El ex presidente del Gobierno envió una carta en 2009 al dictador Omar Al-Bashir, de Sudán del Norte, condenado por crímenes de guerra y lesa humanidad.
Ivan Vela @Ivan_Borvba
Martes 31 de mayo de 2016
Foto: Twitter
Las relaciones de Felipe González con grandes capitalistas no es un secreto. Que el “líder espiritual” de la socialdemocracia española se fraguó una tranquila y lujosa jubilación en consejos de administración de grandes multinacionales, es vox populi.
El último capítulo lo devela el diario El Mundo, que saca a luz una carta que el ex presidente envió en 2009 a Omar Al-Bashir, dictador de Sudan del Norte y condenado por la Corte Penal Internacional por crímenes de guerra y lesa humanidad.
La misiva enviada por Felipe González tenía como objetivo favorecer los proyectos petroleros del empresario hispano-iraní Massoud Zandi. El ex presidente buscaba mediar en el problema que tenía el magnate petrolero con un yacimiento de petróleo recientemente adquirido en Sudán por la empresa de éste, Star Petroleum.
El asunto en cuestión se centraba en que Sudán aún no se había dividido territorialmente entre Sudán del Norte y Sudán del Sur, a pesar de que ambas zonas contaban con gobiernos propios. Es por ello que el ex líder del PSOE contactó con los máximos mandatarios de ambos países.
La carta que ha salido a luz está fechada en septiembre del 2009, apenas seis meses después de que la Corte Penal Internacional ordenara el arresto de Al-Bashir por varios cargos. En esta misma carta, el González se despedía de forma afectuosa y con respeto.
El apoyo “prestado” de Felipe González al empresario Massoud Zandi no es casual. Una red de amistad les relaciona directamente. El petrolero, del cual González ha asegurado que “es una persona honorable, seria, trabajadora y con relaciones internacionales al más alto nivel", tiene relación con Juan Luís Cebrían, presidente del grupo Prisa.
Cebrían, que en su momento ocupó un cargo como consejero en Star Petroleum, mantiene una amistad estrecha con el empresario. Hasta el punto que Zandi le regaló un paquete accionarial de la empresa, haciéndose también cargo de los impuestos a Hacienda que se debían abonar por ese paquete de acciones.
Es tan solo un ejemplo más del mundo de corrupción, amiguismo y favores opacos que el capitalismo genera y necesita en sus más altas esferas. Políticos burgueses que legislan al servicio de los intereses de los grandes capitalistas, que luego ven obsequiado su desempeño en millonarios consejos de administración de esas mismas empresas privadas. Y capitalistas que saben sobradamente que en este sistema podrido, se pueden servir del apoyo de los gobiernos corruptos.
