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Red Internacional
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EXPLOTACIÓN EN LA HOSTELERÍA. Explotador es entrevistado en Espejo Público: “En hostelería se hace media jornada: 12 horas”

En el programa matutino de Antena 3, un ex hostelero se queja de la falta de trabajadores en la restauración, mientras justifica horarios de trabajo ilegales y precarios

Miércoles 25 de mayo de 2022

El pasado 23 de mayo, las redes se manifestaron en masa cuando en el programa de Espejo Público, se entrevistó a Manolo, un ex empresario de la hostelería que tras la crisis del COVID-19 tuvo que cerrar su bar y trabajar como cocinero. Según él, abordando el problema de la “falta de camareros” para el turismo estacional del litoral, se dedicó a exponer alegatos como “se está mejor en casa cobrando una paguita que trabajando” y que “en la hostelería se trabaja media jornada, 12 horas”.

Al mismo tiempo, se entrevista a Elisa, una joven de 22 años buscando trabajo, pero especificando que quiere evitar trabajar de camarera, por la situación de precariedad a la que se enfrenta en dicho sector. “Te piden flexibilidad horaria” y “flexibilidad horaria es echar mínimo 12 horas en un día, que te la están pagando a 5 euros la hora”. Denuncia la joven que en ocasiones ha llegado a trabajar “2 o 3 días a la semana, durante 10 horas al día por 30 euros”.

Expone, además, que en el sector se incumple los horarios especificados en los contratos: “trabajas 8 horas con un contrato de 4 horas”; al igual que se especifican puestos inferiores con la intención de establecer una menor remuneración, pese a que hagan funciones que no les corresponden: “tú vas a trabajar como camarera, pero te ponen de ayudante de camarera”.

A esto, el ya apodado en Twitter como el “Antonio Recio” real, no tiene tapujos en contestar con una justificación tal de la explotación laboral en la hostelería que parece ficción. A la queja de la joven desempleada, contesta que se queja de tener contrato “de 4 horas y trabaja 12” y responde “poniéndole un poco de humor” con la famosa frase: “en la hostelería se hace media jornada, 12 horas”, alegando además que “eso se ha hecho así toda la vida”.

A esta afirmación, añade que en la hostelería no hay horario de conciliación: “en una cocina entras desde por la mañana y no sabes a qué hora te vas”. Según él, “una persona que entra en la hostelería entrará como ayudante”, justificando el sobrecargo de funciones y el salario reducido de dicho puesto. La opción para evitar estas condiciones, según el entrevistado, es haber “estudiado una carrera para no pasar por esto”.

En la línea que llevaba el invitado, la propia presentadora del programa, Susanna Griso, alegaba que “muchos restauradores pagan bien”; así como algunos tertulianos permanentes del programa, que “muchos restauradores pagan bien” y que “todo el mundo trabaja de más en la empresa privada”, justificando como ejemplo turnos de 16 horas en algunas empresas.

La joven considera inhumanas las condiciones de la restauración que se proponen: “Yo no puedo entrar a trabajar a las 7 y media de la mañana, salir a las 5, cerrar 2 horas y volver a entrar hata las 3 de la mañana cobrando 900 euros”. Naturalmente, estas condiciones de precariedad son inaceptables para los jóvenes que las sufren, que como ella alega si se asumen “entonces no vivo, no tengo tiempo para descansar, para disfrutar o para tener una salud mental estable”. Los horarios ilegales de trabajo en los bares y restaurantes hacen que quién tenga que trabajar en este sector “no salga bien de ahí”: “mentalmente quema mucho”.

La invitación a platós de televisión a invitados de este tipo con el objetivo de blanquear unas condiciones de trabajo infrahumanas y promulgar un modelo de trabajo precario, temporal y explotador no es ninguna novedad. Las quejas de la juventud trabajadora ante unas condiciones en el sector hostelero deplorables se intensifican, donde sus muestras más notables ya surgen con fuerza al otro lado del charco.

La denominada popularmente como “Generación U (unión, es decir, sindicato)” ya está logrando organizarse por todo EEUU a diario en las franquicias del sector de la restauración más precarias, como en el caso de les trabajadores en Starbucks.

Mientras tanto, esta disconformidad entra en choque en el Estado Español con una reforma laboral recién aprobada por el Gobierno, que no ha eliminado la precariedad y la temporalidad laboral, salvo por el nombre en las estadísticas; y que no toca los cimientos de las condiciones de explotación en uno de los sectores con más trabajadores empleados en el país.