Un estudio afirma que en menos de 10 años, la humanidad podría alcanzar la inmunidad suficiente para que la infección del covid-19, no sea más virulenta que un resfriado. Pero el lucro capitalista, continúa siendo un obstáculo para superar la pandemia y alcanzar la inmunidad global.
Viernes 15 de enero de 2021 22:40
Expertos en biología y enfermedades infecciosas, publicaron en la revista Science, un estudio que sugiere que una vez el COVID-19 alcance la "fase endémica" -es decir, que tenga una convivencia constante en las poblaciones humanas, puede ser que su infección no sea más virulenta que un resfriado común.
“Nuestro modelo sugiere que esta transformación tardará entre uno y 10 años”, afirma la autora de dicho estudio, Jennie Lavine, investigadora del departamento de Biología de la Universidad Emory, de EE. UU.
El plazo exacto dependería de lo rápido que se propague el virus y de la velocidad de vacunación. Y de un factor más complejo: cuánto tiempo dure la inmunidad de los pacientes recuperados de covid-19 y de aquellos que sean vacunados. “Lo ideal es que la capacidad de bloquear la enfermedad sea duradera, pero que la capacidad de transmisión sea más corta”, explica Lavine.
El estudio propone "un modelo para explorar los cambios potenciales tanto en la transmisión como en la gravedad de la enfermedad", en la transición del virus en su "fase pandémica" actual, hacia la "fase endémica", donde estaría siempre presente y podría causar brotes, pero sin mucha virulencia.
Se trata de un modelo matemático, basado en estimaciones de parámetros inmunológicos y epidemiológicos, que reproduce la propagación del virus y cuyas conclusiones han sido respaldadas por otros especialistas en evolución viral e inmunología.
Los autores creen que la inmunidad que logre la población humana gracias a la vacunación -o la de aquellos pacientes recuperados-, protege de la enfermedad grave, pero es posible que no de una reinfección leve y de su posible transmisión.
Los límites del capitalismo para lograr la inmunidad
El modelo presentado por Jennie Lavine tiene el límite de presentar conclusiones desde una abstracción matemática, basado en la tasa de reproducción (R), que es un número promedio de personas infectadas a partir de un único caso, pero que no puede representar la realidad heterogénea en la que circula el virus en las poblaciones humanas, donde las variables son mucho más complejas. Implica pensar una población ideal, donde las personas de una región son más o menos iguales respecto al número de personas con las cuales interactúan.
Por otro lado, el pronóstico optimista del estudio, da un esquema donde se podría avanzar de manera homogénea hacia la inmunidad global en base a la vacunación y a la inmunidad natural que puedan alcanzar los pacientes recuperados.
Y aunque los avances científicos y el desarrollo de las vacunas son auspiciosos para plantear la superación del covid-19 -cuya infección ha causado casi 2 millones de muertos en el mundo; la naturaleza del sistema capitalista que hace del acceso a la Salud un negocio, resulta un obstáculo para lograr la inmunidad pronosticada por los estudios.
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Los grandes monopolios farmacéuticos y los Estados que los respaldan, continúan negando la liberación de las patentes. La propia Organización Mundial de la Salud (OMS) denunció que solo 10 países concentran más del 95% de las vacunas. Esta guerra de rapiña empresarial y el “nacionalismo” de vacunas deja a los países más pobres relegados y hace incierto que se puede garantizar la cantidad necesaria para el conjunto de la población humana, donde somos más de 7 mil millones de personas.
Mientras tanto, el virus continúa propagándose y presentando mutaciones. También montado sobre el intercambio mundial, donde las mega granjas y la producción industrial de alimentos, son caldo de cultivo permanente para la emergencia de nuevos virus o la mutación de los ya existentes.
Paul Bieniasz, virólogo de la Universidad Rockefeller, advierte que “permitir que el virus circule de manera descontrolada, acumulando diversidad genética, y luego proteger de manera incompleta a la población con las vacunas es lo que uno haría para generar mutantes resistentes a las vacunas”.
La desigualdad entre países frente al acceso a las vacunas y la desigualdad social dentro de cada nación, donde la mayoría de la población se ve imposibilitada de realizar un aislamiento por la necesidad de salir a trabajar y la realdad de millones que viven en condiciones de hacinamiento y sin recursos mínimos para la higiene; hacen de la tan deseada "inmunidad del rebaño", una meta muy difícil de alcanzar, mientras sigan prevaleciendo el interés capitalista, sobre la Salud de las mayorías populares.
Para dar vuelta esta situación, son necesarias medidas que avancen sobre el lucro capitalista y que pongan en el centro a la Salud y al bienestar del conjunto de la humanidad.
Para informarte sobre algunas medidas elementales que van en este sentido, podés leer éste artículo del periodista Juan Duarte, de la sección de Ciencia y Tecnología de La Izquierda Diario.