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Red Internacional
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Educación. Evaluación docente y agobio laboral en cuarentena

Reproducimos a continuación una columna escrita por una profesora de la ciudad de Valparaíso, que no puede dejar su nombre por represalias, respecto a la evaluación docente, las políticas educativas del gobierno y la precarización laboral de las y los profesores en Chile.

Miércoles 13 de mayo de 2020

La semana recién pasada el Ministerio de Educación hizo pública la noticia de que la Evaluación Docente Nacional inicia su proceso en forma normal lo cual desató una serie de cuestionamientos por desconocer el contexto actual de crisis sanitaria, social, económica y política.

Las y los profesores sabemos lo que significa la evaluación docente y que además de los innumerables cuestionamientos que existen frente a este proceso entendemos que afecta directamente en la remuneración docente a través de la elaboración del portafolio.

No es posible entender que a pesar del dramático contexto en que nos encontramos hoy, en medio de la crisis sanitaria se insista en llevar a cabo un proceso de evaluación que año a año sólo agobia a las y los docentes, que deben por una parte, trabajar fuera de su horario laboral y por otra, necesariamente llevar a la práctica su proceso educativo con estudiantes y pares de manera colaborativa, ¿Cuales son las razones profundas que sustentan estas decisiones de tanta insensatez?

El instrumento portafolio de Evaluación Docente cuenta con 3 módulos que deben ser desarrollados: 1) Planificación, Evaluación, Reflexión, 2) Clase Grabada y 3) Trabajo colaborativo.

Pero ¿Cómo podrían las y los profesores cumplir con estas tareas en el contexto actual, y sin clases presenciales?, ¿Desarrollará el Mineduc un Manual de la Buena Educación Online?, o dentro la lógica de normalidad o retorno seguro del gobierno ¿Pretenden acaso retomar la idea de la vuelta a clases para concretarlo?, ¿Cuál es el objetivo de continuar adelante incluso en estas condiciones que en nada favorecen el adecuado desarrollo de este mentado proceso?

Pareciera ser que lo que persigue este Gobierno empresarial es sin duda llevar adelante la evaluación docente, con toda la inversión millonaria que ello implica, incluso ampliando las modalidades educativas que este año se habrían de evaluar tales como; Educación parvularia de jardines infantiles, Profesores de educación en contextos de encierro, profesores diferenciales que atienden a estudiantes con necesidades educativas permanentes, aulas hospitalarias, entre otras, sin ninguna consideración de los riesgos a que nos podrían exponer en caso de retomar las actividades presenciales en las escuelas y hospitales.

Por otra parte, este instrumento de evaluación ha sido cuestionado amplia y particularmente por las y los profesores, debido a las irregularidades que anualmente afectan a las y los docentes, especialmente por las ocurridas en el proceso de evaluación 2019c uyas situaciones a la fecha no han recibido una respuesta coherente o razonable de parte del CPEIP, organismo encargado de llevar a cabo el proceso de evaluación docente.

No cabe duda que bajo este Gobierno capitalista y un Ministerio de Educación que en 30 años ha profundizado el mercado, el lucro, la estandarización, la competitividad, y el individualismono pretendan dar pie atrás a la medida que evidencia cada vez más la falta de empatía que implica la llamada evaluación docente en tiempos de crisis. Con esta tozudez se demuestra que el interés principal no es la educación, sino la visión de un gobierno empresarial y la profunda instalación del mercado, del negociado que hoy conocemos en educación.

Debemos terminar con el modelo de educación de mercado y la estandarización que ha destruido la educación pública, precarizando la educación, generando competitividad, segregación, rankings, etc., donde los privados a través de empresas externas se llenan los bolsillos, en procesos como la evaluación docente y también en el caso de SIMCE, hoy en plena pandemia y los crecientes contagios y muertes por el COVID-19, nos parece más razonable que estos recursos mal invertidos en evaluaciones se destinen a salud que tanto lo requiere.