Se mantiene la compleja situación que atraviesan tanto estudiantes, como funcionarios y académicos de la Universidad Arcis, ante el cierre programado impuesto por el Ministerio de Educación.
Miércoles 31 de enero de 2018
Los estudiantes de la Universidad de Artes y Ciencias Sociales Arcis, que se encuentran en toma indefinida producto de despidos que fueron víctimas profesores y administrativos del plantel y, del cierre programado de la institución a manos de la administración provisional impuesta por el Mineduc, el día de ayer anunciaron la presentación de un recurso de protección a raíz del inminente cierre.
Desde el día 3 de enero de 2018 se inicio la recta final del proceso de cierre, desvinculando a todas las plantas académicas y administrativas, que motivó la reacción de la presidenta de la Federación de estudiantes Sandra Beltrami, exigiendo la recontratación de estos. Tras el recurso interpuesto señala también, que el Estado debe cumplir la ley, respetar los derechos constitucionales de los estudiantes afectados y buscar solución inmediata a la crisis que ha mantenido la universidad por más de 6 años, cuestión que no debiese pasar a manos del próximo gobierno.
Esta crisis financiera y administrativa remonta a la quiebra que afectó a miles de estudiantes de la extinta Universidad del Mar, siendo reubicados en distintos planteles educativos, solo logrando obtener como indemnización una pequeña beca monetaria. Los rostros de la crisis financiera en educación vuelven a ser los mismos, estudiantes y trabajadores que pagan los costos del lucro inescrupuloso de los empresarios.
La universidad Arcis, que surgió como la única casa de estudios crítica y de enfoque latinoamericanista, sucumbió a las nefastas gestiones del empresario Max Marambio y el ex rector René Leal, sujeto que pagó hasta su cuenta de gas domiciliaria con fondos de la universidad. Este escenario y las continuas crisis de financiamiento que ha sufrido por ser una de las universidades privadas más precarias al no pertenecer propiedad de confesiones religiosas y de los grandes empresarios, se vio abierto por el retiro de fondos por parte del Partido Comunista y sus instituciones relacionadas, que los puso al centro de las responsabilidades políticas de la crisis pasando, inclusive, militantes de este partido desde la administración de la universidad a altos cargos en el gobierno de la Nueva Mayoría.
El movimiento estudiantil en los últimos años ha posicionado la demanda de Educación Gratuita Universal y la estatización inmediata de todos las universidades privadas que atraviesen crisis económicas, cuestión que producto de las dirigencias del Frente Amplio y las Juventudes Comunistas pasaron a segundo plano por darle mayor peso al lobby parlamentario. Hoy, tras el triunfo de Sebastián Piñera, urge reavivar estas demandas, poniendo al centro la organización de estudiantes y trabajadores para ganarle la jugada a los empresarios y lograr la educación que motivó las masivas movilizaciones en el año 2011 .
