A pesar de la expectativa que han depositado algunos sectores como la Federación de Estudiantes, en supuestos “prometedores cambios” para los estudiantes de la Universidad de Costa Rica, a raíz de la elección de la nueva rectoría; en la Sede de Occidente se vivió una situación desagradable, recibiendo el impacto directo de la política de ajuste que se mantiene sobre la educación superior y que afectan a los más vulnerables.
Miércoles 16 de diciembre de 2020
El período de matrícula ordinario resultó ser más corto de lo normal para quienes reciben sus carreras en la Sede de Occidente, específicamente el recinto de San Ramón pues para el segundo día de matrícula ordinario del tercer ciclo 2020, los estudiantes se toparon con la sorpresa de no encontrar cupos en los cursos complementarios, quedándose así por fuera de este ciclo lectivo, viéndose claramente afectados por un sistema que se mantiene excluyente.
Este tipo de situaciones remarcan la poca planificación e interés de los gerentes administrativos sobre el estudiantado, por esto es una obligación de todas y todos exigir la contratación masiva de docentes interinos para asegurar trabajo digno durante los meses de verano y así incrementar la cantidad de cupos, cursos y grupos habilitados durante este ciclo. Resulta imposible pensar el ataque continuo a sedes y recintos, específicamente esta sede, la cual alberga la segunda cantidad más importante de estudiantes universitarios empadronados en la UCR.
No es factible solamente confiar en quienes deberían representar al estudiantado pues estas personas han demostrado mantenerse sumisas ante la situación, implementando solamente soluciones burocráticas parciales, las cuales terminan resultando una “curita” para el problema, mas no aseguran un cambio real ni atacan al problema de fondo, es necesario exigir respuestas y sobretodo proponer soluciones reales para este tipo de ataques, pues si nos mantenemos sumisos ante estos, continuarán sucediendo cada vez de manera más fuerte y menos favorable para las y los estudiantes.
La mayor preocupación que aqueja al estudiantado es la necesidad de mantener su beca durante el tercer ciclo del presente año, pues esto significa mantenerse viviendo en San Ramón y alrededores, dado que sin la posibilidad de la beca se vuelve imposible pagarse su alquiler y sobretodo la comida para la subsistencia mínima. Por esto, es urgente la exigencia de becas que cubran el costo real de la vida y no una “ayuda” para alivianar los costos que la vida universitaria significa.
Exigimos la contratación masiva de docentes interinos para solucionar los problemas de cupos y grupos habilitados en todos los ciclos lectivos impartidos, además exigimos una beca que cubra los costos reales de la vida cotidiana y universitaria. Seguimos buscando una salida independiente de estudiantes e interinos que resuelvan esta clase de situaciones. Una universidad de los estudiantes y trabajadores es posible, seguimos apostando por ello.
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