La autopartista japonesa Takata ha quebrado luego de enfrentar un gran numero de juicios en su contra por la fabricación de bolsas de aire defectuosas. Yo, ex obrera de Takata, quiero contarles, desde dentro de la fábrica, lo que está detrás de cada producto terminado, defectuoso o no, y que la patronal y los medios de comunicación ocultan.
Sábado 8 de julio de 2017
Claro que necesidad económica tenemos todos, pero no por ello las empresas tienen derecho de aprovecharse injustamente de la vulnerabilidad de sus empleados.
En Takata el ambiente es pesado, incluso si llegas puntual a tu área de trabajo, con toda la disposición de cumplir con las metas diarias de producción tienes tensión durante toda tu jornada, ya que tu jefe directo (líder) no quita la vista de ti y de cada uno de tus compañeros, porque en esa empresa no hay lugar para dolores de espalda generados por las horas de pie y las nucas agachadas constantemente. No hay tiempo para tomar agua aunque tus niveles de electrolitos bajen por las temperaturas elevadas dentro de la fábrica.
Durante tu jornada tú dejas de ser persona, para convertirte en sólo una herramienta productiva para tu líder y su supervisor, eres una herramienta sin necesidades físicas (o al menos así nos hacen sentir), puesto que si los números no son los que se esperan ni siquiera puedes ir al baño. "Hazte en los pantalones, pero dame producción" escuché que le dijeron a un compañero de línea.
Si en general yo tenía un desempeño muy bueno, pero un día me dolía la cabeza y no sacaba las piezas que normalmente hacía, automáticamente era etiquetada por el líder, amenazada de cambiarme de lugar de trabajo ya que no era lo suficientemente "buena".
En un día normal, una compañera esforzándose por sacar sus metas tuvo que ser incomodada e interrumpida por el Ing. Abraham, supervisor de turno en ese momento, él le pregunto sobre su edad, nombre y comentarios fuera de lugar... Al final la plática concluyó con una invitación a una "peda" de trabajadores de la planta. Ella lógicamente no aceptó. La esposa de este supervisor estaba en su misma línea.
En muchas otras ocasiones mi líder usó un lenguaje vulgar para hablar conmigo, hacía declaraciones irrespetuosas sobre una de nuestras compañeras utilizando palabras misóginas, incitando la falta de respeto hacia ella y entre nosotros mismos.
Yo esperaba mínimo un trato digno por parte de mis superiores, pero ellos son los primeros en incomodarte.
La gente se enferma con los platillos del comedor por carne en mal estado, pollo crudo, comida con mal olor, frijoles agrios, todo esto hacía que los dolores de estómago y las tifoideas fueran normales entre mis compañeros.
Yo salía de mi casa desde las 5:40 am para poder llegar a tiempo a trabajar y regresaba hasta casi las 6:00 pm.
Todo ese tiempo en un ambiente tenso en producción, aguantando groserías por parte de tus jefes, insinuaciones sexuales, pésima comida, amenazas de baja o suspensiones cuando al líder se le ocurría sancionarte por cualquier cosa.
Casi 12 horas ausente de tu hogar, por solo $850.00 libres a la semana, menos si debes Infonavit y aun menos si tuviste que faltar un día de la semana, porque eso significa $300 descontados, pobres de los empleados que tienen hijos o de los que Takata es su única opción de trabajo.