estados Unidos ha desatado y sigue alimentando en estas regiones, sólo puede ser resuelta por la clase trabajadora y oprimida en los países sometidos al imperialismo estadounidense y al interior del país del norte, de surgir movilizaciones independientes contra ese militarismo serán un muy buen espaldarazo para aquellos pueblos.