Nicolás del Caño @NicolasdelCano
Lunes 24 de abril de 2017 13:26
¿Sabían que un Presidente, aunque dure en el cargo una semana, tiene una pensión vitalicia de privilegio? Por ejemplo Adolfo Rodríguez Saa que asumió el 23 de diciembre de 2001 y renunció el 30 de ese mismo mes, cobra... $ 158.344.- ¡por mes!
De la Rúa huyó en helicóptero con un tendal de muertos bajo su responsabilidad, después de haber avanzado en quebrar el país con el "megacanje" que hizo con Cavallo y de tratar de imponer la flexibilización laboral con las coimas de la Banelco, cobra la friolera de $ 176.433 mensuales, al igual que Carlos Menem que después de entregarle a multinacionales el patrimonio nacional y el petróleo, dejó el gobierno con millones de desocupados.
¡Hasta el procesado Amado Boudou está haciendo el trámite para cobrar de por vida su jubilación de privilegio por haber sido vicepresidente!
Cristina Fernández estaba arriba de todos, porque cobraba doble: también la de Néstor Kirchner, llevándose más de $ 300.000 que se sumaban todos los meses a la fortuna familiar. Ahora le hicieron elegir una de las dos y percibe mensualmente y de por vida "solo" $ 153.000. Hasta viudas de dictadores como el general Levingston mes a mes esas cifras.
Las clases dominantes les pagan a sus políticos y jueces por los servicios prestados.
Los ministros de la Corte Suprema también tienen este privilegio que les da la Ley 24.018.
Qué contraste con el 75% de los jubilados que hoy cobra la mínima habiendo trabajado, muchos de ellos, más de 40 años. Les niegan el 82% móvil del último salario, mientras que todos los jueces lo perciben.
Las clases dominantes les pagan a sus políticos y jueces por los servicios prestados.
Con Myriam Bregman presentamos un proyecto de ley en Diputados para anular este escándalo que nadie quiere tratar, porque también ellos ganan 10 veces más que cualquier trabajador. Digamos basta.
Nicolás del Caño
Es diputado nacional por el Frente de Izquierda y dirigente del PTS. Es autor del libro Rebelde o precarizada. Vida y futuro de la juventud en tiempos de FMI.