El fin de una unidad hermética en el gobierno de la UBA entre radicales, kirchneristas y el PRO. Corrupción, negocios en disputa y una carrera en FADU por quien se apropia de la facultad. Debate sobre las estrategias de la izquierda y el rol del Centro de Estudiantes.
Viernes 4 de septiembre de 2015 13:00
Próxima estación: Bruno y Scioli
El sábado 22 de agosto las agrupaciones kirchneristas realizan un acto en el patio central de la FADU con Scioli como figura estelar acompañado por Larroque y Kicillof. El motonauta en su discurso da un gesto simbólico saludando al decano Luis Bruno. Una semana después, se inaugura la estación de tren “Ciudad Universitaria”. Cristina aparece por primera vez en la campaña electoral acompañada por barones del conurbano; entre ellos, Alejandro "mataguachos" Granados, un facho recalcitrante que reivindica el gatillo fácil. El hasta hace unos días archienemigo de Scioli, Florencio Randazzo, también aparece en la foto. Bruno vuelve a decir presente y se transforma así en el jugador interno para que el kirchnerismo mantenga el gobierno de la facultad, no justamente de la mano de un “progresista”, sino de un ladero del rector privatista Alberto Barbieri. Todo transcurre en una facultad donde hay más de 1200 docentes "ad honorem" y donde se aprobó la CONEAU con el objetivo de profundizar la orientación de las carreras al servicio de los negocios y las empresas privadas.
Arquitectura, urbanismo, topadoras y desalojos
Pero el panorama no está completo. Las obras en Ciudad Universitaria, en las que el macrismo destinó $ 25 millones solo para construir estaciones de Metrobus y repavimentar las calles internas, se presentaban como una novedad. Como denunciamos en La Izquierda Diario, detrás se escondía un negocio con la burocracia no docente de APUBA para arancelar el estacionamiento avanzando sobre el espacio público de la reserva ecológica. Con la bandera de las refacciones, hoy el macrismo encabeza la lista “Juntos por la FADU” y pretende hacer pie por primera vez en un Centro de Estudiantes. En el Consejo Directivo, aliado junto a los radicales de Reforma y la agrupación Coalición, buscará construir un bloque de oposición derechista a la gestión de Bruno. Cabe recordar que uno de los principales funcionarios del PRO en la UBA fue José Luis Giusti, ex decano de Económicas que renunció hace unos meses en medio de un escándalo de corrupción y acusado por violencia de género.
Al igual que en la ciudad, el PRO busca en la UBA otro nicho desde donde avanzar en más negocios privados. El modelo PRO –el mismo que desalojó el Indoamericano, el barrio papa Francisco junto al gobierno nacional y la federal, y a cientos de viviendas ocupadas en el sur de la ciudad– quiere pisar fuerte en la FADU.
La disputa en la FADU y el rol de “Estudiantes x el Cambio”
En un marco donde el FPV, el PRO y la UCR buscan fortalecerse en la FADU y transformarla en su punta de lanza para gobernar la UBA post 2015, Estudiantes x el Cambio mantiene un CEADIG adaptado a tipos de Centros que funcionan principalmente como administradores de servicios, es decir, de fotocopias, apuntes y locales gremiales. Pero, además, a las autoridades de la UBA en la FADU. Es que un tipo de adaptación va de la mano de la otra. Veamos.
En su momento los consejeros directivos de La Corriente y el PO –Estudiantes x el Cambio– votaron al ex decano Jaime Sorín y a su compañero de fórmula, Luis Bruno. La justificación había sido que Sorín había firmado “5 puntos para la democratización”, los cuales, es obvio, no solo jamás cumplió, sino que durante su mandato se profundizaría la condición de los “ad honorem” y se avanzaría con la llegada de la CONEAU a FADU.
Luego de cosas así es hasta casi lógico que el CEADIG sea impotente para enfrentar el avance de la CONEAU en la facultad, o al menos esté profundamente debilitado para tareas como esta. ¿Cómo se puede enfrentar de forma consecuente la aplicación de este organismo, si quienes hablan de ello votaron a al funcionario que las impulsó? Por el mismo motivo: ¿cómo se puede luchar luego de manera seria por la democratización de la facultad?
Esta concepción de privilegiar acuerdos por arriba con alguna pata del régimen deviene, también, de una lógica poco ambiciosa de la organización del movimiento estudiantil, pues no parte de su independencia política respecto de las autoridades y el gobierno universitario.
En un momento donde miles de estudiantes se organizaban en asambleas interfacultades contra la LES, los consejeros de Estudiantes x el Cambio, en vez de reflejar esta voluntad, se sentaban con las autoridades brindándoles su apoyo, dándole así la espalda al movimiento estudiantil organizado.
