×
×
Red Internacional
lid bot

UNLP. Facultad de Arquitectura: entre la cursada y la precarizacion

A un mes del comienzo de la cuarentena preventiva y obligatoria y de la suspensión de clases presenciales, la gestión de la Universidad de La Plata insiste en imponer la normalidad académica. ¿Alguien puede pensar en las y los precarizados?

Miércoles 29 de abril de 2020 17:20

A un mes de que el Presidente Alberto Fernández cerrara el Congreso y declarará la cuarentena preventiva y obligatoria como principal caballito de batalla contra en Covid-19 y de que la gestión de la Universidad de La Plata decidiera entre cuatro paredes sobre nuestro año lectivo, tirando por tierra el ya poco democrático co-gobierno universitario ¿Alguien puede pensar en las y los pibes precarizados?

Zoom, grupos de facebook y WhatsApp, Aulasweb son algunas de las plataformas donde tanto docentes como estudiantes hacen malabares para poder mantener la "normalidad académica". En el camino, miles de pibes ven trunco su año lectivo por el simple hecho de no entrar en el mapa de la gestión que unilateralmente decidió continuar las clases de forma virtual sin un mínimo relevamiento de la situación socio-económica de la comunidad académica.

Sin ir más lejos fueron cientos las y los compañeros que fueron empujados a sus ciudades cuando los desalojaron del albergue universitario. Dejando a muchos barados por no tener el dinero para poder comprar el boleto de vuelta, o muchos que para no perder el laburo se quedaron en casas de amigos y compañeros. ¿En qué condiciones están viviendo y cursando (o no)?

Muchas y muchos de los jóvenes que llenan día a día las aulas de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo (FAU), son quienes también sostienen y hacen mover la Ciudad. Desde mozos y mozas, repartidores, bartenders, ayudantes de cocina, bacheras y bacheros, laburantes en comercios y locales de comida rápida, niñeras y empleadas domésticas y de la construcción o incluso en estudios de arquitectura o constructoras.

Todos laburos, que en su mayoría son informales y precarios, para bancar sus familias y sus estudios. Así los encontró la pandemia a miles de jóvenes; sin derechos laborales, licencias ni obra social. Sobre esa base de informalidad se pararon cómodamente los empresarios de la noche y los dueños de grandes cadenas de comidas rápidas para, en medio de la cuarentena, despedir, suspender y rebajar salarios.

¿Cuántos pibes en medio de esta crisis están haciendo malabares para llenar la heladera, pagar alquiler y servicios?, ¿Cuántos saben que si esto continúa tal cual está, no van a poder bancar esos gastos? Si incluso sólo el alquiler es más guita que la miseria de bono de $10.000 que entrega el gobierno.

Nuevamente quienes llenan, en años normales, las aulas hoy estan en una situación realmente alarmante. En esta circunstancia ¿Normalidad académicas en medio de la pandemia? parece bastante inviable. ¿Cuántos compañeras y compañeros no están ocupando su lugar en esas cursadas virtuales porque no tienen las condiciones óptimas para hacerlo?

Cuando la precarización se esconde en nuestras galerías

"Los invisibles" de la facultad; empleados y empleadas de limpieza tercerizados, "no docentes" precarizados, docentes ad honorem o adscriptos, que mantienen la FAU en pie cada día para que podamos cursar.

Junto a ellos también están las y los becados de los servicios, compañeros que vemos en las aulas y que para sostener la carrera, después de las extenuantes cursadas no van a su casa a descansar como muchos de nosotros. Por el contrario son quienes hacen funcionar la fotocopiadora, plotter y Buffet, todos los días.

Hace un mes las y los becados denunciaron la situación que están pasando públicamente, siendo alrededor de 60 pibes que laburan en los distintos espacios, frente al cierre de la FAU, sus ingresos se ven directamente afectados. Exigiendo al centro de estudiantes que acompañen sus reclamos y a la gestión que destine parte de su presupuesto al pago de la totalidad de las becas.

La respuesta: por parte del Centro de Estudiantes, actualmente en manos de Franja Morada, fue un bono de $2000 excusándose en que al estar cerrada la facultad, los servicios no están funcionando y por ende no estaban entrando recursos para pagar la totalidad de las becas.

Por su parte la gestión, principal responsable de asegurar la permanencia de las y los compañeros, invirtió en plataformas virtuales para la continuidad académica, pero para los becados sólo se limitó a otorgar una beca de comedor de $2400, una burla para quienes a fin de mes tienen que pagar alquileres, servicios (entre ellos Internet para poder cursar) y comer.

Desde la Juventud del PTS siempre fuimos claros, no puede ser que el sustento de quienes mantienen de pie servicios de la facultad dependa directamente de si estan abiertos o no, condición que hoy muestra sus límites ante esta crisis.
Creemos que la pelea de fondo es hacia la estatizacion con plenos derechos laborales y gestión democrática estudiantil-docente- no docente de dichos espacios.

Sin embargo, ante esta situación crítica, es urgente que las y los becados puedan tomar en sus manos una herramienta histórica como el de las asambleas (en este caso virtual) para discutir democraticamente una hoja de ruta, comenzando por la exigencia a la gestión de que parte del presupuesto vaya al pago del 100% de sus sueldos. Ante el miedo a las represalias, que no haya persecución por organizarse para defender sus derechos, por el contrario que el CEAU este a la altura de la situación y se ponga a disposición de las y los compañeros en cada definición que tomen.

La fuerza de la coordinación

En las ultimas semanas en La Plata se ha puesto en pie una "red de denuncia y organización", donde las y los pibes que hacen funcionar la Ciudad, están comenzando a poner en cuestión la condición de precariedad que atravesamos miles.

Desde laburantes del bar de Plaza Malvinas,que apoyándose en la organización colectiva presentaron una carta al Ministerio de Trabajo, pasando por laburos como en comercio o cuidado de niños, hasta laburantes de Mc Donalds que recientemente, producto de la lucha, tuvieron el pago del 100% de la segunda quincena. Si todes están en la misma, sin poder llenar la heladera o pagar el alquiler, sin laburo o con rebaja de sueldo, organizarse y coordinar se vuelve tarea de primer orden para hacer más fuerte las denuncias y reclamos, y pelear porque esta vez sus crisis no la paguen quienes mueven todo.