A partir de un rebrote de covid que comienza a extenderse en Europa y una nueva saturación de los hospitales, Francia declara medidas autoritarias. Mientras los trabajadores de la salud siguen esperando insumos y recursos, el Estado invierte en las fuerzas represivas.

Joss Espinosa @Joss_font
Jueves 22 de octubre de 2020
Este jueves el primer ministro de francés, Jean Castex, anunció que el toque de queda implementado ya en ocho ciudades se extendería a otros 38 departamentos en Francia. Esta es una clara extensión de las medidas represivas del gobierno, que prefiere invertir en dichas medidas, antes resolver las enormes falencias en el sector salud.
Dicha medida afectaría a 46 millones de habitantes de dichos departamentos. El toque de queda se implementará desde el viernes, en un horario de 9 p. m. a 6 a. m.; en dichas horas solo se podrá circular si se cuenta con un certificado que avale estar en las calles. La medida será implementada, mínimo, 6 semanas.
Ni en las ciudades francesas en las que se había implementado el toque de queda –ni en otros lugares a nivel global- a resultado en algún beneficio para la salud, o para mitigar los contagios. Lo único que comprueba en este caso es la escalada de medidas autoritarias, que intentan “poner orden” ante la irresponsabilidad “individual” de las personas ante la pandemia.
Esto oculta que las patronales y el gobierno que en Francia (y a nivel internacional), han acelerado una vuelta al trabajo en plena pandemia, sin garantizar protocolos o medidas de seguridad, son los principales responsables del repunte de los contagios. Ahora ante las políticas patronales que exponen la vida de millones de trabajadores, aprovechan el repunte para implementar medidas absurdas como el toque de queda.
A contra mano del discurso que individualiza la responsabilidad, se ha revelado que son los centros de trabajo los principales lugares de grandes aglomeraciones y por ende focos de contagio.
Dinero para las fuerzas represivas ¿y no para la salud?
La pandemia mostró las consecuencias del avance contra la salud pública que dejó las décadas de neoliberalismo. Francia no es la excepción, durante el desarrollo de la pandemia surgieron protestas del sector salud que revelaban la falta de condiciones al interior de los hospitales para enfrentar la pandemia.
Mientras ignoran los reclamos de dicho gremio, ahora implementan presupuesto para el despliegue policial que garantizará que se efectúe el toque de queda. Esto deja claro que el gobierno Francés no está interesado en realmente implementar medidas sanitarias que refuercen el sector salud, sino hacer una gestión más represiva de la pandemia.
Esto además de que es una medida altamente contradictoria dado que, mientras intentan restringir la movilidad, a través del toque de queda, reactivan la economía que pone a los trabajadores en las calles.
Como denuncian nuestros compañeros del diario Revolution Permanente, para hacer frente a la pandemia no hace falta la implementación de medidas represivas, que únicamente aumentan el control sobre la población. Lo que se necesita es que se destinen recursos a un plan de salud que aumente tanto los recursos humanos como materiales para enfrentar la crisis sanitaria, que pasa en primer lugar por componer las precarias condiciones laborales del sector salud.
Exigir estas medidas mínimas deben ir acompañadas de denunciar el salto represivo del gobierno, ya que ha quedado claro que ante las catastróficas gestiones de la pandemia, los gobiernos pueden comenzar a replicar la medida implementada ahora en Francia.
Con información de revolutionpermanente.fr