Este viernes 6 de diciembre, un grupo de ex estudiantes de la Universidad de la Frontera (UFRO) ha convocado una marcha en Temuco en protesta por los casi 300 despidos que se notificaron la semana pasada en la universidad. La manifestación se enmarca en la solidaridad con la movilización estudiantil, que continúa con facultades en toma y realizando un llamado a la comunidad para que se una a la causa.
Jueves 5 de diciembre de 2024
La UFRO vive actualmente una grave crisis, impulsada por una serie de despidos que afectan a numerosos trabajadores de la universidad. En respuesta a la medida, estudiantes de diversas facultades han tomado espacios en el campus Bello y la Facultad de Medicina, exigiendo que se reviertan los despidos y se reconozcan los derechos laborales de quienes han sido afectados.
Ex estudiantes de la UFRO se han expresando su rechazo a la decisión de la universidad, que vulnera los derechos fundamentales de los trabajadores y pone en riesgo la estabilidad de cientos de familias que han contribuido al prestigio y funcionamiento de la institución. La crisis financiera que atraviesa la universidad no es un hecho aislado, sino parte de una tendencia que afecta a diversas casas de estudio en el país, como la Universidad de Antofagasta y la Universidad del Bío Bío. Este panorama revela la profunda crisis de la educación pública, que se desploma mientras las autoridades responsables, como el ministro Cataldo y el gobierno de Boric, siguen sin ofrecer soluciones efectivas.
A raíz de esta crisis, el ministro Cataldo declaró que la Superintendencia de Educación Superior está monitoreando y analizando la situación financiera de la UFRO, reconociendo la gravedad de la misma. En este contexto, el ministro señaló que "se están tomando medidas, como la reducción de personal, entre otras", en un claro indicio de que la crisis se está gestionando a costa de los trabajadores y trabajadoras.
Las universidades, además, se alistan para un ataque aún mayor con la prevista alza de los aranceles, lo que agrava aún más la situación. Algunas instituciones ya han comenzado a implementar medidas como la pérdida de beneficios para los estudiantes, el cierre de carreras, como ocurrió en la Universidad de Tarapacá, y la venta de terrenos. Estas acciones están orientadas a que el costo de la crisis recaiga principalmente sobre los estudiantes y sus familias, y sobre los trabajadores de las universidades. Así lo manifestó la rectora de la Universidad de Chile, Rosa Deves, en relación al Proyecto de Ley de Reorganización y Condonación de Deudas Educativas, que incluye un nuevo modelo de financiamiento para la educación superior.
En este contexto, es fundamental retomar la organización unificada de estudiantes y trabajadores de la educación, junto con el apoyo de la comunidad, para enfrentar esta crisis y denunciar este verdadero escándalo. La rearticulación del movimiento estudiantil a nivel nacional debe ser un paso inicial para avanzar en una nueva fase de lucha, tal como lo hizo el movimiento estudiantil desde 2006 en adelante, alcanzando su punto máximo en 2011, cuando cuestionó el mercado educativo y exigió educación gratuita para todas y todos.
