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Red Internacional
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UCRANIA. Felipe VI se une al discurso del Gobierno sobre Ucrania en la inauguración del Mobile

Califica la invasión de “amenaza mundial para Europa y el orden mundial”, respaldando la postura de apoyo al gobierno ucraniano, a la OTAN y en concordancia con el discurso de Sánchez.

Carlos Rubio Madrid

Miércoles 2 de marzo de 2022

GRAFCAT3496. L’HOSPITALET DE LLOBREGAT (BARCELONA) (ESPAÑA), 28/02/2022.- El rey Felipe VI junto con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (d), durante la inauguración del Mobile World Congress de Barcelona (MWC), la mayor feria tecnológica del mundo, que este 2022 aspira a recuperar la normalidad después de una edición a medio gas, la de 2021, a causa de la pandemia, EFE/Quique García

En el Mobile World Congress de Barcelona, Felipe VI hizo una aparición donde aprovechó para lanzar su discurso sobre el conflicto bélico en curso en Ucrania. El monarca abrió con lo siguiente: “Lo que está ocurriendo estos días es una agresión inaceptable a una nación soberana e independiente, miembro de la ONU y particularmente amiga de la UE y de España".

A esto, añadió que “después de lo que hemos visto y vivido en los últimos tiempos, lo último que imaginaríamos es estar reunidos aquí bajo el oscuro presagio de una guerra en Europa del Este”. Al final de su intervención, reiteró el apoyo al gobierno ucraniano “junto con nuestros socios”, con el objetivo de “restablecer la paz lo antes posible".

La postura del Borbón con respecto a la guerra entre Rusia y Ucrania se alinea con la postura del gobierno de apoyo incondicional tanto a la UE como sobre todo a la OTAN, en pro de una posible intervención armada contra Rusia, o tratar con otras medidas el conflicto, como sanciones económicas o el envío de armamento a las milicias pro-ucranianas, como el pasado día 1 de marzo ya confirmó la ministra portavoz Isabel Rodríguez y el propio presidente del Gobierno.

El posicionamiento de la monarquía española, sin embargo, no se da por razones morales precisamente. El Estado Español ha sido el primero en vender armas a países absolutistas que no dudan en violar sistemáticamente derechos humanos como Arabia Saudita, usadas para asesinar a población yemení. En este caso, además, el papel de las relaciones entre las Casas Reales de ambos países fue clave para que esto se diese.

Pese a que la invasión rusa sea totalmente inaceptable, los socios de la OTAN han financiado milicias mercenarias y vendido armamento al estado ucraniano desde que estalló el conflicto con Crimea y el Donbass, lucrándose sistemáticamente de la muerte de miles de personas involucradas y de la violación periódica de derechos humanos que lleva dándose desde 2014. Ahora, una vez estallada la guerra abierta, han decidido seguir haciéndolo.

Por otra parte, a falta de una intervención directa que lleve a los países integrantes de la OTAN a una guerra contra Rusia, apoyan las sanciones económicas fuertes, que en esencia no producen apenas efecto sobre las grandes fortunas oligárquicas del país y tan solo perjudican en gran medida al ya empobrecido pueblo ruso, que ya atraviesa una enorme situación de desigualdad económica.

Además, sorprende que Felipe VI, un rey con una formación supuestamente “tan completa y excelente”, parece que olvidó que hace tan solo 2 décadas hubo ya una guerra en Europa del Este: la guerra de Yugoslavia. Guerra que aparte, la OTAN intervino con el bombardeo del territorio balcánico sin reparar en daños, con la participación por tanto del Estado Español.

El posicionamiento del rey en línea con el posicionamiento similar del gobierno no es casual. España cuenta con intereses en sus socios que trascienden los meros intereses económicos. La instantánea respuesta oficial del Estado Español en esta cuestión avala la postura de lealtad de España a los socios militares principales de la unión militar imperialista, puesto que, entre otros múltiples intereses, necesitaría su apoyo en virtud de que Marruecos trate de recuperar las ciudades de Ceuta y Melilla o aparezcan conflictos fronterizos por la soberanía marítima.

Esto se une a que, para España, una guerra que bloquee los gaseoductos y la venta de recursos energéticos de Rusia a Europa (de la cual los países de la UE cuentan con una gran dependencia), supone una gran oportunidad de posición negociadora en tanto que la opción más posible para sustituir ese suministro sería Argelia.

En resumen, la condena de la monarquía española a la invasión rusa no trata de defender la libre autodeterminación del pueblo y la clase trabajadora ucraniana, sino que apela a cuestiones económicas y de poder, apoyando sin tapujos la postura de los países imperialistas en la intervención militar directa o indirecta en otros países y a los intereses de España como potencia dentro de ese orden.