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Harris vs Trump. Faltan pocos días para la elección más importante en Estados Unidos: ¿quién gana?

A menos de dos semanas para las elecciones las encuestas son incapaces de definir si gana Kamala Harris o Donald Trump. ¿Por qué?

Mirta Pacheco @mirtapacheco1

Jueves 24 de octubre 12:36

En Estados Unidos se puede votar (dependiendo de los Estados), tanto personalmente como por correo, en forma anticipada a la fecha general de la elección general que es el próximo 5 de noviembre. Ya votaron aproximadamente 13 millones de electores y se estima que este año concurrirá a votar el 70% de los estadounidenses -con el voto no obligatorio-. Este ya es un termómetro de la importancia de estas elecciones, en un mundo muy distinto al del 2020 cuando Biden ganó la presidencia: guerra reaccionaria en las puertas de Europa (Rusia/Ucrania); genocidio de Israel en Palestina, ahora con ataques mortales al Líbano por parte del ejército israelí; aceleración de la competencia EEUU-China (con movimientos militares incluidos entre aliados de ambos “bandos”, incluyendo duras disputas por hacer grandes negocios, como por ejemplo en América Latina). Todo esto con una crisis de hegemonía norteamericana que este imperialismo intenta ocultar poniéndose al frente de la OTAN que brinda gran apoyo militar a Ucrania y los millones de dólares que envía para la industria militar del Estado de Israel.

Esto, a grandes rasgos, en el plano externo. En el interno el régimen bipartidista atraviesa una gran crisis orgánica, que no debe separarse de su política exterior. Millones de estadounidenses, sobre todo en la clase trabajadora con problemas de vivienda, bajos salarios, trabajos ultra flexibilizados, a lo que la juventud trabajadora respondió con una oleada de peleas por conquistar sindicatos, huelgas en la gran industria, portuarios, aeronáuticos, docentes o trabajadores de la salud, ataque sistemático a los inmigrantes en la frontera -pura continuidad con la línea de Trump- y el fenómeno que comenzó el año pasado en las universidades del país: miles de estudiantes que mediante acampes en los campus universitarios, exigían que se corte con el financiamiento de empresas que colaboran con Israel, a la vez que denunciaban al gobierno por cómplice del genocidio. Se hizo popular por esta razón el apodo que le pusieron a Biden: “genocida Joe”, mientras movilizaciones multitudinarias exigían el cese del ataque a la Franja de Gaza.

Mientras tanto el partido Republicano con Donald Trump como su representante más ultraderechista, sufrió un gran desprestigio con el aliento que él mismo dio al ataque que sus seguidores hicieron el 6 de enero de 2021 al Capitolio (el parlamento estadounidense), o la memoria del ataque a derechos sobre todo a mujeres. Pero desde esos pocos años, mucha agua corrió bajo el puente.

Ahora a 13 días de las elecciones, ninguna encuesta puede predecir si Kamala Harris será la nueva presidenta de Estados Unidos o volverá a ser Donald Trump. La razón de fondo podemos encontrarla en el punteo que realizamos más arriba, con el marco de la crisis del neoliberalismo.

Entonces en el tramo final de la campaña la gran protagonista es la polarización que se expresa en que no se sacan ventajas entre la candidata demócrata y el candidato republicano. En los últimos días la leve ventaja de Harris, de 2 puntos, que de todos modos estaba dentro del margen de error, ahora descendió a poco más de 1 punto.

Por ejemplo el el sitio FiveThirty Eight muestran a Harris con una intención de voto de 48,1%, mientras que Trump tiene un 46,3%, una ventaja de solo 1,8.

Sin embargo, recordemos que en Estados Unidos el voto es indirecto y no necesariamente quién gane la mayoría del voto popular gana la presidencia. ¿Por qué? Porque lo que se elige no es a el o la presidenta sino a los electores al Colegio Electoral que son quienes finalmente elegirán al ganador. Pero estos electores no se reparten de manera equitativa según la cantidad de votos para uno u otro candidato sino que en la mayoría de los estados (a excepción de dos), rige el método: “el que gana se lleva todo”, es decir que aunque la diferencia sea de 1 voto, quien quedó primero gana todos los electores de ese Estado al Colegio Electoral. ¿No suena muy democrático, verdad? Y eso sin hablar de las restricciones a personas con antecedentes penales y millones de inmigrantes, que aunque lleven años viviendo en ese país no pueden votar, al igual que quienes tienen la residencia permanente legal no pueden votar en elecciones federales. Además todo aquel que quiera votar, tiene que inscribirse previamente.

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Entonces, teniendo en cuenta que la mayoría de los estados ya están definidos, ya que históricamente siempre ganan allí los demócratas o los republicanos, toda la atención está puesta en un puñado de estados llamados “swing” o pendulares, que son la clave de la votación porque aún no está definido quién ganará allí, y por lo tanto, quien gane en la mayoría de esos estados se alzará con la presidencia. Estos estados son: Carolina del Norte, Nevada, Pensilvania, Wisconsin, Michigan, Georgia y Arizona.

¿Cómo están las encuestas en estos estados?. Tanto Harris como Trump han reforzado su campaña en ellos y según el promedio de encuestas que publica The New York Times (NYT) al 23 de octubre los resultados eran los siguientes: en Carolina del Norte están empatados en 48% con mínima ventaja para Trump, mientras que en Nevada y Pensilvania están empatados en 48% con mínima ventaja para Harris; en Wisconsin Harris 49%-Trump 48%; en Michigan Harris 49%-Trump 48%; en Georgia Trump 49%-Harris 48% y en Arizona Trump 49%-Harris 47%.

Según Nate Cohn, director analista político del NYT, “las encuestas de las elecciones presidenciales empiezan a quedarse sin margen para acercarse más. Kamala Harris y Donald Trump están prácticamente empatados (ninguno de los candidatos lleva ventaja ni siquiera por un punto porcentual) en los promedios de las encuestas de The New York Times en cinco de los estados clave: Pensilvania, Michigan, Nevada, Wisconsin y Carolina del Norte”

El colegio electoral tiene un total de 538 delegados, para ganar la presidencia Harris o Trump tienen que conseguir un mínimo de 270. Hasta ahora considerando los estados que ya se saben seguros para uno u otro candidato Harris cuenta con 226 delegados electorales mientras que Trump cuenta con 219.

Por esto los llamados "swing states" son claves para definir la victoria. El NYT hace una proyección según las encuestas actuales aunque advirtiendo que en la mayoría de los estados la diferencia entre uno y otro es menor a un punto porcentual.

Sin embargo, si en estos estados en los que Harris encabeza por menos de 1 punto terminara ganando Trump, el expresidente ganaría la elección consiguiendo 312 delegados al colegio electoral.

Como dijimos la enorme polarización hace imposible saber a menos de dos semanas quién ganará las elecciones, porque la escasa diferencia que muestran las encuestas están dentro de los márgenes de error. La elección que tiene en vilo a un mundo profundamente convulsionado, tal vez no se resuelva ni el mismo 5 de noviembre (si tenemos en cuenta los antecedentes de las anteriores elecciones).