Cerca de 100 personas fueron parte de la tocata levantada por estudiantes de la universidad de Tarapacá, contra el cierre de las carreras de pedagogía que intenta imponer Emilio Rodriguez y la junta directiva.
Sábado 19 de octubre
Contra viento y marea, se logró levantar la tocata organizada por estudiantes de la universidad de Tarapacá, quienes vienen enfrentando la decisión autoritaria de cerrar el proceso de admisión a 5 carreras de pedagogía.
En el espacio participaron bandas reconocidas en la ciudad como polítikos payasos, quienes además de tocar sus canciones, daban mensajes de solidaridad con la lucha que hoy se lleva adelante.
Si bien las autoridades buscaron todas las formas de impedir que se realizará la tocata, la unidad y organización de las y los estudiantes fue clave para que esta se llevará adelante. Aún así resulta inaceptable que las autoridades de la universidad cerrarán los baños, cortaran la luz, no permitieran el acceso al agua, entendiendo que había cerca de 100 personas en la actividad, y sin bastarles eso, mantuvieron el hostigamiento por parte de los guardias.
Reunión con el ministro de educación Nicolás Cataldo
Durante la jornada los dirigentes de las carreras de pedagogía, tuvieron una reunión con el ministro de educación Nicolás Cataldo del Partido Comunista. Los estudiantes expusieron la problemática que los viene afectando y cómo estas decisiones son un duro golpe para la educación en el país, sobre todo considerando la falta de profesores que existe (más de 30 mil).
La respuesta del ministro fue completamente insuficiente, partió planteando que “por principio, como una persona de izquierda no voy a transgredir el principio de autonomía”. Hay que aclarar de forma inmediata que la “autonomía universitaria” a la cual se refiere el ministro de educación, es la autonomía de Emilio Rodriguez y la junta directiva, quienes tienen la libertad de decidir por encima de estudiantes, funcionarios y académicos. Sin democracia universitaria es imposible hablar de autonomía realmente, pero el ministro utiliza esto para desmarcarse del problema que plantean los estudiantes. Una persona de izquierda comprende que el autoritarismo que rige las universidades no es para nada una verdadera autonomía universitaria, o así debería ser, pero al parecer no sucede con el ministro que lo utiliza como herramienta para en última instancia plantear el no intervenir o mejor dicho, “no poder intervenir”.
Quienes acompañaban al ministro Cataldo, se comportaron como verdaderos portavoces de la junta directiva. Dijeron que la universidad venía preocupada por la educación, que querían ampliar los cupos en las carreras de pedagogía, que no es un cierre de carreras, solo de admisión, y muchas mentiras que se han escuchado durante el último tiempo.
La respuesta del gobierno no es para nada satisfactoria. Los estudiantes deben comprender que un gobierno, que se dice de izquierda, pero que desde un comienzo de su mandato instaló en los principales ministerios a los partidos de la ex concertación, sólo está destinado a mantener la educación desde una lógica neoliberal, tal como sucedió con la “condenación del CAE”, que en realidad es solo una repactación, que dentro de 1 millón 200 mil estudiantes que se encuentran endeudados, sólo un 8% cumplirian los requisitos de la condonación. Esto está muy alejado de entender a la educación como un derecho.
¡A fortalecer y ampliar la organización !¡Ninguna confianza en el gobierno ni en las autoridades!
El gobierno y las autoridades solo buscan ganar tiempo e ir desgastando y debilitando la importante lucha que vienen dando los estudiantes universitarios. No podemos seguir confiando en que serán ellos los que nos darán una solución. El colegio de profesores solo ha planteado un apoyo muy desde afuera, como si la lucha le correspondiera sólo a los estudiantes y a ellos “apoyar”. La única forma de dar una respuesta real, será confiando en nuestras propias fuerzas, y para eso necesitamos ampliar lo máximo posible este conflicto. Aún sigue muy encerrado en la universidad, e incluso dentro de las carreras de pedagogía, siendo que muchos estudiantes de otras carreras también apoyan la lucha. Hay que buscar que los centros de estudiantes de toda la universidad se manifiesten en contra de este atentado contra la educación. Pero no solo ellos, necesitamos fortalecer la organización y coordinación entre distintos sectores, como profesores, estudiantes secundarios, funcionarios y académicos de la universidad, con asambleas permanentes donde podamos discutir cómo ganar el conflicto. Es posible, y las fuerzas cada vez han ido aumentando. La consigna “abajo el cierre de las pedagogías” gana fuerza, pero no podemos seguir confiando que nos resolverán esto por arriba mientras desgastan a las carreras que hoy se vienen movilizando. Necesitamos de la máxima unidad posible y llamados abiertos a todos los sectores que hoy apoyan esta lucha.
