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Red Internacional
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Asunción presidencial. Extorsión: Milei, como su ídola Thatcher, repitió que no hay alternativa al ajuste

El mandatario ultraderechista remarcó que por la herencia recibida, en esta nueva era el recorte fiscal sin gradualismo recaerá sobre el Estado y no sobre el sector privado. Adelantó meses de alta inflación y repitió que “no hay plata”. Milei dijo que no hay alternativa, pero no es cierto. Para pasarle la motosierra al poder económico y que el ajuste no lo pague el pueblo trabajador, hay que organizar una resistencia en las calles.

Domingo 10 de diciembre de 2023 13:57

Foto: Luis Robayo - AFP

En un palco en las escalinatas del Congreso nacional, rodeado de mandatarios internacionales derechistas, Javier Milei confirmó un plan de guerra contra el pueblo trabajador. Lo hizo ante una plaza con poca gente.

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“Hoy comienza una nueva era”, sostuvo el mandatario. Mientras los detalles del plan económico de shock y ajuste fiscal se conocerán por la mañana del lunes en una conferencia de prensa que dará Luis Caputo. “No hay alternativa al ajuste, ni al shock”, afirmó Milei mientras repasaba con números grandilocuentes la pesada herencia recibida para amenazar con una hiperinflación. Repasemos los ejes económicos de su discurso:

La herencia. El presidente sostuvo que se trata de la peor herencia que deja un gobierno, ”el kirchnerismo, que en sus inicios se jactaba de tener superávits gemelos fiscal y externo, hoy nos deja déficits gemelos por 17% del PBI". Y detalló que 15 puntos se explican entre el Tesoro (5 puntos porcentuales) y el Banco Central (10 puntos porcentuales).

La solución para Milei implica un ajuste fiscal sobre el sector público nacional. Algunos periodistas filtraron posibles medidas del plan económico que incluyen prorrogar el Presupuesto 2023, y por esa vía licuar partidas presupuestarias frente a la creciente inflación. En sintonía, el mandatario sentenció en un grito de guerra que “a diferencia del pasado caerá casi totalmente sobre el Estado y no sobre el sector privado".

En relación a un tema que viene siendo una prioridad en sus declaraciones, la “bomba” de las Leliqs, se limitó a decir que es preciso “limpiar el balance del Banco Central”. Milei dejó atrás las ideas de quemar el Banco Central, que estará bajo la dirección de Santiago Bausili, otro responsable del fraudulento endeudamiento macrista.

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El fantasma de la hiperinflación

Milei afirmó que "esta es la herencia que nos dejan: una inflación del 15 mil por ciento anual que vamos a luchar para erradicarla. Este número, que parece un disparate, indica una inflación del 57%. Hoy está entre el 20 y 40 para diciembre y enero. No hay otra solución que el ajuste". El último dato de inflación publicado por el Indec de octubre fue de 142,7% interanual. En el caso que la inflación fuese de 20% mensual en noviembre y diciembre terminaría este año en 217%.

El presidente agregó que "el Gobierno saliente nos ha dejado plantada una hiperinflación", y que hay que evitar esa catástrofe que llevaría la pobreza arriba del 90% y la indigencia al 50%".

Milei comparó la situación actual con el "Rodrigazo" y advirtió sobre el riesgo de que la inflación llegue al 3.600% anual." En realidad, Milei quiere convencer a las mayorías que es una etapa dolorosa, pero necesaria para estabilizar la economía.

En tanto, Milei volvió a repetir que la causa única de la inflación es la emisión monetaria como consideran los economistas liberales o de derecha. Así, pretenden justificar el ajuste sobre el gasto público. Pero indirectamente, alientan el financiamiento del Estado mediante el endeudamiento con los buitres financieros, a la vez, que evitan discutir la “estabilidad fiscal”, por medio de atacar el sistema tributario regresivo y subiendo impuestos a los grandes empresarios. El presidente se atajó que la inflación no cederá y su argumento es que “la política monetaria actúa con un rezago de entre 18 y 24 meses, aun cuando hoy dejemos de emitir dinero seguiremos pagando los costos del desmadre económico del gobierno saliente”. Sin embargo, como señalan consultoras como PxQ la única meta que se cumplió del acuerdo del FMI es la menor emisión económica.

La política que impulsará Milei será inflacionaria ya que trascendió en los medios que habrá devaluación, eliminación de los subsidios de los servicios públicos por lo que aumentarán las tarifas de la luz, el gas y el transporte público. Estas medidas echarán más nafta al fuego y los precios se acelerarán. Las consecuencias recaerán sobre las espaldas del pueblo trabajador.

¿No hay otra alternativa?

Margaret Thatcher en Inglaterra, cuando empieza la aplicación de las políticas del neoliberalismo, había acuñado justamente esa frase “no hay alternativa”, se lo llamaba el “pensamiento tina” de que no quedaba otra que aplicar las políticas neoliberales. Y ahora Milei, que considera a Thatcher una gran líder, repite esa frase para justificar el megaajuste y si no se ajusta es peor, va a ser una catástrofe.

Milei prometió ajustar a la casta, pero en su discurso de asunción afirmó que el ajuste será al Estado, no al sector privado, es decir puede afectar a la salud, la educación pública, los trabajadores públicos. Los bancos, los grandes empresarios pueden seguir de fiesta, la “casta económica” celebra ya que no será afectada.

Sí, hay otra alternativa al ajuste. Lo que hay que poner en debate para salir de la decadencia nacional y evitar una nueva catástrofe para el pueblo trabajador es un programa de otra clase, que afecte los intereses de las grandes empresas, los bancos, y las patronales agrarias.

Se necesitan medidas de emergencia como suba de salarios, jubilaciones, y programas sociales.

Para recomponer las reservas del país y atacar las causas de la inflación es necesario la movilización por el desconocimiento soberano de la deuda, la nacionalización del sistema bancario y la creación de un banco estatal único y la nacionalización del comercio exterior bajo administración de los trabajadores. Basta de empleo precario, trabajo con derechos para todos y todas: reducción de la jornada laboral a 6 horas, 5 días a la semana, sin afectar el salario, entre otras medidas.

Es necesario reorganizar la economía sobre otras bases, poniendo por delante las necesidades de las mayorías sociales y no la sed de ganancias de los poderosos de siempre.

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