En carta abierta a toda la población exigen a la Comisión Nacional de Rectores romper toda relación con universidades del estado sionista, que el Estado costarricense reconozca el genocidio del pueblo palestino y se pronuncie por un cese al fuego inmediato.
Lunes 1ro de abril
Acá presentamos fragmentos de la carta, que puede ser firmada acá.
Carta Abierta al Consejo Nacional de Rectores para que rompa relaciones, financiamiento y convenios con Israel
Las personas firmantes que conformamos las comunidades universitarias de las diferentes universidades públicas y sociedad civil en general, nos dirigimos a ustedes rectorías de universidades públicas para hacerles llegar una iniciativa conjunta que nos convoca como universidades públicas críticas, humanistas, pero ante todo sensibles ante cualquier acto de opresión inhumano tal como es en este caso: un genocidio.
La política sionista de Israel tiene objetivos puntuales: negar el derecho del pueblo palestino a existir como nación y/o estado para apropiarse de todo su territorio, asesinando al mayor número de civiles posible y forzando al resto a huir a otros países, no sin haber catalogado al pueblo palestino, en fechas recientes, como “animales humanos”. Desde octubre los bombardeos diarios de Israel, junto con el bloqueo casi total de agua, electricidad y ayuda vital ha matado a mas de 32.000 palestinos en Gaza, según el Ministerio de Sanidad, donde un reciente informe respaldado por la ONU mostraba la inminencia de una hambruna.
En Gaza han sido bombardeadas las once instituciones de Educación Superior existentes, han sido asesinadas más de 90 personas académicas y científicas y 90.000 estudiantes universitarios no pueden asistir a clase, esto junto con las terribles pérdidas humanas que ascienden cada día, la destrucción del tejido educativo, los bombardeos a escuelas y universidades y el asesinato de destacados miembros de la comunidad investigadora muestran una voluntad de erradicar la memoria y el acervo cultural y académico palestino.
El Consejo Nacional de Rectores, las instituciones de educación superior no pueden ser indiferentes ante el plan no sólo genocida sino también de epistemicidio desplegado por Israel: la aniquilación de todo resguardo, físico y vivo, de la memoria histórica del pueblo palestino y que lo dota de una vida identitaria y cultural propia. Esto se lleva a cabo mediante la destrucción de cultivos tradicionales, parques, librerías, teatros, espacios culturales tan importantes como el centro cultural Rashad Shawa, galerías de arte como Eltiqa, acervos bibliográficos como la biblioteca municipal de Gaza o el Archivo Central, sitios arqueológicos de la Edad de Hierro, cementerios romanos, iglesias bizantinas del siglo V y mezquitas del siglo VII, entre otros. Según la estimación de la ONU, 70% de los edificios escolares están dañados y el resto se ha convertido en refugios. La Universidad Al-Azhar y la Universidad Islámica fueron arrasadas. Esta destrucción representa un daño irreparable no sólo para el acervo cultural del pueblo palestino, sino para el del mundo entero.
Esta carta está motivada por la constatable complicidad de instituciones académicas israelíes en las violaciones del Derecho Internacional de su gobierno, el sistema de educación superior israelí cuenta con diez universidades de las cuales nueve son públicas, reciben financiación del gobierno y mantienen convenios con el ejército para facilitar la formación de los soldados. Además, las universidades israelíes están involucradas en el desarrollo de sistemas de armamento y doctrinas militares desplegadas en los crímenes de guerra cometidos por Israel en Gaza y apoyan el esfuerzo bélico atendiendo a las necesidades del ejército y sus miembros. Es por esto que resulta fundamental reflexionar el vínculo que se mantiene actualmente con diferentes universidades de Israel, ya que toda institución educativa israelí realiza la tarea de normalizar la limpieza étnica en contra de la población palestina, así como promover el colonialismo sionista desde la academia; es hoy cuando las acciones de nuestras instituciones deben ser contundente en defender la vida, oponerse al genocidio, a la deshumanización, repudiar el Estado de Apartheid en el que sobreviven las y los palestinos, denunciar la limpieza étnica que le ejercito y el gobierno de Israel están llevando a cabo.
Somos conscientes de que Israel no busca establecer la paz y la convivencia con los pueblos palestinos, por ello en acogimiento a la última resolución dictada por la ONU, en acogimiento a los convenios internacionales de Derechos Humanos, como Federación de Estudiantes de la Universidad Nacional y todas las personas firmantes les solicitamos a ustedes como autoridades:
1. Que se emita un pronunciamiento condenando los crímenes de guerra, de lesa humanidad y de genocidio exigiendo un alto al fuego de manera permanente.
2. Suspender los acuerdos académicos, programas de colaboración, convenios y todo tipo de vínculo que actualmente mantienen las diferentes universidades que integran CONARE con universidades de Israel.
3. Instamos al CONARE, a cada universidad pública a tener una posición más activa, crítica y coherente con las normativas, estatutos propios y valores de cada universidad a garantizar que en los espacios universitarios se aborde la situación de genocidio que atraviesa Palestina.
4. Hacer un llamado al Estado de Costa Rica a acoger las resoluciones emitidas por el Consejo de Seguridad de la ONU y denunciar el genocidio así como romper relaciones con el Estado Genocida de Israel.
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Es fundamental mantener desplegadas las más amplias de solidaridad internacional con el pueblo palestino ante las innumerables agresiones del régimen sionista.
Desde La Izquierda Diario Costa Rica saludamos estas muy importantes iniciativas y llamamos a la Red de Solidaridad con Palestina y al Movimiento de Solidaridad con Palestina a que asuman la campaña y la desplieguen nacionalmente.
Es de fundamental importancia que emerja un movimiento estudiantil profundamente antiimperialista, que busque dar salidas superadoras del capitalismo a los sufrimientos que viven miles de millones de seres humanos y del cual el caso palestino es un ejemplo.
La lucha por la liberación de Palestina es el primer elemento político fundamental de internacionalismo y es una posición revolucionaria en sí misma, que no es susceptible de ser reducida a posiciones ambiguas como las que por ejemplo el Frente Amplio ha tenido en la Asamblea Legislativa de Costa Rica.