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Red Internacional
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Guerrerismo. Expansionismo imperialista: Hungría validó la integración de Suecia y fortalece a la OTAN

Este lunes, el Parlamento húngaro ratificó la integración de Suecia en la OTAN. Es la etapa final de un largo proceso que marca un nuevo salto en la expansión de este instrumento militar: el más importante de las potencias imperialistas.

Martes 27 de febrero 09:33

Fuente: Cuenta oficial de X del primer ministro húngaro, Viktor Orban.

Fuente: Cuenta oficial de X del primer ministro húngaro, Viktor Orban.

Este lunes, el Parlamento húngaro ratificó la integración de Suecia en la OTAN con 188 votos a favor y 6 votos en contra. Esta votación constituye la etapa final de un largo proceso que comenzó en mayo de 2022 tras la invasión rusa de Ucrania y estuvo marcado por largas negociaciones con Turquía y Hungría.

De hecho, el presidente turco, Recep Tayyip Erdoğan, se había posicionado en contra de esta integración buscando presionar para negociar a cambio el mayor número posible de concesiones del país escandinavo. Una política de doble filo que podría haber comprometido su posición dentro de la alianza militar, pero que acabó dando sus frutos: gracias a sus maniobras, Erdoğan pudo avanzar notablemente en su ofensiva interna contra los militantes kurdos y el PKK, consiguiendo que Suecia entregue a varios refugiados kurdos a las autoridades turcas. Este chantaje también permitió a Erdoğan desbloquear la venta de aviones de combate estadounidenses F-16 que Joe Biden había rechazado anteriormente. Finalmente, en julio, Erdoğan dio luz verde a la integración sueca, que luego fue ratificada por el Parlamento turco el pasado mes de enero.

Por tanto, Hungría fue el último país que se opuso a la integración de Suecia a la Alianza. De hecho, el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, ha intentado imitar la política de Erdogan alargando el proceso de adhesión lo más posible, cuestionando en particular las acusaciones formuladas por Suecia contra su gobierno reaccionario, acusado de "deriva autoritaria". En realidad, para Orbán se trataba de posicionarse como un interlocutor clave con las potencias occidentales al mismo tiempo que gestionaba sus relaciones con la Rusia de Putin. En este sentido también Hungría intentó bloquear la adhesión de Ucrania a la Unión Europea y se negó inicialmente a votar a favor de una ayuda de 50 mil millones de euros para el gobierno de Zelensky. En el plano interno, esta actitud sirvió para "mantener su popularidad en casa", según un investigador de la Universidad Ca’Foscari de Venecia. Finalmente, el Parlamento húngaro, en el que el partido Fidesz de Viktor Orbán es mayoritario, acabó ratificando la adhesión de Suecia a la OTAN tras una visita del primer ministro sueco Ulf Kristersson a Budapest el pasado viernes que firmó el fin de un “largo proceso para reconstruir la confianza”. Esta decisión fue acompañada por el anuncio de la compra por parte de Budapest de cuatro aviones de combate a Suecia.

Al convertirse en el miembro número 32 de la alianza transatlántica, diez meses después que su vecino finlandés, el país escandinavo rompe con su postura de aparente neutralidad. En realidad, Suecia lleva más de 30 años participando en operaciones militares de la Alianza Atlántica, ya sea en Irak, Kosovo o Afganistán. Con su ejército de 50.000 soldados, sus 90 aviones de combate y su flota de guerra en el Mar Báltico, Suecia fortalece una OTAN en rápida expansión.

Como explica Robert Dalsjö, analista de la Agencia Sueca de Investigación de Defensa: "Esta es la última pieza del rompecabezas del mapa de la OTAN en el norte de Europa". De hecho, se trata de un verdadero paso adelante para la OTAN, que, gracias a la integración de Suecia, podrá dominar el Mar Báltico y rodear el enclave ruso de Kaliningrado, cuartel general de la Flota del Báltico y sede de la base naval de Baltiysk, mientras gana el territorio crucial de la isla de Gotland, el “portaaviones insumergible” del Báltico. Esto aumentará simultáneamente su control del golfo de Finlandia, desde donde parten los submarinos rusos desde la base naval de Kronstadt, así como del mar de Kattegat entre Suecia y Dinamarca, transformando el Báltico en un "lago de la OTAN".

La integración de Suecia en la OTAN representa una gran ofensiva en su estrategia de cercar a Rusia. Una estrategia agresiva por la que es en parte responsable de la guerra de Ucrania, con la incorporación al Tratado de la mayoría de los países del antiguo bloque soviético. Así, lejos de garantizar aún más la "seguridad de los suecos", la política expansionista de la OTAN representa un peligro real para Europa. Esta ampliación, combinada con la remilitarización de los países de la Unión Europea, es un nuevo testimonio de la actual escalada "guerrerista".

Como escribimos en un artículo anterior, esta expansión de la OTAN no augura nada bueno para los trabajadores y las clases trabajadoras: "La OTAN también es guerra en Afganistán y Libia. Lejos de ser una herramienta para defender la “democracia”, como explican sus defensores, es una herramienta que sirve a los intereses del imperialismo estadounidense y sus aliados europeos, dispuestos a desestabilizar regiones enteras en su beneficio. En este contexto, si bien la unión de la OTAN, aunque recuperada, sigue siendo frágil, su fortalecimiento actualiza la necesidad de construir alternativas al futuro de guerras y miseria que las clases dominantes están tratando de imponernos".


La presente es una traducción del original en francés aparecido en el sitio Révolution Permanente, parte de la red internacional La Izquierda Diario en Francia.