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Red Internacional
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Jornada laboral. Extensas jornadas laborales, bajos sueldos y horas extras: ¡Basta de elegir entre ser pobre o dejar la vida trabajando!

Bajos sueldos, extensas jornadas laborales, horas extras, agobio, trabajos precarios y pésimas condiciones laborales, esta es la explotación que viven día a día las y los trabajadores para poder mantener a sus familias y llegar a fin de mes.

Domingo 22 de mayo de 2022

Los altos costos de la vida producto de la inflación, han golpeado brutalmente los bolsillos de las familias trabajadoras, los precios de los alimentos en lo que va del año ha aumentado drásticamente, con alguno productos casi duplicando su valor, hacer las compras del mes se vuelve cada día más difícil para quienes deben mantener una familia.

Todo sube, los arriendos, el agua, la luz, los alimentos, el transporte y los combustibles, mientras los salarios se mantienen bajo la línea de la pobreza, con un sueldo mínimo que no supera los $350.000. Si bien la línea de los gobiernos es dar una serie de ayudas económicas, como en su momento fue el IFE, que en plena pandemia ayudó a amortiguar el descontento y los bolsillos de las familias trabajadoras que no podían ir a sus trabajos por las cuarentenas, este ya perdió su vigencia con la disminución de los casos covid, el gobierno de Boric en acuerdo con la CUT proponen un aumento del salario mínimo a $400.000 a agosto, muy por debajo de la canasta básica familiar, al mismo tiempo lanzan ayudas como el Ingreso Mínimo Garantizado, un aporte a los sueldos más bajos para alcanzar un sueldo líquido de $340.000, aún insuficiente para mantener a una familia, entonces cabe preguntar ¿qué hacen las y los trabajadores para llegar a fin de mes?

Precarización laboral, extensas jornadas laborales y horas extras

La jornada laboral en Chile es de 45 horas semanales, en jornadas no excepcionales, con turnos que consumen gran parte del día, entre 9 y hasta 12 horas diarias incluyendo el tiempo de transporte hacia los lugares de trabajo.

Muchos trabajadores terminan descansando solo un día a la semana, si descansan dos días más, las horas se suman a los días de trabajo, sin embargo como lo sueldos no alcanzan, muchas trabajadoras y trabajadores deben optar por las horas extras o derechamente tener más de un empleo, sin tener tiempo para la familia ni disfrutar la vida.

La precarización con la flexibilidad laboral está a la orden del día, con el trabajo bajo el modelo del subcontrato y honorario, tercerizando las labores y dividiendo entre trabajadores de primera y segunda categoría, lo que se ve expresado en diferencias de salarios y derechos. Estos tipos de empleos están encabezado principalmente por mujeres y estudiantes, quienes optan por trabajos de fin de semana o con menos horas, lo que automáticamente les disminuye de manera considerable el salario, teniendo que tener más de un empleo, muchas veces de manera informal para combinar las tareas domésticas y el cuidado de los hijos con el trabajo o el estudio. También vemos que muchas trabajadoras y trabajadores recurren a la venta de diversos artículos, comida rápida e incluso hacen rifas solidarias todos los meses para llegar a fin de mes, aumentado la carga de estrés por buscar cómo resolver alimentar y mantener a sus familias.

A la precarización se le suma la salud mental, que es un problema que aqueja a gran parte de las y los trabajadores, que por tiempo y/o dinero no pueden acceder a tratamientos psicológicos y psiquiátricos para contener la depresión, estrés, ansiedad, insomnio, problemas alimenticios, etc, o las mismas enfermedades físicas que las mutuales desconocen para que los empresarios no se hagan cargo de la reparación producto de la explotación.

¿Qué rol juegan las grandes centrales sindicales?

La flexibilización laboral introducida en la dictadura tiene su objetivo, que es la división de la clase trabajadora, en trabajadores de planta y subcontratados, impidiendo su organización de conjunto, por ello ante esta realidad que viven millones de trabajadoras y trabajadores es necesario que la reducción de la jornada laboral como el aumento del salario mínimo y terminar con el alto costo de la vida sea un problema que se aborde en cada lugar de trabajo, en asambleas de base donde se pueda problematizar de conjunto lo que viven hoy las y los trabajadores y así organizarnos por nuestros derechos y por terminar con esta vida de miseria que nos imponen.

La CUT ante la discusión del salario mínimo no ha dado grandes luces, al contrario, en acuerdo con el gobierno se acomoda a un aumento de $400.000 para agosto, muy por debajo de la realidad de millones, manteniendo su pasividad frente a la inflación y el aumento de la carestía de la vida. Por otro lado frente a la discusión de la disminución de la jornada laboral esta propone que se rebaje a 40 horas semanales, una disminución que efectivamente aliviará en una hora aproximadamente las extensas jornadas laborales, pero que no termina de dar respuesta a las extensas jornadas, incluso el tener que hacer mas horas extras para llegar a fin de mes.

Pongamos al centro la organización en cada lugar de trabajo mediante los sindicatos y asambleas de base, donde también hagamos una exigencia a las grandes centrales sindicales que dejen la pasividad y vean la realidad de las y los trabajadores, no aceptemos más estas condiciones de explotación, ya basta de seguir dejando nuestras vidas en los lugares de trabajo para poder llegar a fin de mes, por un salario mínimo de $650.000 que vaya ajustándose con la inflación, no queremos más trabajo precario ni inestable, vamos por el paso a planta de todas y todos, por una reducción de la jornada laboral de 30 horas semanales, con 6 horas diarias 5 días a la semana, repartamos el trabajo con quienes hoy están cesantes, para trabajar todas y todos, dejemos de rompernos el lomo en los lugares de trabajo para poder mantener a nuestras familias, basta de elegir entre ser pobre o dejar la vida trabajando.


Gidget Guardiola

Trabajadora de la APS, Agrupación de mujeres y diversidad sexual "Pan y Rosas"

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