El comunicado oficial se cambió varias veces. La responsable del área ambiental de Cancillería no vio el proyecto, que circula de China a Argentina sin escalas y todavía sigue oculto.
Valeria Foglia @valeriafgl
Viernes 31 de julio de 2020 16:23
“Argentina podría producir nueve millones de toneladas de carne porcina de alta calidad y le daría a China absoluta seguridad de abastecimiento durante muchos años” (6/7/2020).
“La Argentina alcanzará 900 mil toneladas en cuatro años y en un proceso prudente, supervisando las buenas prácticas e incorporando tecnología de punta para reducir el impacto medioambiental” (27/7/2020).
Casi tres semanas pasaron entre una y otra formulación del comunicado en la web de Cancillería. Además, como destacó la periodista Soledad Barruti en su cuenta de Twitter, el “diálogo” entre Felipe Solá y el ministro de Comercio de China, Zhong Shan, se transformó en “entrevista telefónica”. Sutilezas.
Cancillería sigue editando el comunicado del 6/7. Bajan cerdos, suben controles y agregan cosas bonitas. Si corrigen un poco más capaz el acuerdo resulta que era para cultivar arroz orgánico. 🐷 pic.twitter.com/WquRrn3LYj
— Soledad Barruti 💚🧡 (@solebarruti) July 30, 2020
En el medio de ambas ediciones del comunicado original y oficial de Cancillería en su sitio web hubo un encendido repudio, que se expresó en las redes y los medios con el hashtag #BastaDeFalsasSoluciones.Cancillería no publicó un nuevo comunicado: editó el que ya existía y, además, no dio aviso de ello.
El propio Felipe Solá borró uno de los tuits del hilo en que celebraba las conversaciones con su par chino. ¿Recalculando?
Es que el anuncio de un monstruoso salto de la exportación de 230 000 toneladas de carne porcina a unas nueve millones, realizado por Cancillería el 6 de julio, tuvo pésimo impacto y obligó a la cartera que conduce Solá a disfrazar e intentar dibujar el intento oficial de convertir a la Argentina en una factoría porcina.
De la letra del acuerdo no se conoce nada. Pero aquel anuncio del 6 de julio, sumado al conversatorio entre popes de la agroganadería que adelantaban las negociaciones en mayo pasado, despertó decidido repudio entre científicos, ambientalistas, organizaciones políticas y la población en general. Casi en secreto y sin dar mayores precisiones, el país avanza en acuerdo con China en momentos de pandemia global y ante la amenaza de nuevas de origen zoonótico.
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Matías Longoni, periodista especializado en agro, explicó a Alerta Spoiler que se trata de “duplicar la producción porcina” ya que es, en sus palabras, “un desperdicio” que el país produzca “apenas” 850 000 toneladas anuales. Longoni aseguró que ya desde diciembre es conocido que China había puesto el ojo en Argentina para tercerizar la producción de carne de cerdo para abastecer al país asiático, dado que en los últimos años un brote de gripe porcina africana obligó a sacrificar de las formas más crueles a cientos de millones de animales.
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Si bien Cancillería cuenta con una flamante área de Asuntos Ambientales, su directora, Silvia Vázquez, además dirigente del Partido Verde, en el ciclo Paradigmas organizado por la organización Eco House quiso aclarar que no se hablaba aún de acuerdo, sino de tratativas entre Agricultura y Comercio de China y el ministerio que preside Solá, de las que su área no había tomado conocimiento formal. Es decir, Asuntos Ambientales estuvo directamente fuera del intercambio sobre la instalación de granjas industriales de cerdos.
En el mismo ciclo, Vázquez, que expresó sus reservas personales y bien fundadas sobre estos megaemprendimientos, indicó que la información no pasó por “canales oficiales”, pero lo cierto es que el comunicado publicado el 6 de julio y acompañado por una imagen que ilustra el diálogo de las partes fue subido a la web oficial de Cancillería, de la que depende el organismo que ella conduce.
El desconocimiento de Vázquez no sorprende: las áreas de ambiente en los niveles nacionales, provinciales y municipales cumplen un rol meramente formal y decorativo, ya que las negociaciones no se definen en base a sus diagnósticos ni hacen mella las denuncias aisladas de sus funcionarios. Las granjas factoría que quiere establecer China en el país no llegan solas: al hacinamiento, la carga y liberación de antibióticos, la contaminación grosera del aire, la tierra y el agua a kilómetros de estos megaproyectos se le suma la necesaria expansión de monocultivos como la soja y el maíz transgénicos, que implicarían más desmontes y más fumigaciones. Una expansión monstruosa del círculo vicioso del agronegocio.
Mientras Vázquez intentó bajarle el tono en la concurrida charla de Eco House, de la que también participaron Soledad Barruti, Guillermo Folguera y dos representantes de productores de carne porcina, con la notoria ausencia del ministro de Ambiente Juan Cabandié, días atrás fuentes de Cancillería informaron que el plan de cuatro años entre ambos países implicaría “la construcción de 25 granjas industriales que aumentarían la producción de carne de cerdo en más de 882.000 toneladas; la de maíz, en más de 3 millones de toneladas y generaría 9.500 puestos de trabajo”, como consigna Andrés Lerner en Ámbito, quien menciona que se barajan “La Rioja, Catamarca, Corrientes y Chaco” como potenciales sedes de estas megagranjas.
Cancillería cambió el texto el comunicado del acuerdo porcino de Felipe Solá a 900 mil toneladas y agregó que será un "proceso prudente, supervisando las buenas prácticas e incorporando tecnología de punta para reducir el impacto medioambiental". Editá el de soja transgénica Solá pic.twitter.com/O59LmeM3I6
— Juan Duarte (@elzahir2006) July 28, 2020
A la falta de transparencia e información y las marchas y contramarchas en el comunicado público se suma la presencia de Jorge Neme, cuestionado funcionario de la cartera de Solá, en la “entrevista” con el ministro de Comercio de China. Y es que el secretario de Relaciones Económicas Internacionales, exsecretario de Relaciones Internacionales de Juan Manzur, acumula varias causas (que dieron lugar a allanamientos) por irregularidades en licitaciones agrícolas en Tucumán y negocios con el azúcar en tanto director titular de Sucroliq Argentina S. A., empresa que a su vez fue denunciada por “contrabando” por la AFIP en 2016.

Si bien Alberto Fernández no se metió directamente en el barro (o chiquero) de la discusión, días atrás anticipó en un encuentro virtual organizado por el Consejo de las Américas que planea aprovechar la "enorme oportunidad" de "vender nuestra carne" al mundo y dejar de simplemente alimentar el ganado ajeno. Más que "alimentar al mundo" o apuntar al desarrollo local, el negocio de miles de millones de dólares que se anuncia significaría la entrada de divisas para un Gobierno que tiene como prioridad el pago de la deuda fraudulenta.
El proyecto ya fue enviado a China, que deberá responder a los cambios propuestos por Argentina. Será cuestión de revisar periódicamente las actualizaciones y correcciones del viejo comunicado del 6 de julio para seguir el hilo de las negociaciones. Detener este acuerdo perjudicial dependerá de la lucha popular.