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Red Internacional
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Nanterre. Noche de furia en Francia tras el asesinato de un joven por la Policía

El joven de 17 años fue asesinado a quemarropa este martes por la mañana en Nanterre. La ira se expresó esta noche en varias ciudades de Francia. La madre convocó a una marcha para el jueves al mediodía.

Jueves 29 de junio de 2023 08:10

Este martes la policía mató con total impunidad a Naël (o Nahel), un estudiante de secundaria de 17 años de origen argelino. Fue ejecutado a quemarropa en Nanterre, ante varios testigos durante un control de tráfico. Un caso que forma parte del enorme repertorio de asesinatos policiales y racistas por "negativa de cumplimiento", que se ha convertido en los últimos años en una auténtica licencia para matar a la policía. Sin embargo, a diferencia de otros asesinatos similares, este fue filmado, exponiendo la versión policial y la narrativa habitual de “defensa propia”.

La escena brutal fue vista cientos de miles de veces desde ayer, muestra a plena luz del día lo que son los asesinatos policiales por negarse a obedecer: ejecuciones sumarias, sistemáticamente dirigidas contra los habitantes de los barrios populares, la mayoría de las veces jóvenes afrodescendientes o árabes. Gritaba la policía en el video tomado por un testigo: "Te voy a disparar en la cabeza".

Al menos 150 personas resultaron detenidas en la madrugada de este jueves, durante la segunda noche de protestas en toda Francia. El brutal asesinato de Naël ya había provocado las primeras protestas en la noche del martes con una treintena de detenidos y más de cuarenta vehículos incendiados. Pero la última madrugada la revuelta de los suburbios se generalizó y radicalizó contra la policía desde la periferia de París a otras ciudades del país.

Macron y su ministro del Interior ya autorizaron la utilización de 40.000 policías para intentar frenar la ola de protestas, lo que en la actual situación implica echar más combustible al fuego.

Se trata de un nuevo caso de gatillo fácil y brutalidad policial racista que generó repudio inmediato y es un símbolo del endurecimiento del régimen hacia las clases populares mediante políticas de criminalización y marginalización.

En 2017, por ejemplo, fue bajo la presidencia de Hollande que se flexibilizó el marco para el uso de armas de fuego por parte de la policía y se inauguró la posibilidad de disparar tan pronto como la policía notara una "negativa de cumplimiento", fecha a partir de la cual el número de los homicidios policiales se quintuplicaron.

Al mismo tiempo, lo que se califica como “negativa de cumplimiento” por las cifras oficiales, es decir, las proporcionadas por los propios policías y gendarmes, se ha incrementado en un 50% en diez años y se han producido al menos 13 muertes por parte de la policía durante los controles en 2022. En cuanto a los tiroteos a vehículos en movimiento, han aumentado desde 2017.

Este nuevo asesinato es una expresión más de la política de un régimen que cada vez da más rienda suelta a las fuerzas policiales, brazo armado de un Estado dispuesto a todo para mantener el orden establecido. Un asesinato en el que queda clara la responsabilidad de Macron y su política.

Un drama que resuena con las recientes salidas del presidente, quedándose en Marsella para anunciar más represión y policías. Ante la miseria y para someter a la juventud de los barrios populares, Macron anunció la llegada de una empresa CRS-8 a la ciudad, la creación de un "grupo de trabajo interministerial para luchar contra la patronal" o incluso la posibilidad de pagar multas directamente por consumo de drogas, diseñado para reforzar el acoso represivo en los barrios populares. Durante este tiempo, el ministro del Interior Gerald Darmanin hizo de la Operación Wuambushu en la isla de Mayotte (en el mar de África sur oriental) el escaparate de la política antiinmigración de Francia, reforzando el aparato militar-policial para "luchar contra la delincuencia".

Sin embargo, frente a estas ofensivas, se ha expresado una creciente politización sobre el tema de la violencia policial en los últimos años, desde la muerte de Rémi Fraisse en 2014 y la de Adama Traoré en 2016. En junio de 2020, decenas de miles de jóvenes en Francia movilizados contra el racismo de Estado, y para exigir justicia y verdad para las víctimas de la policía. Cada vez más, la violencia policial se ha impuesto al mismo tiempo a los movimientos sociales, desde la Ley del Trabajo hasta los Chalecos Amarillos, cuyos cientos de mutilados y la muerte de Zineb Redouane han puesto de manifiesto la cruda violencia del Estado. Más recientemente, muchos manifestantes han experimentado la represión del movimiento contra la reforma de pensiones posterior a la 49.3 y su asombrosa cantidad de detenciones policiales y procesos judiciales.

Si bien en Nanterre ya se expresan revueltas de los barrios, la muerte de Naël, que recibió un gran eco, podría abrir el camino a nuevas movilizaciones. Una dinámica en la que la unión entre las organizaciones del movimiento obrero y los barrios juveniles y populares será decisiva. En 2006 durante la batalla contra el CPE (Primer contrato de empleo por sus siglas en francés), no se hizo con los que se habían movilizado durante la revuelta de los suburbios de 2005 tras la muerte de Zyed y Bouna. Para hacer este vínculo hoy, es fundamental que las organizaciones del movimiento obrero y juvenil se sumen a todas las movilizaciones contra este asesinato y asuman las demandas de los familiares de las víctimas de la violencia policial, movilizándose junto a ellos.

La madre de Naël convocó a una marcha para este jueves a las 14 horas (hora local) en Nanterre. En un video que sigue girando por las redes, hizo una emotiva convocatoria a "una revuelta por mi hijo".

@perkutmedia

Pero para detener el curso autoritario del régimen, del cual el refuerzo de la policía es un elemento central, será necesario oponer un movimiento de conjunto. Una perspectiva en la que el movimiento obrero, del cual los trabajadores de los barrios populares son parte integrante, tiene un papel central que jugar para imponer un equilibrio de poder capaz de derrotar la ofensiva de seguridad, la represión policial y respaldar al gobierno y empleadores sobre pensiones y salarios.

Artículo original en Révolution Permanente.