En más de una ocasión el cinismo ruin de la burguesía y de sus representantes políticos me dan arcadas, a pesar de conocer su espiritualidad al dedillo. La visita del vil y canallesco príncipe heredero saudí Mohamed al Estado español ha sido una de estas ocasiones.
Viernes 13 de abril de 2018
Felipe VI y el príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salmán. Foto: EFE
Este ruin personaje ha sido recibido por Felipe VI con todos los honores oficiales pertinentes. Le importa un bledo al monarca español que el príncipe saudí sea el representante de una de las sociedades más retrógradas y viles que hay hoy en el planeta, Arabia Saudí. Tiene más importancia que son de la misma clase social, de la aristocracia, y que persiguen lo mismo: poder y riqueza.
El Estado teocrático saudí está llevando una guerra contra el minúsculo Yemen porque la mayor parte de su población no quiere someterse a sus órdenes. Por supuesto, de esta guerra casi ni se habla en los grandes medios de comunicación occidentales. Apenas se menciona en esos medios “democráticos” la matanza de civiles y la hambruna que el gobierno saudí está perpetrando en Yemen con sus bombardeos sistemáticos y con el bloqueo terrestre y marítimo que impide la llegada de los víveres más elementales.
Además de este bárbaro proceder exterior, el gobierno saudí tiene hoy un régimen de patriarcado tan salvaje como el de ayer en la Europa medieval. Las mujeres en Arabia Saudí están sometidas a los hombres de una forma absoluta. Eso sí, últimamente el régimen patriarcal saudí ha hecho un esfuerzo supino de magnánima democracia y ha decidido permitirles a las mujeres que saquen el carnet de conducir y que puedan asistir a eventos deportivos.
La única patria que tiene la burguesía, sea de la nacionalidad que sea, es el “Dios dinero”. Lo demás le es indiferente y sólo salen a la palestra sus políticos poniendo cara de “demócratas” cuando los pueblos exigen sus derechos, nunca antes. Así, el jefe del gobierno español, Mariano Rajoy, no tuvo inconveniente en ponerse un lazo morado en su americana cuando las mujeres salieron por millones a la calle a exigir sus derechos. Claro, este mismo jefe de gobierno de la alta burguesía española jamás ha dicho ni mu de las atrocidades que el franquismo cometió con las mujeres “rojas” sobre las que ejerció una violencia criminal a través de fusilamientos, violaciones y paseos por las calles rapadas como bestias y de darles el exclusivo “horizonte” de la prostitución organizada en prostíbulos legalizados para sobrevivir al hambre ya que sus padres, maridos o hermanos estaban muertos, presos o perseguidos.
Ni para Felipe VI ni para Mariano Rajoy tiene todo esto la más mínima importancia ya que primero están los negocios y después ya se mirará –si el pueblo se manifiesta masivamente, claro- por los derechos de los pueblos y de la mujer a una vida digna. Así, qué importa si Arabia Saudí masacra a la población yemení y si la mujer saudí tiene cero derechos sociales. Esto no tiene la más mínima importancia real para los “demócratas”. Eso sí, para que no cunda la alarma social ya se ocupan los políticos de los grandes empresarios de que estas noticias salgan casi nunca y que siempre que se hable de Arabia Saudí se destaquen los negocios, que van a dar mucho trabajo y todas esas cosas. Lo verdaderamente importante es que el tren a la Meca, naves de guerra como las corbetas e infraestructuras como una base naval o grandes comunicaciones urbanas e interurbanas sean construidas por empresas españolas. Que florezcan los negocios, que corra el dinero ya que la sangre de los pueblos y los derechos de la mujer no son prioridades en “democracia”.