Las autoridades universitarias argumentan que no hay presupuesto para ceder en nuestras demandas como trabajadores universitarios, pero la realidad es que se destinan partidas presupuestarias para la continuidad de la militarización.
Martes 28 de enero de 2020
La semana pasada el gobierno federal reprimió una caravana de migrantes en el sur del país, el hecho tomó relevancia nacional e internacional. Las duras imágenes de cientos de familias corriendo frente a la represión de la Guardia Nacional conmovieron a miles de personas.
La escandalosa represión para evitar el ingreso de cientos de migrantes que buscan llegar a los Estados Unidos obligó al presidente Andrés Manuel López Obrador a hablar del tema y negar la represión, misma que ya genera fricciones dentro de Morena, con la crítica de Muñoz Ledo y Pedro Salmerón.
El gobierno federal ha tenido que echar mano de otras figuras para minimizar la represión a los migrantes. Rosario Piedra, titular de la Comisión Nacional de Derechos Humanos aseguró que pese a la represión, en la que se presume que hubo descargas eléctricas, no puso en riesgo la vida de ningún migrante y recientemente, el padre Solalinde, aseguró que el objetivo de los migrantes era desestabilizar el gobierno obradorista, una aseveración por demás irreal.
El actual presidente en el sexenio de Enrique Peña Nieto exigía libre tránsito para los migrantes y ahora manda efectivos de la Guardia Nacional a reprimirlos ¿por qué el cambio de política? La respuesta se encuentra en la Casa Blanca. El presidente Donald Trump ha sostenido una campaña antiinmigrante con la que consolidó una gran parte de su base social.
Hoy en medio de la vuelta a las elecciones presidenciales en Estados Unidos, no hay dos caminos para el gobierno mexicano, nosotros tenemos que pagar el muro fronterizo. Lo que demuestra que pese a que el presidente asegure que el gobierno estadounidense no tiene más que una relación cordial con México, la realidad es que el imperialismo estadounidense tiene una enorme injerencia en la vida económica y política del país.
La Guardia Nacional, el muro de Trump
Pese al “cambio de prioridades” en lo que para el gobierno sería “primero los pobres”, la realidad es que se ha priorizado una agenda que más que tocar el bolsillo a la casta política, ha implicado recortes a salud, cultura, ciencia y despidos masivos de trabajadores precarios al servicio del Estado.
Para nosotros como trabajadores universitarios la situación no es distinta. A la par de los recortes y los despidos masivos, el gobierno federal ha condicionado el pago de quincenas y aguinaldos a los trabajadores universitarios de las 11 universidades en crisis a cambio de firmar una propuesta que contempla despidos, congelamiento de plazas y una reforma al sistema de pensiones y jubilaciones.
El gobierno asegura que no hay un recorte directo al presupuesto universitario y que se va a mantener, pero la realidad es que si bien no hay un recorte presupuestal directo, sí hay una política de refracción de la austeridad en la que el conjunto de las autoridades universitarias nos recortan insumos básicos y se niegan a dar plazas, intentan cercenar los contratos colectivos y continúan operando los topes salariales, argumentando que no hay presupuesto suficiente para cubrir nuestras exigencias.
El subsecretario de educación superior de la Secretaria de Educación Pública, Luciano Concheiro, asegura que el lastre de la educación superior son nuestras “onerosas” prestaciones. Mientras, el gobierno federal destina 70 mil millones de pesos a la creación de la Guardia Nacional, con mandos militares, para dar margen legal a la continuidad de la militarización del país.
Pero no sólo eso, la Guardia Nacional se ha volcado a la frontera sur para impedir el cruce de familias migrantes que simplemente buscan un futuro mejor para sus hijos. 70 mil millones de pesos destinados a cumplir la promesa de Donald Trump: que México pague el muro.
¿Verdaderamente se invirtieron las prioridades? Nos parece que no, se destina casi el doble del presupuesto de la UNAM a la militarización de la frontera sur. Para verdaderamente resolver el tema de la crisis de las 11 universidades es clave que esa partida presupuestal de la GN se ponga al servicio de la educación.
Si pese a los 70 mil millones de pesos, las autoridades continúan diciendo que no hay presupuesto, nosotros proponemos que se deje de pagar la ilegítima deuda externa y que se impongan impuestos progresivos a las grandes fortunas al servicio de la educación y la salud.
Por eso consideramos que los trabajadores universitarios debemos de repudiar la represión y criminalización de nuestros hermanos migrantes, ningún ser humano es ilegal y se tienen que garantizar plenos derechos y libre tránsito para cada familia que quiera transitar por nuestro país.
Asimismo es clave que comencemos a organizarnos para pelear por un aumento presupuestal a las universidades y por el rescate sin ninguna condición a las 11 universidades en crisis.
Tenemos que exigir en las calles el cese a la represión a los migrantes, la desaparición de la Guardia Nacional y la desmilitarización del país.