Estamos muy cerca de terminar el 2019, este año las y los trabajadores fueron protagonistas de importantes luchas obreras en todo el país, aquí te presentamos cinco luchas obreras en este 2019.
Jueves 19 de diciembre de 2019
Este 2019 estuvo marcado por el cambio de gobierno, la cuarta transformación, encabezada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, logró capitalizar las amplias expectativas de cambio tras décadas de duros ataques al movimiento obrero y a los sectores populares.
Estas expectativas en el nuevo gobierno, dotaron de confianza a amplios sectores de trabajadores que salieron a movilizarse y estallaron huelgas importantes para empujar hacia el añorado cambio.
Si bien el gobierno federal goza de una amplia popularidad, la agenda política y económica que ha impulsado, ha sido un duro ataque a los trabajadores que han intentado disfrazar tras un discurso progresista. Es el caso de la reforma laboral (parte fundamental para la aprobación del T MEC) y la austeridad republicana, que en un principio se manejó como el fin de los privilegios de la casta política y que pronto se convirtió en despidos masivos de trabajadores precarios al servicio del Estado y en recortes a la salud, cultura, ciencia y tecnología.
Es decir, la 4T avanza con contradicciones que han obligado a varios sectores de trabajadores a salir a luchar. Aquí te presentamos las cinco principales luchas de este año.
1. Lucha obrera en Matamoros
Una de las principales gestas obreras en las últimas décadas en el país fue detonada a partir del decreto presidencial de aumento salarial en la frontera, cuestión que los grandes empresarios aprovecharon para cumplir con el decreto presidencial a cambio de cercenar los derechos laborales de los obreros, intentando retirar el bono anual, lo que detonó paros que rápidamente se extendieron por todo Matamoros.
El reclamo obrero por un aumento salarial de 20% y un bono anual por 32mil pesos, el 20/32 paró 90 fábricas y se movilizaron entre 50mil y 90mil obreros, extendiéndose más allá de maquila y paralizando centros de trabajo como Coca Cola, S Mart, la Vaquita y algunas guarderías.
Esto fue una enorme muestra de las tendencias a la centralidad del proletariado industrial y la recuperación de los métodos clásicos como el paro, la huelga y la movilización de miles de trabajadores, un estallido que tomó por sorpresa al gobierno de Morena encabezado por Francisco García Cabeza de Vaca, a la patronal y a la burocracia sindical de la Confederación de Trabajadores de México.
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La masividad del movimiento tuvo tendencias iniciales de organización desde la base, dónde los delegados y el aparato de la burocracia sindical se vieron rebasados y obligada a retomar el emplazamiento legal a huelga. En esta lucha, las obreras jugaron un rol fundamental, siendo la mayoría del movimiento y teniendo roles activos de principio a fin en la lucha.
La lucha terminó en una victoria parcial, en la que si bien se consiguieron las demandas económicas, sin embargo, la patronal avanzó con el despido de más de 5mil obreros activos en el conflicto. Pese a esto, la lucha obrera cambio el estado de ánimo de los trabajadores de la zona y que seguramente contagió a miles de obreros industriales en el norte del país.
2. Huelgas en las universidades
Las aspiraciones de cambio, fortalecieron la decisión de los trabajadores universitarios para salir a luchar por mejores condiciones laborales y salariales. Fue así que las universidades dieron un paso adelante y estallaron la huelga en la Universidad Autónoma Metropolitana, la Universidad Autónoma de Chapingo, la Universidad Autónoma Antonio Narro, el Colegio de Posgraduados, la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, la Universidad Autónoma de Sonora y el INIFIP.
El punto de quiebre para el estallamiento de las huelgas fue el tope salarial impuesto a todo el gremio universitario por debajo de la inflación.
La principal huelga en el sector universitario fue encabezada por los trabajadores de
la UAM, que sostuvieron la huelga durante tres meses, dónde nuevamente las mujeres trabajadoras fueron una mayoría que sostuvo la huelga y nutrió comités de huelgas y movilizaciones, como la participación del SITUAM en la marcha del 8 de marzo, una marcha histórica para el sindicato.
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Sin embargo, las huelgas en el sindicalismo universitario no pudieron romper el tope salarial, en gran medida por la dispersión que las propias direcciones sindicales impusieron a la dinámica de las huelgas y por otra parte, porque el conjunto del sindicalismo que se reclama democrático (UNT, NCT y CNTE) no se pusieron a la cabeza de un plan combativo para rodear de solidaridad las huelgas universitarias.
Otro episodio importante en la lucha del sindicalismo universitario fue el paro nacional impulsado por los trabajadores académicos y administrativos de 25 universidades, donde participaron 45 sindicatos pertenecientes a la Confederación Nacional de Trabajadores Universitarios, este paro tuvo como principal consigna mayor presupuesto para el rescate de las 11 universidades en quiebra.
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Sin embargo, la burocracia priista negoció una salida parcial a la crisis, en la que no se lucho por echar atrás el condicionamiento del gobierno federal para el rescate de las universidades: una reforma al sistema de pensiones y jubilaciones del sector universitario, un factor fundamental a tener en cuenta para el próximo año, ya que las autoridades de la 4T no piensan ceder en esta propuesta.
