¿Quién controla el comercio exterior? ¿Por qué no aumentan las reservas si hay exportaciones récord? A propósito de la investigación sobre la fuga de divisas y la evasión mediante el comercio exterior de granos realizado por EDIPO-MATE, entrevistamos a Mario Santucho (EDIPO) y Diego Kofman (MATE), autores del artículo "La madre de todas las rentas" publicado en Revista Crisis.
Lucía Ortega @OrtegaLu_
Miércoles 22 de junio de 2022 19:04
Renta agraria | ¿Quiénes son los "traficantes de granos"? Entrevista a Mario Santucho y Diego Kofman - YouTube
Producción y realización audiovisual: Pedro Scrouch y Flor Sciutti
Un decreto de la dictadura de Videla y Martínez de Hoz que ningún gobierno derogó. Triangulación de exportaciones con sucursales propias en otros países para declarar menores precios de venta y quedarse con una tajada mayor de la renta agropecuaria. Las maniobras de las grandes exportadoras, legales e ilegales, son expuestas y explicadas con detalle en una investigación realizada por el Equipo de Investigaciones Políticas (EDIPO) y el Mirador de Actualidad del Trabajo y la Economía (MATE) y publicada en la Revista Crisis
Allí los autores ponen en el centro del debate un problema estructural de la economía argentina: el comercio exterior de granos y oleaginosas que representa la mitad de las exportaciones del país, está hoy manejado por sólo 9 empresas, en su mayoría trasnacionales.
Entrevistamos a los autores del artículo "La madre de todas las rentas", Mario Santucho, sociólogo, editor de Revista Crisis e integrante de EDIPO y Diego Kofman, economista y miembro de MATE quienes detallaron las maniobras de las empresas para subfacturar las exportaciones.
Una pregunta inevitable fue qué hacer con el comercio exterior frente a este problema estructural de escasez de divisas, fuga y evasión. En el artículo de Revista Crisis se plantea "recuperar el control público sobre comercio internacional de granos".
Como hemos señalado en otras oportunidades en este diario, el Frente de Izquierda propone una salida de fondo a este esquema de saqueo y fuga de divisas, con la estatización del comercio exterior, gestionado a través de una administración democrática por parte de los trabajadores.
De esta forma se controlaría una palanca fundamental de la economía argentina, que permitiría poner fin a la sangría de divisas (junto con otras medidas como la nacionalización de los bancos en un banco estatal único). Se podría decidir sobre qué y cuánto se exporta y qué productos se importan, planificando la producción en función de las necesidades de la clase trabajadora y las mayorías sociales.
Hoy la suba de los precios de los alimentos es un problema crucial que golpea con fuerza a los sectores más explotados. El monopolio estatal del comercio exterior permitiría controlar los precios internos, para que no estén orientados en post de aumentar las ganancias de unas pocas empresas privadas. Es decir que la alimentación de millones de personas no esté ligada a los negocios de un grupo muy reducido de empresarios.
Especialmente en este contexto internacional de elevados precios de materias primas y alimentos como el trigo, maíz y soja, el control del comercio exterior centralizado en el estado y gestionado por parte los propios trabajadores permitirá dirigir los enormes recursos de las exportaciones y el manejo de los precios al servicio del desarrollo productivo (por ejemplo, de qué insumos y bienes de capital se requieren para aumentar la capacidad productiva) de acuerdo a las necesidades de las mayorías sociales. Así también, frente a la inflación que carcome los ingresos y salarios se podrían desacoplar los precios internos de los internacionales, y adoptar medidas para que los salarios y jubilaciones no sólo dejen de perder sino que empiecen a recuperar el poder adquisitivo perdido.
Lucía Ortega
Economista UBA. Coeditora de la sección de Economía de La Izquierda Diario.