El 1 de octubre el Tribunal Internacional dará a conocer su sentencia en torno a la demanda presentada por Bolivia contra Chile para negociar soberanía en el mar.
Viernes 14 de septiembre de 2018
Aunque desde el gobierno intenten bajarle el perfil al próximo fallo de la Haya, para La Moneda no es un panorama cómodo el hecho de tener que abrirse al dialogo y a la negociación con Bolivia en temas territoriales. Desde que el Presidente de Bolivia, Evo Morales, ha sido impulsor de esta medida, los distintos gobiernos de turno, tanto la ex Nueva Mayoría así como la Derecha, han cerrado filas en torno a la “defensa” del territorio nacional.
La delgada línea de la “unidad” nacional
Frente al hecho próximo, el gobierno a través de su cancillería emitió una minuta que contenía una seria de ejes para enfrentar el fallo. En el comunicado, el hincapié esta puesto en llamar a la unidad nacional para mantener la tranquilidad.
El llamado hizo eco en gran parte del Congreso, encontrando puntos de convergencia con parlamentarios del Partido Comunista, como la diputada Carmen Hertz, quien señalo que “Chile ha estado dispuesto a las mejores relaciones y ha sido Bolivia el que ha tirado el mantel y llevado esto ante La Haya”. Siguiendo el cierre de filas, Pablo Vidal, diputado de Revolución Democrática, señalo que “este caso no va a referirse a la soberanía del territorio Chileno y no involucra territorio ni salida al mar”.
Cierran filas en torno a la demanda marítima con la derecha, quien por años ha sido financiada por empresarios pesqueros para que defiendan sus intereses dentro de las cámaras de gobierno, como el recordado caso de Jaime Orpis (UDI) y por otro lado la antipopular ley de pesca, que ha dejado la soberanía pesquera del mar a 7 familias empresariales del país, las que día a día contaminan, explotan y destruyen el territorio marítimo y todas sus especies, además de arrojar a la precarización a miles de pescadores artesanales y trabajadores portuarios.
Esta posición de los diferentes partidos y bloques de la oposición parlamentaria le permiten al gobierno instalar de manera mucho mas liberada su política chovinista, a pesar de que se escuden en respetar los canales de dialogo y proteger (los anticuarios) tratados como el de 1904 que dictamina las resoluciones territoriales entre ambos países.
Chile Vamos lo utiliza para que los miles de trabajadores afectados por la contaminación y explotación del mar defiendan la "soberanía" de un territorio que en los hechos no les pertenece.