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Red Internacional
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PASCUA MILITAR. Felipe VI saluda la militarización de la atención de emergencias y las misiones imperialistas del Ejército español

En su discurso por la Pascua Militar ha estado acompañado de representantes del gobierno “progresista” y varios militares condenados por vulneración de derechos.

Jueves 6 de enero de 2022

En el Salón del Trono del Palacio Real se ha celebrado como todos los 6 de enero la Pascua Militar. Un acto de homenaje a las Fuerzas Armadas y la Corona que, como no podía ser de otra manera, ha reunido en una misma sala a la flor y nata del búnker del Régimen del 78.

Además del presidente del Gobierno, como representación del Ejecutivo estaba presente la ministra de Defensa, Margarita Robles, y el de Interior, el varias veces condenado por el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo, Fernando Grande-Marlaska. Entre los altos mandos militares que acompañaban a Felipe VI se encontraban cinco generales, dos coroneles y un comandante condenados por sentencia firme por quebrantar el derecho a la presunción de inocencia, sancionar y expulsar del Ejército a un cabo que denunció irregularidades, según ha denunciado el diario Público.

En su alocución no han faltado las loas a los militares por su papel en catástrofes como Filomena, el volcán de La Palma o la pandemia. La Casa Real bendice así la estrategia del gobierno “más progresista de la historia” que ha seguido delegando en los uniformados tareas civiles en vez de reponer los recursos retraídos durante una década de recortes a la sanidad pública, los servicios de emergencia sanitaria y bomberos forestales. Una operación que, además del recorte de gasto que implica y las deficiencias en los servicios prestados que sanitarios y trabajadores sociales denunciaron durante el confinamiento, ha tenido un claro objetivo político de embellecimiento de esta institución reaccionaria.

Pero estas misiones no han sido las únicas recordadas y saludadas por Felipe VI. El monarca ha tenido unas palabras para los militares en misiones imperialistas en el extranjero, con mención especial para la expedición de Afganistán que terminó su salida a finales de agosto. Ha recordado que ha sido “la más larga de nuestra reciente historia” y recordado orgulloso como “España reaccionó con liderazgo ante el reto difícil y delicado de la evacuación”. No ha querido entrar en el absoluto fracaso de esta operación criminal, que deja un saldo de más de 100 mil civiles asesinados por las tropas de la coalición.

Se ha limitado a señalar que habrá que “extraer las necesarias lecciones y enseñanzas”, para después reivindicar el papel del Estado español en la OTAN, de la que ha dicho que se encuentra “en un momento crucial para los planes y la orientación estratégica” y que el hecho de que la Alianza Atlántica haya escogido Madrid para celebrar su cumbre en junio supone “un importante reconocimiento al compromiso de España con la OTAN y al extraordinario papel de nuestras tropas encuadradas en las misiones y estructuras”.

Así ha pasado Su Majestad la mañana de reyes. Rodeado de jueces condenados por no investigar torturas, militares condenados por vulneración de derechos y representantes del gobierno “progresista” que más ha recurrido al Ejército para tareas civiles de la historia, y aplaudiendo el rol imperialista que sus tropas juegan en la defensa de los intereses del Estado español y sus multinacionales en el extranjero.