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Red Internacional
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#UNAMNOPAGA. FCPyS: sin respuesta de las autoridades y ¿recalendarización?

Con la incertidumbre de lo que ocurrirá con el semestre se llevó a cabo el tercer diálogo entre docentes, adjuntxs y estudiantes en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. Esto mientras que la directora Carola Garcia no ha dado respuesta a las demandas docentes.

Miércoles 19 de mayo de 2021

Este martes 18 de mayo, se realizó la tercera reunión entre adjuntxs organizados, docentes de la asamblea de profesores e integrantes del "consejo estudiantil" de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales.

Los docentes mencionaron su trabajo en talleres y mesas preparativas para el diálogo con las autoridades, pues confían en que las mesas de diálogo, de carácter público y resolutivo, esta vez si llegarán, luego de 3 semanas en espera, para dar salida a sus demandas.

Por su parte, los adjuntxs organizados, expresaron preocupación al no ser considerados en su totalidad en el Plan Nacional de Vacunación en su fase 4 que incluye a las instituciones educativas de CDMX. Mencionaron que en los documentos si están consideradas las tres formas de adjuntías -remunerada, meritoria y por servicio social- sin embargo, en el padrón no aparecen todos los nombres.

Ante esta situación denunciaron que las autoridades universitarias no han tenido ningún tipo de comunicación para tratar este tema, tampoco algún tipo de notificación para el registro y mucho menos están resolviendo los casos de adjuntxs que no aparecen en la lista.

Los tres sectores volvieron a exponer la necesidad de un acuerdo de no represión por parte de las autoridades de la facultad a cualquier miembro de la comunidad universitaria, que se vean reflejados, por ejemplo, con despidos injustificados, la no renovación de contratos -situación de incertidumbre en la que de por sí se encuentran los profesores de asignatura- o calificaciones reprobatorias para los alumnos

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Salarios y recalendarización

Profesores y adjuntos expusieron problemáticas que hoy se empiezan a configurar dentro de la UNAM de cara al regreso a clases presenciales para agosto.

Por supuesto, sin olvidar que a la fecha sigue vigente la demanda por el pago de salarios atrasados. Además, los docentes denuncian que aun en el caso de ser cubiertos, no hay ninguna garantía de que esto no se repita en el futuro.

En la FCPyS esto se da después de que el paro fuera levantado hace una semana como supuesta condición para el diálogo y para atender las demandas de los docentes y adjuntos.

Esto en un contexto de represión que por la vía de los hechos viene operando desde la dirección de la Facultad con Carola García al frente, quien sigue llamando a los docentes a apresurar la evaluación del semestre, aún cuando durante las semanas del paro ella misma llamó a que se continuaran las clases.

Así mismo, en lo que respecta a la recalendarización no hay un claro consenso. Mientras algunos están por la propuesta de recalendarizar el semestre, que se bajo desde algunos miembros del Consejo Técnico a la última asamblea estudiantil, otros lo ven como una medida que puede servir como estrategia de aleccionamiento por parte de las autoridades contra los docentes y estudiantes que se solidarizaron con el paro.

Lo que destacó es el llamado de los profesores a discutir mecanismos para salvar el semestre que contemple flexibilidad a la hora de evaluar y que no recaigan en mayor carga académica para docentes y estudiantes.

La recalendarización puede llegar a ser un arma de doble filo, pues es real que acortar los programas a un par de semanas puede llegar a ser tan antipedagógico como extender el semestre y alargar las desgastantes clases en línea. Sin embargo, en ambos casos la cuestión es que la carga académica para docentes y alumnos puede ser también un mecanismo represivo para el conjunto de la comunidad que hoy ha dado respaldo a las demandas docentes, ya sea por la vía de acelerar las evaluaciones o extender el semestre en el periodo que se esperaba fuera vacacional.

Por ello, la única alternativa para salvar el semestre es discutir de manera conjunta, amplia y democrática, entre docentes y alumnos (pero en serio todos los alumnos, en asambleas amplias o dentro de nuestros salones) cuáles son las mejores alternativas para concluir este semestre. Por ejemplo, retomando la propuesta de "Semestre Fantasma" que se incluyó en el Pliego Petitorio de la InterUNAM.

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Vacunación y regreso a clases

Otro aspecto que se resaltó fue el anuncio por parte del gobierno federal de regreso a clases presenciales, en todos los niveles.

En la UNAM se espera que en agosto se de inicio a esta modalidad sin que hoy exista un plan que contemple un regreso a clases en el que toda la comunidad tenga acceso a las vacunas, condiciones sanitarias adecuadas, desde insumos sanitarios, servicio médico, grupos de clase que no exceda en numero el espacio del salón, con maestros suficientes, etc.

Que hoy lxs adjunxs no estén en su totalidad en el padrón de vacunación al igual la mayoría de la comunidad universitaria, incluidos docentes, trabajadores administrativos estudiantes y sus familias, habla de las condiciones en la que se dará las clases presenciales, cuyas consecuencias ya comienzan a verse en algunos estados.

El proceso abierto dentro de la UNAM a partir del no pago de los salarios docentes, tiene que avanzar en sacar lecciones pues es claro que las autoridades incluida la rectoría, no tienen la voluntad de resolver las demandas de la comunidad. Al contrario, en los distintos planteles vienen ejerciendo represión sistemática contra docentes y estudiantes, mientras buscan contribuir al implemento de la "nueva normalidad".

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Quienes conformamos la Agrupación Juvenil Anticapitalista, consideramos que para superar el estadío actual, es importante cuestionar la antidemocracia que se vive en la universidad, pues la toma de decisiones esta restringida a un sector minoritario. Quiénes deciden el rumbo de la UNAM, cómo se utiliza el presupuesto, cómo otorgan las plazas para docentes, las becas y cómo se impone el regreso a clases presenciales, es la rectoría, los directores de las escuelas y facultades, así como la junta de gobierno integrada por 15 “notables”.

Por eso no podemos confiar en las salidas que dan quienes pertenecen a esta casta política de la UNAM que, no esta demás decirlo, saquean la universidad y quieren avanzar en contra su carácter público y gratuito.

En ese sentido se vuelve necesario nutrir los espacios organizativos amplios. Estos tienen que ser democráticos y convocados con tiempo, en días y horarios donde la comunidad pueda sumarse, para garantizar que la mayoría participe activamente. Esta ha sido la mayor falla de las últimas convocatorias estudiantiles que son emitidas horas antes.


Es eso a lo que de verdad le tienen miedo las autoridades, a lo organización masiva, desde las bases, de la comunidad que vive la universidad. Por eso buscan mermar cualquier posibilidad de avanzar en ese sentido.

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