Las noticias falsas se difunden rápidamente por distintos medios. No son neutrales ni inocentes, es decir, tienen objetivos encubiertos: generar desinformación, la adhesión a determinadas ideas o lograr legitimidad a partir de contenidos engañosos o tergiversados. La información circulante sobre las personas mayores también se encuentra contaminada por esta nueva o vieja estrategia de manipulación.
Jueves 10 de noviembre de 2022
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Hace pocas horas, la Cámara de Diputados aprobó el reconocimiento de rango constitucional a la Convención Interamericana que protege los derechos humanos de las personas mayores (Ley 27.360/17) . Este documento enuncia que las personas de mayor edad tienen derecho al acceso a la información por los medios de su elección. Además, identifica como maltrato cualquier acción que produce algún tipo de daño y establece que los Estados deberán adoptar medidas para asegurar su acceso a la información mediante formas adecuadas de comunicación.
Las fake news que incluyen contenidos sobre la vejez no son nuevas. En el transcurso de los tiempos, ha ido variando la manera de transmisión de datos falaces: desde periódicos impresos en papel, programas de TV abierta, hasta la irrupción de Internet con toda su gama de redes sociales. Las fake news pueden originarse desde el mismo Estado y circulan a través de los medios de comunicación, inclusive en los de larga trayectoria y supuesta credibilidad. En estos casos es mucho más difícil su visibilización y deconstrucción. Pero veamos algunos ejemplos.
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Durante el gobierno de Macri, se anunció el Programa de “Reparación histórica”, nombre con el que se identifica a la lucha que desde hace más de 30 años vienen dando las agrupaciones de jubilados de Argentina. Sin embargo, su contenido se alejaba significativamente del reclamo inicial, el 82% móvil sobre el salario del trabajador activo en su mismo cargo o función, y no lo que realmente fue: el acceso a un aumento insignificante a cambio de renunciar a la vía judicial de reclamo, que provocó un empeoramiento de las condiciones de vida de las personas mayores.
El equipo de la plataforma chequeado.com, identifica varias fake news recientes que involucran a este colectivo. En 2020, según discursos de la gestión, en los medios se anunció la cobertura total de medicamentos para afiliados de PAMI, sin especificar “la letra chica”: sólo los esenciales incluidos en un listado y no alcanzó al total de jubilados y jubiladas. Otra publicación señala que durante la pandemia y en el marco de la inauguración de un Hospital en Ituzaingó, se explicaba que la apertura permitiría que los adultos mayores afiliados a PAMI enfermos de COVID de CABA podrían atenderse en este nuevo centro sanitario dado que la ciudad “no tiene más lugar”. En el portal explican que la derivación a instituciones de Provincia de Buenos Aires es una práctica habitual de la Obra Social de Jubilados y Pensionados, y que en definitiva se trata de personas que pertenecen a un organismo de salud de dependencia nacional.
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En el Informe Anual 2020 de la Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual se indica que, según monitoreos de 2019, un poco más del 39% de las noticias no presentaron ninguna fuente. En dicho año observan un aumento de la utilización de contenidos privados como base de información, como sitios de Internet y posteos en redes sociales. En el caso de las personas mayores, casi la mitad de las notas se refieren a robos, muertes y abandonos, lo que contribuye a reforzar estereotipos negativos sobre la vejez que dejan de lado la diversidad y propician la discriminación.
Para combatir la desinformación se recomienda el uso responsable mediante la selección de fuentes confiables o verificables y la promoción del consumo crítico de contenidos en la población de todas las edades. Estas buenas prácticas podrían aminorar el impacto negativo de las noticias falsas, si bien se trata de una tarea de gran complejidad, considerando los intereses y económicos y políticos encubiertos en cada fake news.
La jerarquía constitucional asignada a la Convención constituye un gran avance dado que implica el lineamiento de acciones concretas desde el Estado para resguardar el respeto de sus derechos. La revisión crítica de los productos culturales, las imágenes y discursos que involucran contenidos sobre la vejez y la deconstrucción de noticias falsas es una deuda ineludible. Esperamos que la nueva legislación pueda tener un impacto real en la vida cotidiana de las personas mayores, cuyos derechos comunicacionales, entre otros, han sido y son recurrentemente vulnerados