Como decíamos más arriba, esta adaptación a las autoridades se combina con la de mantener un Centro de Estudiantes cuya actividad esencial es el otorgamiento de servicios y con un alejamiento de los fenómenos políticos y sociales más progresivos a los que el CEADIG debería plegarse, incentivando la participación activa y la organización del movimiento estudiantil.
Ante un fin de ciclo en el que ya Scioli y Macri se preparan para ejercer ajustes sobre la educación, el trabajo y la salud, nos parece de primera jerarquía discutir cuál debiera ser el rol de los organismos estudiantiles que hoy dirige la Izquierda. Desde facultades como Sociales, Filosofía y Letras y Psicología, la Juventud del PTS da pelea para que los Centros de Estudiantes puedan salirse del modelo de Centros prestadores de servicios. En este modelo los Centros funcionan vacíos de participación o completamente limitados de contenido político y social, siendo estériles para enfrentar ataques como fue la CONEAU en el marco de lo que se viene.
Para ello, resulta fundamental ligarse a los fenómenos más progresivos que tiene la realidad; ser los primeros impulsores a la hora de apoyar la solidaridad con las luchas obreras y denunciar sus represiones; fomentar un ámbito de organización de solidaridad activa ante los crímenes sociales como frente a las inundaciones; promover miles de voces de estudiantes mujeres hacia los pasillos y las aulas por #Ni Una Menos. Pero frente a cada uno de estos fenómenos Estudiantes x el Cambio se ha mostrado desligado.
La única respuesta que dan La Corriente y el PO a su propia debilidad es profundizarla, ampliando alianzas electorales sin ningún otro fundamento que la rosca por sí misma. Esta es su razón para sumar ahora a La Mella a su lista, una agrupación que en el mismo momento cierra un frente electoral en Derecho con el kirchnerismo. Ya sabemos a qué conducen alianzas sin ningún contenido progresivo que las ampare. Es igual en la FUBA, donde el PO y La Mella codirigen una Federación estudiantil que no tiene nada más que ofrecer que la prestación de bares y fotocopias –modelo que en FADU emulan– permitiendo así el avance de fuerzas mafiosas como la Franja Morada que la quieren poner al servicio de las autoridades y partidos del establishment como la UCR.
Vamos por una izquierda que se plante en el centro y en el consejo directivo
Desde la Juventud del PTS tenemos la férrea convicción de que la única forma de sacar de la parálisis al Centro de Estudiantes es haciendo emerger la alternativa del Frente de Izquierda. Fue producto de este fenómeno que pudimos recuperar 3 Centros de Estudiantes y pelear ahora para transformarlos en herramientas dinámicas que se preparen para organizar e influenciar sectores reales del movimiento estudiantil ante futuros ataques, estableciendo un puente entre las facultades y los fenómenos progresivos que da la realidad como explicamos anteriormente, buscando desarrollar y fomentar la participación, porque queremos un CEADIG que juega un rol como actor junto a las luchas sociales.
Contamos con el apoyo de miles de jóvenes estudiantes que vieron al Frente de Izquierda como una alternativa en agosto y vamos por mayores desafíos de cara a octubre. El apoyo al FIT, y a candidatos como Nicolás Del Caño, refleja entre otras cosas el profundo rechazo a esa casta política profesional que cobra más de $60.000 por defender los intereses de los empresarios. Algo que también sucede en la universidad donde toda una casta de funcionarios se enriquece a costa de la educación pública, manteniendo miles de docentes bajo la figura del “ad honorem”, una de las más tremendas y naturalizadas formas de precarización laboral en el Estado, amparados por un régimen antidemocrático que los eterniza en sus sillones.
Frente a un Centro paralizado en dinámica, nos proponemos transformar esa simpatía que despertó en amplios sectores de estudiantes el Frente de Izquierda. Queremos fortalecer en la facultad una alternativa que se proponga cuestionar los contenidos de las carreras y plantear una arquitectura al servicio de las necesidades del pueblo trabajador, en una ciudad donde más 300.000 trabajadores, mujeres y niños viven hacinados en 14 villas y 24 asentamientos, al tiempo que la construcción sí aumenta, pero en función de la especulación inmobiliaria. Una alternativa que se plante contra el encarecimiento de todas las carreras, que generan un fenómeno de exclusión sideralmente mayor a cualquier otra facultad de la UBA. Queremos que el Centro tome como suyas las luchas de los trabajadores y los acompañe codo a codo; que haga retumbar la voz de las mujeres y del #Ni una menos en cada salón y pasillo y que frente a la aberración de un femicidio cada 30 horas haga suya la pelea por una Ley de Emergencia contra la Violencia hacia las mujeres, como el proyecto presentado por los diputados del PTS y el Frente de Izquierda en el Congreso nacional. Necesitamos un Centro que se plante contra los Scioli, Macri y Massa, como contra quienes los representan en la facultad.
*Por Florencia C, candidata a presidenta del CEADIG por la lista 8 “La Izquierda al Frente”, e Iván Baigún