3. Trabajadores estatales
Una de las principales propuestas de campaña del gobierno de la cuarta transformación fue la austeridad republicana, planteada como el fin de los privilegios de los altos funcionarios, diputados, senadores y magistrados, pero que pronto se volvió en una política reaccionaria con ajustes a los presupuestos de distintas dependencias y despidos masivos de trabajadores precarios que se calculan en 227mil despidos.
Esto ha generado una respuesta espontánea en distintas dependencias estatales dónde miles de trabajadores han parado sus labores, han bloqueado avenidas y comienza a haber asambleas en distintos sectores que se plantean la defensa de sus derechos laborales mínimos.
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Pese a las movilizaciones, los recortes y despidos, así como el no pago de salarios y prestaciones continúan en varias dependencias estatales, por lo que no podemos descartar nuevas movilizaciones para el próximo año.
En medio de esta dura lucha, ha destacado la campaña queremos trabajo digno, impulsada por trabajadores de distintas dependencias estatales y que ha sufrido el despido de tres trabajadoras del DIF: Ameyali Mancilla, Flora Aco y Alejandra Sepúlveda, quién con un embarazo de tres meses fue despedida y que al cierre de este artículo no ha sido reinstalada por el gobierno de la Ciudad de México.
En esta lucha se torna urgente la unidad entre trabajadores precarios y sindicalizados, así como la recuperación de los sindicatos estatales de manos del charrismo sindical que ha dejado pasar recortes y despidos sin una sola acción combativa.
4. El magisterio combativo
A principios de año, junto a las huelgas en Matamoros y las universidades, los maestros de la sección XVIII de Michoacán salieron a las calles a exigir el pago de su primera quincena y las prestaciones de diciembre.
Esta enorme lucha contó con un factor fundamental de presión al gobierno estatal y federal: el bloqueo de las vías férreas hacia el puerto de Lázaro Cárdenas, uno de los puertos más importantes del país.
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La protesta detuvo por lo menos 129 trenes que llevaban diversos productos de las zonas industriales, entre ellos automotrices, la presión fue tal que el propio presidente, Andrés Manuel López Obrador, se pronunció criminalizando las acciones de los profesores diciendo que actuaban de manera provocadora.
Pese a que las principales direcciones de la CNTE han pactado una evidente tregua con el gobierno federal a cambio de maquillar la reforma educativa y la reinstalación de maestros cesados durante la lucha magisterial del sexenio pasado, no podemos descartar que la aplicación de los rasgos más reaccionarios, aún presentes en la nueva reforma educativa, sumado a los recortes que ha implementado el gobierno federal, que se traducen en el retraso de pagos quincenales y de algunas prestaciones, no implique el retorno de uno de los sectores más dinámicos del proletariado mexicano.
5. Trabajadores de Coca Cola y Corona
Este año se realizó el paro de 5 Centros de Distribución de Coca Cola en la zona metropolitana, los primeros en parar fueron La Viga, Iztacalco, Zaragoza, Mixcoac y Tlalpan, posteriormente se sumó uno más en Toluca.
Los paros estallaron a partir de la eliminación del pago de comisiones, lo que generaba la mayor parte del ingreso de los trabajadores. Estos paros desnudaron la precariedad laboral a las que Coca Cola somete a los trabajadores, con jornadas laborales de casi doce horaspor un salario que no rebasaba los mil pesos semanales.
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En septiembre, los trabajadores de la Corona en Zacatecas, bloquearon la cervecera más grande del país, tras el despido injustificado de 35 trabajadores.
Ahí como en otros centros obreros industriales, los trabajadores luchas contra la burocracia sindical de la Confederación de Trabajadores de México, por un sindicato que verdaderamente os represente y luche por mejores condiciones laborales y salariales.
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Estas luchas obreras son parte de un espectro amplio de paros obreros que en todo el país tienen dos puntos en común: la lucha contra la precarización laboral y por democracia sindical, de las cuales este diario digital ha dado voz y seguirá construyendo un diario al servicio de los trabajadores y sus luchas, se vuelve fundamental poner sobre la mesa la necesidad de la recuperación de los sindicatos industriales y de servicios dominados por el charrísimo sindical, una tarea urgente para el movimiento obrero mexicano.
Se vuelve fundamental que los trabajadores asimilemos las principales lecciones de estas luchas, más un marco de incertidumbre económica en la que el riesgo de recesión no está descartado, lo que obligaría al gobierno obradorista a girar el timón de la 4T y forzosamente profunidzar medidas antipopulares, para lo cual es fundamental construir una gran organización obrera, socialista y revolucionaria.
Es en esta perspectiva que es necesario levantar agrupaciones clasistas dentro de los sindicatos que peleen por recuperarlos, echando a la burocracia sindical, para que los trabajadores sean quienes decidan sobre el rumbo de sus luchas, con plena independencia política del gobierno y los partidos del congreso y que planteen una ruta combativa frente a los ataques. En esa perspectiva surge la red de agrupaciones clasistas que agrupan a Desde las Bases STUNAM, Desde las Bases Telefonistas, Nuestra Clase (agrupación magisterial), Altavoz (agrupación en estatales) y Contracorriente SITUAM, a la cual te invitamos a sumarte.